La industria de las criptomonedas continúa expandiéndose y ganando terreno en el ámbito financiero tradicional, y un ejemplo claro de esto es la más reciente solicitud presentada por Nasdaq para listar un ETF de Dogecoin de 21Shares. Esta iniciativa representa un paso decisivo que va más allá de los activos digitales más conocidos y consolidados como Bitcoin y Ethereum, y subraya cómo el mercado comienza a reconocer y aceptar una gama más amplia de criptomonedas. El movimiento, confirmado mediante la presentación de un formulario 19b-4 ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), señala que Nasdaq busca apoyar la inclusión de una opción financiera pasiva que ofrece exposición al precio de Dogecoin sin necesidad de participar en operaciones complicadas o riesgosas como el trading con apalancamiento o derivados. El ETF propuesto permitiría a los inversores acceder al valor de Dogecoin a través de cuentas de corretaje tradicionales, eliminando muchas barreras de entrada asociadas con la compra directa o almacenamiento de la criptomoneda, que a menudo implica riesgos vinculados a la seguridad y la custodia. En este sentido, Coinbase ha sido designado como custodio de los activos del ETF, lo que aporta una capa adicional de confianza dado el reconocimiento y la experiencia de esta plataforma en el ecosistema cripto.
Además, el precio de referencia para este fondo será proporcionado por el índice CF DOGE-Dollar US Settlement Price Index, garantizando una valoración estandarizada y transparente. Nasdaq ha puesto especial empeño en destacar sus capacidades para monitorear y prevenir la manipulación del mercado. Como miembro del Intermarket Surveillance Group (ISG), la bolsa accede a un sistema integral de vigilancia que permite el intercambio de información en tiempo real con otros mercados regulados, incluyendo a Coinbase Derivatives. Esta supervisión incluye la detección de patrones sospechosos tanto en tiempo real como post-operativos, tales como prácticas de spoofing, marcado del cierre, pinging o phishing, que históricamente han sido preocupaciones clave para los reguladores al evaluar productos financieros basados en criptomonedas. La propuesta del ETF de Dogecoin llega en un momento crucial para esta criptomoneda, que comenzó como un proyecto de broma en 2013 pero ha visto una evolución considerable hasta convertirse en un activo digital reconocido con una capitalización de mercado aproximada de 26,5 mil millones de dólares, ocupando actualmente el octavo lugar en la clasificación global de criptomonedas.
La presentación de Nasdaq no es un caso aislado; firmas reconocidas como Grayscale y Bitwise también han registrado solicitudes para lanzar productos similares basados en Dogecoin. Esta comparación sugiere una tendencia clara dentro de la industria hacia la diversificación de opciones de inversión y la confianza gradual en que la SEC pueda ampliar su aprobación para incluir activos digitales más allá de Bitcoin y Ethereum. A pesar de este optimismo, las expectativas del mercado para la aprobación oficial de un ETF de Dogecoin antes de finalizar el año se mantienen cautelosas. Según datos de la plataforma de predicción descentralizada Polymarket, la probabilidad estimada de que la SEC dé luz verde a este producto es aproximadamente del 59%. Esta cifra refleja el balance entre la creciente aceptación institucional y la prudencia regulatoria que sigue siendo un factor constante en las decisiones de las autoridades financieras.
Cabe destacar que el interés en ETFs de criptomonedas no se limita a Dogecoin. Actualmente, la SEC está revisando una cantidad sin precedentes de solicitudes – alrededor de 72 a partir de abril de 2025 – que incluyen una variedad de productos que cubren diferentes activos y estrategias, desde fondos basados en futuros hasta aquellos vinculados con activos spot. Esto demuestra que la industria cripto está buscando consolidarse y aportar nuevas opciones para los inversores tradicionales que desean diversificar sus portafolios con exposición a esta clase de activos emergente. La importancia de que grandes bolsas como Nasdaq opten por incorporar ETFs de criptomonedas radica en la legitimación que estas plataformas aportan. El reconocimiento por parte de actores financieros tradicionales no solo amplía el acceso a mercados regulados sino que también implica un mayor escrutinio en cuanto a seguridad, transparencia y cumplimiento normativo, lo cual beneficia a los inversores al reducir riesgos asociados a fraudes o manipulación.
En particular, la inclusión de Dogecoin en un producto financiero regulado responde, además, al cambio en la percepción pública de esta criptomoneda. Lo que inicialmente fue un meme digital ha conseguido construir una base sólida en términos de usuarios, desarrolladores y ecosistema de apoyo, pasando a ser considerada una opción viable dentro de las estrategias de inversión en criptoactivos. Esta evolución es reflejo del crecimiento general de las criptomonedas como una clase de activos que poco a poco se distancia de la etiqueta de instrumentos altamente especulativos, para posicionarse como vehículos legítimos para inversión, ahorro y transferencia de valor a nivel mundial. Sin embargo, también es fundamental considerar los desafíos regulatorios que persisten. Las autoridades supervisan de cerca la tecnología y los productos asociados para garantizar que se implementen mecanismos que protejan a los inversores y mantengan la estabilidad del sistema financiero.