En un movimiento que ha llamado la atención a nivel nacional e internacional, el expresidente Donald Trump ha anunciado la nominación de la doctora Casey Means para el cargo de Cirujano General de Estados Unidos. Means es una figura destacada en el mundo del bienestar y la medicina holística, además de tener una estrecha relación con Robert F. Kennedy Jr., actual Secretario de Salud y Servicios Humanos. Esta decisión surge tras la retirada de la primera candidata propuesta por Trump, la doctora Janette Nesheiwat, y representa un giro notable en la dirección que podría tomar la salud pública en la administración Trump.
La doctora Casey Means no es una médico convencional. Aunque cuenta con formación médica de la Universidad de Stanford, abandonó su residencia quirúrgica en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón debido a su desencanto con la medicina tradicional. En lugar de seguir el camino habitual dentro de hospitales y clínicas, Means ha construido una carrera como influencer de bienestar, fundadora de la empresa Levels, que ofrece tecnología para monitorear el azúcar en sangre y otros indicadores de salud. Además, Casey y su hermano Calley Means jugaron un papel importante como asesores en la campaña presidencial de Robert F. Kennedy Jr.
en 2024, ayudando a gestionar la alianza política entre Kennedy y Trump. Su enfoque se centra en revertir las enfermedades crónicas a través de cambios en el estilo de vida, dieta y una mirada crítica hacia las corporaciones farmacéuticas y alimentarias que, según ellos, perpetúan el ciclo de enfermedad en la población. El lema ‘Make America Healthy Again’ (MAHA), que Trump menciona con orgullo en la presentación de Means, resume una agenda que busca transformar la salud pública desde la raíz, atacando los hábitos alimenticios y el impacto de los alimentos procesados. Sin embargo, esta agenda también es controvertida, ya que algunos expertos consideran que generalizar que todos los alimentos procesados son dañinos simplifica demasiado un tema complejo, y que no todos los alimentos en esta categoría son iguales. La posibilidad de que Casey Means sea confirmada como Cirujano General genera opiniones encontradas.
Por un lado, sus partidarios ven en ella a una persona capaz de ser una voz fresca y necesaria para abordar la epidemia de enfermedades crónicas que afecta a Estados Unidos. Por otro lado, la falta de experiencia gubernamental de Means y su alejamiento del enfoque médico tradicional preocupan a algunos sectores de la comunidad médica y científica. Cabe destacar que Casey Means evita asociarse públicamente con algunas de las posturas más controvertidas de Robert F. Kennedy Jr., especialmente en lo que refiere a las vacunas.
Aunque ha solicitado más investigaciones sobre la seguridad de las vacunas y una posible flexibilización para demandar a los fabricantes en casos de daños, no ha adoptado completamente las teorías antivacunas que han marcado la carrera de Kennedy. Este matiz en su posición podría ser un intento de equilibrar su enfoque holístico con la necesidad de aceptar algunos estándares científicos. El retiro de Janette Nesheiwat como candidata también fue un episodio significativo. Nesheiwat, una médica con experiencia en atención urgente y colaboradora habitual en Fox News, enfrentó críticas internas dentro del ala más conservadora del movimiento de Trump, especialmente a raíz de cuestionamientos sobre su formación médica y sus posturas sobre las vacunas COVID-19. La presión interna llevó a la Casa Blanca a retirar su nominación para evitar un proceso de confirmación complicado en el Senado.
Este no es el primer revés en nominaciones relacionadas con salud para la administración Trump. En marzo, fue retirada la candidatura de Dave Weldon para dirigir los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en parte por sus posturas escépticas frente a las vacunas, lo que generó inquietudes entre senadores republicanos clave. La nominación de Casey Means al puesto de Cirujano General también refleja un cambio en el discurso público sobre la salud. La creciente preocupación por la obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida ha impulsado un interés mayor en enfoques alternativos y en promover la alimentación saludable y la vida activa. Means, con su experiencia en tecnología de salud y promoción del bienestar, encaja en esta tendencia, aunque su impacto real dependerá de su capacidad para trabajar dentro del sistema de salud pública y utilizar su influencia para implementar políticas efectivas.
El rol del Cirujano General es crítico en Estados Unidos. Como la figura médica más visible del gobierno federal, el Cirujano General tiene la potestad de emitir advertencias y políticas que pueden influir en la salud pública en todo el país. Además, supervisa a los miembros del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, con la capacidad de dirigir campañas educativas y responder a emergencias sanitarias. Con Casey Means, la espera ahora está en la confirmación del Senado, donde su falta de experiencia tradicional y su pasado como influencer podrían ser temas centrales de debate. Asimismo, su alineación con la agenda MAHA traerá atención sobre las políticas propuestas para combatir el impacto de la industria alimentaria y farmacéutica en la salud pública.