En el corazón de la India, mientras el fervor por el cricket alcanza niveles inimaginables con la Indian Premier League (IPL), surgen cuestionamientos profundos sobre las prioridades de inversión del país. El profesor Mayank Shrivastava del Instituto Indio de Ciencia (IISc) en Bengaluru ha encendido un debate crucial al sugerir que gravar con un impuesto del 40% las ganancias del IPL podría generar fondos suficientes para construir hasta diez nuevos Institutos Indios de Tecnología (IITs), centros de investigación y desarrollo cruciales para el crecimiento sostenido y la innovación tecnológica en el país. La IPL no solo es un fenómeno deportivo, sino un gigante económico. En 2023, la Junta de Control de Cricket en India (BCCI) reportó un superávit de 5,120 millones de rupias con ingresos totales que alcanzaron los 11,770 millones de rupias, impulsados, en gran medida, por los derechos de transmisión. Para los años 2024 y 2025, se proyectan ingresos aún mayores, rondando entre 12,000 y 13,500 millones de rupias anuales, lo que evidencia una expansión sostenida y creciente en el ecosistema del cricket profesional.
A pesar de estos ingresos monumentales, la BCCI goza de exenciones fiscales debido a su estatus declarado de entidad benéfica. Del mismo modo, las franquicias del IPL, muchas de ellas propiedad de multimillonarios, disfrutan de un trato fiscal favorable, mientras que los jugadores individuales pagan impuestos por sus salarios. Esta dinámica genera una paradoja que el profesor Shrivastava señala con claridad: mientras el entretenimiento se subsidia, la investigación científica se grava con impuestos que frecuentemente afectan a los insumos y equipamiento cruciales para la innovación. Este esquema fiscal vigente, según el experto, limita dramáticamente el potencial de inversión en áreas clave para el desarrollo de India, tales como la ciencia, la tecnología y la educación superior. Para ponerlo en contexto, el monto que se podría recaudar por medio de un impuesto del 40% sobre las utilidades del IPL apenas representa una fracción de los recursos movilizados por la liga, pero podría generar hasta 15,000 millones de rupias en un período de tres años.
Sumando las ganancias de las franquicias, se lograría recaudar un adicional de entre 320 y 480 millones de rupias anuales, lo que en conjunto significaría una inyección de aproximadamente 6,000 millones de rupias anuales para financiar proyectos de investigación y desarrollo. Con estos recursos, construir diez nuevos IITs no solo sería factible, sino una inversión indispensable para fortalecer la infraestructura educativa y tecnológica del país. Los IITs han sido históricamente los motores detrás de la innovación y la producción académica de alto impacto en India, formando generaciones de ingenieros, científicos y emprendedores que contribuyen no solo al progreso nacional, sino también al posicionamiento del país en la escena global. Además del sector deportivo, otras industrias también disfrutan de exenciones o incentivos fiscales que, según Shrivastava, deberían ser reconsiderados para priorizar la inversión en investigación y desarrollo. El cine de Bollywood, por ejemplo, recibe beneficios que reducen sus costos fiscales, mientras que grandes entidades religiosas mantienen vastos imperios comerciales con una carga impositiva mínima.
Nuevas ligas deportivas disfrutan de períodos de gracia en la tributación, incentivando el crecimiento de sectores dedicados al entretenimiento pero no necesariamente al desarrollo económico a largo plazo. La crítica central expresada por el académico es que India no padece una falta de recursos per se, sino una escasa visión estratégica para canalizarlos hacia sectores que aseguren un futuro más próspero. Los negocios que generan retornos rápidos y de corto plazo dominan la escena financiera, mientras que las inversiones en educación, ciencia y tecnología son vistas como riesgosas y de baja rentabilidad inmediata, lo cual constituye un error de políticas y prioridades públicas. El impacto de redirigir una parte significativa de los ingresos del IPL hacia la ciencia y la tecnología sería profundo. No solo implicaría la expansión de la infraestructura educativa y la generación de empleo en sectores altamente especializados, sino que también funcionaría como catalizador para la creación de un ecosistema de innovación que podría posicionar a India como líder mundial en disciplinas como la inteligencia artificial, la biotecnología y la tecnología profunda (deep-tech).
A nivel social, esta iniciativa podría contribuir a cerrar brechas de desigualdad, ofreciendo oportunidades educativas y laborales a jóvenes talentos de diferentes regiones y condiciones socioeconómicas. Fortalecer las instituciones educativas y científicas tiene una repercusión directa en la calidad de vida, la capacidad productiva y la estabilidad económica de largo plazo de cualquier nación. El modelo fiscal propuesto por el profesor Shrivastava también invita a una reflexión más amplia sobre cómo se valoran y subvencionan actividades en India. El entretenimiento, por su valor cultural y social, atrae altos niveles de financiamiento y apoyo fiscal, mientras que la investigación aplicada o fundamental está gravemente limitada por una carga impositiva elevada y una percepción de menor prioridad. Reequilibrar esta balanza no solo es una cuestión de justicia fiscal, sino un acto estratégico que condicionará la posición de India en la economía global durante las próximas décadas.
Si se implementase un impuesto como el sugerido, también existiría la necesidad de transparentar y garantizar que los recursos recaudados se destinen efectivamente a proyectos de educación e innovación. La confianza ciudadana y empresarial en la correcta administración de estos fondos sería indispensable para consolidar este nuevo enfoque. Finalmente, el profesor Shrivastava resume su visión con una frase contundente: "El entretenimiento mantiene vivo el presente, la investigación construye el futuro". Esta reflexión subraya la importancia de que India no solo celebre su pasión deportiva y cultural, sino que también concrete planes y políticas que aseguren su desarrollo sostenible y tecnológico, situando la inversión en investigación y desarrollo como una prioridad nacional. En resumen, la propuesta de imponer un impuesto del 40% sobre las ganancias del IPL y las franquicias podría representar un cambio trascendental para India.
Más allá de números, simboliza un llamado a reevaluar prioridades y a apostar por un futuro donde la educación, la ciencia y la innovación reciban el respaldo económico adecuado, asegurando que el progreso social y económico se construya sobre bases sólidas y visionarias. En un país con el potencial humano y económico de India, esta discusión es más urgente que nunca y podría marcar la diferencia entre un presente efervescente y un futuro sustentable y próspero.