En un giro inesperado, el último update opcional de Windows 11 ha generado una oleada de problemas entre los usuarios, causándoles dolor de cabeza, y en algunos casos, dejándolos con pantallas azules y bucles de inicio interminables. Este evento ha puesto a prueba la paciencia de millones de usuarios de Windows 11, quienes esperaban hacer mejoras en su sistema operativo, pero en lugar de eso se encontraron con una pesadilla tecnológica. El día 26 de septiembre de 2024, Microsoft lanzó la actualización KB5043145 para las versiones 22H2 y 23H2 de Windows 11. Mission del update era clara: corregir errores y ofrecer mejoras de rendimiento. Sin embargo, los resultados han sido devastadores.
Numerosos usuarios han reportado que, tras la instalación, sus computadoras comenzaron a mostrar pantallas azules de error, conocidas popularmente como "bluescreens", además de múltiples reinicios automáticos y, en ocasiones, la interrupción del cifrado BitLocker, que protege los datos en caso de robo o pérdida. Este panorama ha llevado a muchos a pensar que la actualización ha sido más un problema que una solución. Microsoft ha reconocido los problemas que esta actualización ha causado. En una breve declaración, el gigante tecnológico ha instado a los usuarios a utilizar el Feedback Hub para informar sobre los errores, lo que indica que aún están tratando de aclarar la situación. Este enfoque ha sido criticado por muchos, quienes ven la respuesta de la compañía como insuficiente ante la magnitud del problema.
Los afectados se sienten frustrados, ya que muchos no pueden utilizar sus dispositivos después de instalar la actualización. Esta repetición de fallos en las actualizaciones de Windows no es algo nuevo; incluso este verano hubo incidentes similares donde las actualizaciones causaron problemas de arranque y dificultades con el cifrado de datos. La situación es crítica, especialmente porque no es la primera vez que los usuarios experimentan tales inconvenientes. Las actualizaciones fallidas han sido una constante en la historia reciente de Windows, y esta no es la excepción. Microsoft ha prometido mantener informados a los usuarios sobre el progreso de la investigación y brindar soluciones lo antes posible.
Pero para aquellos que ya han caído en la trampa del update problemático, la solución no es tan simple. Afortunadamente, existe una forma de evitar convertirse en víctima de esta última actualización desastrosa. Para todos los usuarios que aún no han descargado o instalado el update KB5043145, la recomendación es clara: deben abstenerse de hacerlo. Aquí te contamos cómo puedes proteger tu sistema: En primer lugar, abre la configuración de tu sistema operativo. Para ello, puedes utilizar el atajo de teclado Windows + I, que te llevará directamente a la sección de configuración.
Una vez dentro, encontrarás un menú en el lado izquierdo; selecciona la opción de “Windows Update”. En esta sección, hay un menú desplegable que dice "Pausar actualizaciones". Puedes seleccionar un intervalo de tiempo que va de una a cinco semanas y luego hacer clic en “Pausar actualizaciones”. Este sencillo paso puede ahorrarte numerosos inconvenientes. Otra opción que puedes considerar es desactivar las actualizaciones automáticas de Windows.
Para ello, necesitarás acceder a la aplicación de servicios de Windows, un proceso que puede parecer complicado para algunos, pero que es bastante directo. Esta acción evitará que tu sistema descargue automáticamente actualizaciones, incluyendo la problemática KB5043145. Sin embargo, es importante recordar que desactivar las actualizaciones automáticas puede tener implicaciones en la seguridad de tu dispositivo, ya que no recibirás correcciones o mejoras críticas en el sistema. Los usuarios de la versiones de Windows 24H2 no se ven afectados por los problemas generados por el update, lo que ofrece un pequeño consuelo en medio de la frustración general. Aquellos que todavía tienen la versión 22H2 o 23H2 deben mantenerse alerta y considerar realizar cambios en la configuración de su sistema para evitar mayores complicaciones.
En este contexto, la comunidad tecnológica ha estado muy activa, compartiendo consejos y trucos para evitar las consecuencias negativas de la actualización fallida. Desde foros hasta redes sociales, miles de usuarios han intercambiado información sobre cómo lidiar con los bluescreens y los bucles de reinicio. Sin embargo, no todo está perdido: compañías especializadas y técnicos independientes han comenzado a ofrecer servicios de reparación y recuperación para aquellos que ya han sido afectados, brindando una luz de esperanza en medio de este caos digital. En conclusión, la reciente actualización de Windows 11 ha puesto de relieve las vulnerabilidades y desafíos que enfrentan tanto los usuarios como el propio sistema operativo. A pesar de las promesas de mejora y corrección, el historial de fallas en las actualizaciones genera una desconfianza creciente en la comunidad.
Es vital que los usuarios se mantengan informados y proactivos en la gestión de sus configuraciones de Windows. Al final del día, un poco de precaución puede ahorrarte innumerables horas de frustración y pánico tecnológico. Estar alerta y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre ser un usuario satisfecho y ser uno de los afectados por un update fallido.