Santander, uno de los bancos con mayor presencia internacional, ha comunicado el cierre de 18 sucursales en Estados Unidos para el mes de agosto de 2025. Esta decisión representa un paso significativo dentro del proceso de transformación digital que está atravesando la industria bancaria a nivel mundial. Al reducir su red física, Santander demuestra su compromiso con la innovación y la adaptación a un comportamiento cada vez más digital por parte de sus clientes. Las sucursales afectadas por esta medida representan aproximadamente el 4.5% del total de alrededor de 400 ubicaciones que Santander mantiene en Estados Unidos.
La mayoría de estas se encuentran repartidas en el noreste del país, con un impacto notable en estados como Massachusetts, Nueva Jersey, Pennsylvania, Nueva York, New Hampshire y Rhode Island. En concreto, seis sucursales cerrarán en Massachusetts, cuatro en Nueva Jersey, cuatro en Pennsylvania, dos en Nueva York y una en cada uno de los estados restantes. Esta reducción en la infraestructura de sucursales es reflejo de una tendencia que se viene observando desde hace varios años en el sector financiero. La preferencia de los usuarios por las plataformas digitales ha impulsado cambios significativos en la forma en que las entidades manejan su red física. Los clientes ahora valoran la comodidad y la rapidez del acceso a servicios financieros en línea, disminuyendo la necesidad de acudir a sucursales físicas para realizar trámites cotidianos.
Santander no es el único banco que está implementando esta estrategia. En el primer trimestre de 2025, otras instituciones financieras de Estados Unidos han tomado medidas similares. Por ejemplo, U.S. Bank ha reportado un cierre neto de 50 sucursales, Wells Fargo ha cerrado 23, y Flagstar Bank ha realizado 16 cierres netos, con planes de reducir aún más sus ubicaciones durante el año.
Incluso bancos internacionales como TD Bank planean cerrar alrededor de 38 sucursales próximas a junio. La decisión de cerrar sucursales en Estados Unidos se enmarca además en un contexto más amplio a nivel global. Santander anunció previamente el cierre de 95 sucursales en Reino Unido, una medida que también está programada para llevarse a cabo este año. Esta realidad confirma que el cambio hacia la banca digital no es solo regional, sino que forma parte de un movimiento global influenciado por el avance tecnológico y los hábitos cambiantes de los consumidores. El banco español ha estado invirtiendo considerablemente en su plataforma digital Openbank, que lanzó en Estados Unidos en octubre pasado.
La plataforma ha mostrado un crecimiento acelerado y ha alcanzado un hito importante en febrero, cuando registró depósitos por un valor de dos mil millones de dólares. Este logro ha sido destacado por la propia institución, resaltando su compromiso con la innovación y el enfoque centrado en el cliente. Swati Bhatia, directora de banca minorista de Santander, ha subrayado que el objetivo es consolidar a Openbank como un banco digital nacional, apoyado no solo por una sólida estructura online sino por la estabilidad y experiencia que aporta una entidad global. Esto permite ofrecer a los usuarios la agilidad y facilidad de una fintech combinada con la confianza que brinda un banco con trayectoria internacional. La reducción de sucursales físicas no implica un abandono del servicio presencial, sino más bien una reestructuración para mejorar la experiencia integral del cliente.
Santander está apostando por nuevos formatos de atención y continúa reforzando sus capacidades digitales para responder a las demandas de una base de usuarios que se vuelve cada vez más digital, móvil y exigente. Este tipo de transformaciones también revela cambios en la manera en que las oficinas bancarias son diseñadas y gestionadas. Los bancos están optando por espacios más flexibles, con tecnología avanzada y personal capacitado para asesorar en servicios complejos que no se pueden resolver completamente en línea. Al mismo tiempo, las aplicaciones móviles, las plataformas web y otros canales digitales asumen la rutina cotidiana facilitando pagos, transferencias, inversiones y gestión de cuentas. Sin embargo, el cierre de sucursales también genera preocupaciones para ciertos segmentos de clientes, especialmente aquellos menos familiarizados con la tecnología o que residen en áreas rurales o menos accesibles.
El desafío para Santander y otras instituciones financieras será equilibrar la eficiencia digital con la inclusión y la atención personalizada que demanda una parte significativa de la población. El cierre de sucursales también tiene un impacto en la economía local y en los empleados del banco. La compañía debe gestionar esta transición con responsabilidad social, asegurando planes de reubicación, capacitación para nuevas funciones dentro de la banca digital y estrategias para minimizar el efecto negativo sobre sus trabajadores y comunidades. En resumen, Santander está navegando una transformación profunda en su modelo operativo. La combinación entre reducción física de sucursales y fortalecimiento digital refleja una tendencia irreversible en el sistema financiero.
La banca está adoptando la tecnología no solo para optimizar costos sino para ofrecer una experiencia más personalizada, accesible y eficiente. Quienes sigan al banco y a la industria en general deben estar atentos a cómo se desarrolla esta transición. La capacidad para integrar innovación tecnológica con una propuesta de valor sólida será un factor clave para mantener la confianza del cliente y consolidar su presencia en un mercado competitivo. Esta estrategia también permitirá a Santander captar nuevas audiencias jóvenes, acostumbradas a interactuar con servicios a través del móvil, y posicionarse como un competidor relevante frente a las nuevas fintech y bancos digitales que desafían continuamente los modelos tradicionales. Por lo tanto, los cierres anunciados de estas 18 sucursales en Estados Unidos no solo se entienden como un recorte sino como una renovación estratégica, marcando el camino hacia la futura banca digital, donde la línea entre la tecnología y el servicio humano debe mantenerse equilibrada para satisfacer las necesidades de todos los segmentos de clientes.
En definitiva, el proceso que está llevando a cabo Santander ilustra perfectamente la evolución del sector bancario en la era digital, donde la adaptación continúa siendo indispensable para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que presenta el mercado global.