En el mundo tecnológico actual, las unidades de procesamiento gráfico (GPU) se han convertido en elementos cruciales que potencian aplicaciones que requieren una computación intensiva, como la inteligencia artificial, los videojuegos, y las simulaciones científicas. NVIDIA, líder indiscutible en la industria de GPU, ha evolucionado sus núcleos gráficos a lo largo de los años, y un análisis reciente de sus arquitecturas modernas revela detalles sorprendentes que definen su eficiencia y rendimiento. Mientras gran parte de la investigación microarquitectónica previa se ha basado en diseños de núcleos GPU que tienen más de una década y media, el entendimiento contemporáneo de los núcleos GPU modernos ha permanecido limitado. La reciente ingeniería inversa llevada a cabo en los núcleos GPU más actuales de NVIDIA rompe esta barrera, mostrando precisiones nunca antes vistas en la comprensión de cómo funcionan internamente estos procesadores gráficos que dominan el mercado. Un aspecto vital revelado es el funcionamiento del sistema de emisión de instrucciones, un componente clave en la ejecución simultánea y paralela en los núcleos de GPU.
La política del programador de emisión ha demostrado estar diseñada de manera que mejora la eficiencia y reduce los cuellos de botella en la canalización de instrucciones. Esta arquitectura no solo permite un procesamiento más rápido, sino que habilita que múltiples operaciones se solapen y avancen sin interferencias. Otro hallazgo importante es la estructura del archivo de registros junto con su caché asociada. Este diseño especializado contribuye significativamente a la rapidez con la que los datos pueden ser accedidos y manipulados durante el procesamiento gráfico. La gestión eficiente del registro es fundamental, ya que los núcleos modernos dependen de una multitud enorme de operaciones simultáneas que requieren un flujo constante y rápido de datos entre los niveles más rápidos de almacenamiento.
El análisis también destaca características únicas dentro de la tubería de memoria que permiten optimizar la latencia y el ancho de banda, dos parámetros críticos en la ejecución de tareas gráficas complejas. NVIDIA incorpora técnicas que maximizan los accesos a memoria y minimizan las esperas, lo que resulta en mejoras notables en el rendimiento global. Una de las innovaciones más eficaces detectadas es el empleo de un prefetcher simple basado en buffers de flujo (stream buffers). Esta tecnología anticipa las instrucciones próximas a ejecutar, preparando las partes internas del núcleo GPU para operar sin interrupciones. La integración de esta técnica con las arquitecturas modernas marca una evolución inteligente que combina hardware y compilador para lograr una efectividad inédita.
La investigación no solo describe estas mejoras técnicas, sino que también la implementación de mecanismos de gestión de dependencias basados en software, que superan ampliamente los antiguos métodos basados en hardware como los scoreboards. Este avance implica un notable aumento en la area eficiente de los núcleos, optimizando el consumo energético y elevando la tasa de instrucciones procesadas por ciclo. Mediante la incorporación detallada de todas estas características microarquitectónicas recién descubiertas en simuladores, los investigadores han logrado reducir el error absoluto medio porcentual (MAPE) en la predicción del comportamiento de los núcleos GPU en un 18.24%, alcanzando un promedio del 13.98% respecto al hardware real, específicamente utilizando como referencia la NVIDIA RTX A6000.