Nvidia, uno de los principales actores en la industria tecnológica, ha anunciado recientemente una venta sin precedentes de más de 18,000 de sus chips más avanzados de inteligencia artificial a la empresa saudí Humain. Esta transacción se enmarca dentro de una gira diplomática y comercial liderada por la Casa Blanca, que incluyó la participación del expresidente Donald Trump y destacados CEOs del sector tecnológico. La importancia de esta operación trasciende el simple intercambio comercial, dado que simboliza una apuesta estratégica que posiciona a Arabia Saudita como un actor clave en el futuro del desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial a nivel global. La tecnología involucrada en esta venta gira en torno a los chips GB300 Blackwell, presentados oficialmente por Nvidia a comienzos de 2025 y que representan la vanguardia en procesamiento de inteligencia artificial. Estos chips están diseñados para potenciar centros de datos que funcionarán con una capacidad combinada de 500 megavatios, una infraestructura gigantesca que permitirá a Arabia Saudita desarrollar, entrenar y desplegar modelos de inteligencia artificial sumamente sofisticados.
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, expresó su entusiasmo por participar en esta iniciativa durante el Foro de Inversión Saudi-Estados Unidos celebrado en Riyadh, subrayando la visión de construir infraestructura nacional para la inteligencia artificial que permita a Arabia Saudita moldear el futuro tecnológico. El contexto de esta venta es muy relevante para entender su impacto. Desde 2023, Nvidia ha estado sujeta a regulaciones que exigen licencias de exportación para la venta de ciertos chips con capacidad para inteligencia artificial avanzada, debido a preocupaciones de seguridad nacional en Estados Unidos. Recientemente, el Departamento de Comercio estadounidense anunció cambios que simplificarán estas reglas, lo que ha abierto la puerta para acuerdos como este con Arabia Saudita. De esta manera, la tecnología más avanzada de Nvidia puede contribuir ahora al desarrollo de proyectos ambiciosos en otras regiones, fomentando colaboraciones internacionales y nuevas oportunidades de mercado.
Humain, la empresa saudí destinataria de estos chips, es propiedad del Fondo Público de Inversión de Arabia Saudita, el brazo financiero estratégico del país. La compañía tiene planes no solo de desarrollar modelos de inteligencia artificial, sino también de construir una infraestructura de centros de datos que eventualmente podría albergar cientos de miles de unidades de procesamiento gráfico (GPU) de Nvidia. Este enfoque refleja la ambición de Arabia Saudita por transformar su riqueza energética en un motor de innovación tecnológica, creando así lo que Jensen Huang describió como 'fábricas de inteligencia artificial' que aprovechan los recursos energéticos del país para alimentar supercomputadoras AI de nivel mundial. Además de Nvidia, otro gigante tecnológico, AMD, anunció que también suministrará chips para esta iniciativa, como parte de un esfuerzo conjunto para construir la capacidad de inteligencia artificial de 500 megavatios mencionada. AMD confirmó que Humain ha comprometido una inversión de 10 mil millones de dólares en este proyecto, lo que resalta la magnitud y seriedad de la inversión saudí en nuevas tecnologías.
La cooperación entre estas dos compañías líderes en semiconductores subraya la importancia cada vez mayor que está cobrando la inteligencia artificial en la geopolítica tecnológica y económica. Este tipo de alianzas estratégicas tienen implicaciones trascendentales. Para Nvidia, esta venta representa no solo una fuente importante de ingresos — sus acciones aumentaron más de un 5% tras el anuncio — sino también un posicionamiento comercial en una región con un potencial de crecimiento tecnológico notable. Para Arabia Saudita, contar con acceso a los chips más avanzados del mercado permite acelerar su transformación digital y diversificar su economía, alejándose de la dependencia exclusiva en los hidrocarburos. La inteligencia artificial se presenta así como una pieza clave para el desarrollo sostenible y competitivo del país en las próximas décadas.
La relevancia política también es notoria. La visita del expresidente Donald Trump y otros altos ejecutivos durante el anuncio refleja la estrecha relación que se busca mantener con Arabia Saudita, uno de los principales actores en Medio Oriente. Trump elogió públicamente a Jensen Huang por su participación en el evento, contrastando su presencia con la ausencia del CEO de Apple, Tim Cook. Este detalle resalta la importancia que tiene para Estados Unidos apoyar a las empresas tecnológicas en sus expansiones internacionales, especialmente hacia regiones estratégicas desde el punto de vista geopolítico y energético. Desde una perspectiva tecnológica, los chips Blackwell de Nvidia representan un avance significativo en inteligencia artificial.
Están diseñados para manejar cargas de trabajo extremadamente complejas que son necesarias para alimentar los modelos de lenguaje natural, visión computarizada y otras aplicaciones de IA que demandan gran potencia de procesamiento y eficiencia energética. Esto implica que Saudi Arabia podrá entrenar modelos que impulsen desde sistemas de automatización industrial, hasta nuevas interfaces humanas de interacción o incluso soluciones en sectores como la salud, la defensa, y la energía. En términos de infraestructura, la construcción de centros de datos con capacidad energética de 500 megavatios implica una inversión sin precedentes en tecnología y sostenibilidad. Arabia Saudita, con su enorme acceso a fuentes energéticas, puede aprovechar esta fortaleza para crear un hub regional de inteligencia artificial que atraiga talento, inversiones y colaboración internacional. El proyecto Humain apunta a ser un ejemplo de cómo la convergencia entre recursos naturales e innovación tecnológica puede definir nuevas rutas de desarrollo para economías emergentes y países con alta dependencia en sectores tradicionales.
El impacto de esta iniciativa también se extiende al mercado global de chips y tecnologías AI. La demanda de estos componentes no para de crecer, y países y empresas compiten por asegurar su suministro. La flexibilización de las licencias de exportación bajo la administración estadounidense podría impulsar más acuerdos similares, acelerando la distribución de tecnología avanzada y promoviendo el crecimiento del ecosistema global de IA. En conclusión, la venta de 18,000 chips Blackwell de Nvidia a Arabia Saudita marca un antes y un después en la carrera por el dominio de la inteligencia artificial desde una perspectiva geopolítica, tecnológica y económica. Este acuerdo no solo reforzará la posición de Arabia Saudita como un actor relevante en el ámbito tecnológico mundial, sino que también dará un impulso significativo a Nvidia como proveedor líder de chips AI de última generación.
La alianza entre estos dos países, junto con el apoyo de empresas como AMD, establece un precedente que podrá influir en la dinámica futura del mercado global de inteligencia artificial y en el desarrollo de infraestructuras de datos masivas y sostenibles a nivel internacional. La transformación digital impulsada por la inteligencia artificial continúa acelerándose, y Arabia Saudita se perfila como un protagonista clave en este nuevo capítulo tecnológico.