En la última década, la tecnología blockchain ha emergido como una de las innovaciones más disruptivas, impactando diversos sectores económicos y revolucionando la manera en que interactuamos con activos digitales y físicos. Dentro de este contexto, el mercado inmobiliario se encuentra en una transformación profunda gracias a la creciente adopción de la tokenización. Un informe reciente de Deloitte Center for Financial Services proyecta que para 2035 el valor de los bienes raíces tokenizados en blockchain alcanzará la sorprendente cifra de 4 billones de dólares, un crecimiento exponencial comparado con menos de 300.000 millones que se estiman en 2024. Este cambio no solo redefine el mercado inmobiliario sino que también abre nuevas puertas para inversionistas particulares e institucionales a nivel global.
La tokenización en bienes raíces consiste en representar propiedades inmobiliarias mediante tokens digitales en una blockchain. Esta revolución digital permite fraccionar activos físicos en pequeñas partes accesibles, facilitando la compra, venta y transferencia de derechos de propiedad con un nivel de transparencia, seguridad y eficiencia sin precedentes. La propiedad ya no está atada únicamente a largos procesos burocráticos o a mercados locales, sino que puede ser gestionada y comercializada en tiempo real con acceso global. La clave detrás del auge proyectado radica en varios factores relevantes. En primer lugar, el mercado está respondiendo a una creciente demanda de alternativas de inversión accesibles y diversificadas.
Antes, invertir en propiedades significaba una alta barrera económica y logística. Ahora, gracias a los tokens inmobiliarios, es posible que pequeños inversores accedan a proyectos de alto valor mediante participaciones parciales, democratizando el acceso a un sector históricamente exclusivo. Además, la blockchain ofrece un nivel superior de transparencia y seguridad. Cada transacción y propiedad tokenizada queda registrada en un libro mayor inmutable, lo que reduce el riesgo de fraude y aumenta la confianza entre las partes. Esta tecnología elimina intermediarios tradicionales como notarios, agentes y bancos, disminuyendo costos y acelerando los procesos de compra-venta y financiación.
Según Chris Yin, cofundador de Plume Network, la realidad del sector post-pandemia ha acelerado la necesidad de adaptarse a nuevas demandas. El auge del teletrabajo ha modificado la percepción, la demanda y el valor de diferentes tipos de inmuebles. Espacios anteriormente destinados a oficinas ahora se reconfiguran en centros de datos de inteligencia artificial, centros logísticos o comunidades residenciales con alta eficiencia energética. La tokenización permite a inversionistas acceder a estas propiedades con perfiles innovadores y en crecimiento, algo que pasaba desapercibido en inversiones tradicionales. La incertidumbre económica global también impulsa este movimiento.
La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y eventos como la crisis bancaria de 2023 han elevado el interés por activos estables y tangibles que permitan proteger capital. En este contexto, tanto las stablecoins como los activos del mundo real (RWA, por sus siglas en inglés), destacando los bienes raíces tokenizados, se posicionan como refugios financieros sólidos dentro del ecosistema blockchain. Sin embargo, la expansión de este mercado depende en gran medida del entorno regulatorio. Si bien existen desafíos en cuanto a la aceptación y regulación global, la experiencia demuestra que la regulación suele seguir al uso y demanda masiva. Este proceso se asemeja al crecimiento de otras plataformas disruptivas como Uber, que transformaron industrias antes de ser completamente reguladas.
Para facilitar un acceso más amplio, los productos tokenizados deben ser compatibles con normativas internacionales, ofreciendo confianza y legalidad a inversores y desarrolladores. No obstante, la tokenización del sector inmobiliario no está exenta de críticas y escepticismos. Algunas voces dentro de la industria, como Michael Sonnenshein de Securitize, argumentan que el verdadero atractivo del ecosistema on-chain está en la liquidez de los activos. Considera que, aunque el blockchain puede eliminar intermediarios y hacer más eficientes ciertos procesos, el sector inmobiliario, por naturaleza, enfrenta retos para garantizar esta liquidez. Por el momento, hay más demanda de activos digitales líquidos frente a la complejidad que implica invertir en propiedades tokenizadas.
Más allá de las opiniones encontradas, la tendencia hacia la digitalización y tokenización parece irreversible. A medida que surjan infraestructuras más robustas y estándares comunes, la interoperabilidad y facilidad en transacciones mejorarán sustancialmente. Plataformas especializadas como Plume Network y otras startups enfocadas en activos del mundo real están liderando la innovación, mostrando casos de uso reales que validan el valor y potencial de esta tecnología. Para inversores, desarrolladores y profesionales del sector inmobiliario, la tokenización ofrece múltiples beneficios. Facilita la diversificación de portfolios, habilita mercados secundarios para la compraventa rápida y flexible, y crea oportunidades para modelos híbridos que incorporan contratos inteligentes.
Estos contratos permiten programar condiciones automáticas en las transferencias, pagos y dividendos, asegurando eficiencia y reducción de errores humanos. La trazabilidad inherente a la blockchain genera también un activo más confiable y fácil de auditar. Desde la perspectiva de los compradores, la propiedad fraccionada abre la puerta a mercados que antes eran inaccesibles. Imagine un inversionista pequeño adquiriendo un porcentaje en un edificio innovador reconvertido para un nuevo uso, con la facilidad de negociar esa participación a través de una plataforma digital, sin los costosos procesos tradicionales. Esta accesibilidad finalmente democratiza el mercado y puede activar el desarrollo inmobiliario en zonas emergentes que buscan capital y validación.
Incluso los aspectos medioambientales y de responsabilidad social se ven potencialmente beneficiados. La blockchain puede certificar de forma transparente prácticas sostenibles, consumo energético eficiente y reformas urbanas responsables. Todo esto aumenta la confianza entre todos los actores involucrados y fomenta un uso más consciente de los recursos en el sector. Al mirar hacia el futuro cercano, es razonable anticipar un entorno híbrido donde los activos tradicionales y tokenizados convivan y se complementen. Mientras los grandes inversores institucionales exploran nuevos modelos, los pequeños inversores encontrarán en la tokenización una opción viable para construir patrimonio.