En los últimos años, el sector dental ha experimentado un cambio notable debido al aumento de la afiliación de firmas de capital privado en prácticas odontológicas. Según un estudio reciente realizado por el Instituto de Política Sanitaria de la Asociación Dental Americana (ADA), la cantidad de dentistas vinculados a inversiones de capital privado casi se ha duplicado en un lapso de seis años, pasando del 6.6% en 2015 al 12.8% en 2021. Este fenómeno no solo afecta a clínicas pequeñas o de práctica general, sino que impacta especialmente a especialistas dentales, como endodoncistas, cirujanos orales, ortodoncistas, odontopediatras y prostodoncistas.
El interés de las firmas de capital privado en el ámbito odontológico no debe considerarse un simple movimiento financiero, sino como un motor de transformación en un sector altamente fragmentado. La fragmentación del mercado dental ofrece a estas firmas la oportunidad de adquirir múltiples clínicas, buscando optimizar su eficiencia operativa y aumentar su rentabilidad. Además, la consolidación de prácticas a gran escala permite aprovechar economías de escala que, hasta ahora, pocas veces se habían logrado en este campo. Especialmente, las áreas de especialización han sido foco de este crecimiento. El análisis muestra que la proporción de dentistas especialistas afiliados a capital privado más que se ha duplicado en el mismo periodo, con los endodoncistas liderando el crecimiento.
Esto responde a que ciertos procedimientos especializados, como los tratamientos de conducto o los implantes dentales, generan mayores ingresos comparados con consultas de rutina, lo cual resulta atractivo para los inversores que buscan un retorno financiero alto. En términos de transacciones, la evolución ha sido significativa. Mientras que entre 2004 y 2015 las operaciones de adquisiciones relacionadas con prácticas dentales eran escasas, registrándose menos de 20 anuales, a partir de 2016 se observa un incremento sostenido. En 2019, las transacciones alcanzaron 62, descendieron algo en 2020, probablemente influenciadas por la pandemia de COVID-19, y repuntaron a 96 en 2021. Este dinamismo refleja el interés creciente del capital privado en la odontología, no solo en EE.
UU., sino con tendencias similares emergentes en España y América Latina. ¿Pero por qué este interés en la odontología, y en particular en los especialistas? Por una parte, la rentabilidad asociada a tratamientos más complejos explica gran parte del atractivo para los inversionistas. Además, se vislumbran oportunidades para mejorar la eficiencia en la gestión administrativa y clínica. La estructuración bajo grupos consolidados permite optimizar recursos humanos, incluir tecnología avanzada y fortalecer áreas como el marketing y la experiencia del paciente, elementos clave en la competitividad actual.
La afiliación a capital privado también implica consecuencias sobre la participación en programas sociales como Medicaid, al menos en el caso de EE.UU., donde el estudio señala que las prácticas asociadas a estas firmas muestran una mayor tendencia a atender pacientes de bajos recursos. Aunque es necesario profundizar la investigación para comprender plenamente este aspecto y su aplicabilidad en otros contextos, sugiere una posible mejora en la accesibilidad al cuidado dental mediante consolidación. No obstante, la incorporación creciente de capital privado en clínicas dentales genera debates sobre el impacto en la calidad de la atención, los costos de los servicios y la independencia profesional.
Algunos temen que la presión por maximizar beneficios pueda derivar en prácticas que prioricen la rentabilidad sobre el paciente, afectando la ética odontológica y la personalización del tratamiento. Por ello, expertos e instituciones abogan por estudios que examinen de manera rigurosa estos efectos para garantizar la protección del paciente y el buen ejercicio profesional. El fenómeno también redefine el modelo tradicional de la práctica dental. La clásica imagen del odontólogo dueño de su clínica y atendiendo de forma independiente da paso a estructuras corporativas, donde equipos multidisciplinarios trabajan bajo un mismo techo con gestión centralizada. Esta tendencia puede resultar beneficiosa en términos de innovación, inversión en tecnología y estabilidad financiera, permitiendo a los profesionales concentrarse en la práctica clínica y la mejora continua de sus habilidades.
En el contexto de España y América Latina, aunque la penetración de capital privado en odontología aún está en desarrollo comparado con EE.UU., se observa un interés creciente. La expansión de cadenas dentales, clínicas especializadas y la llegada de fondos de inversión indican que esta realidad pronto podría generalizarse, modificando el panorama del sector odontológico en estas regiones. Para los pacientes, esta transición representa tanto oportunidades como retos.
Por un lado, podrían acceder a servicios más integrados, tecnológicos y con mayores estándares de calidad; por otro, es clave garantizar que la atención mantenga un enfoque centrado en sus necesidades, evitando una excesiva mercantilización del cuidado de la salud bucal. La regulación y supervisión juegan un papel fundamental en este escenario. Los órganos de salud y colegiados odontológicos deben acompañar este proceso con políticas claras que incentiven la transparencia, aseguren la calidad asistencial y protejan los derechos de los profesionales y usuarios. El diálogo permanente entre inversores, odontólogos y autoridades es necesario para alcanzar un equilibrio favorable para todos. En conclusión, la creciente afiliación de dentistas a firmas de capital privado está transformando profundamente el sector odontológico.
Este fenómeno, que ha ganado fuerza en los últimos años, especialmente entre especialistas, abre perspectivas interesantes en términos de eficiencia, inversión y accesibilidad, pero también demanda un análisis crítico sobre sus implicancias en la ética, calidad y costo de la atención. En un mundo donde la salud bucal es clave para el bienestar general, el equilibrio entre innovación y compromiso profesional será determinante para el futuro de la odontología.