La adopción de criptomonedas está en constante crecimiento y, según un reciente informe de Boston Consulting Group (BCG), se espera que el número de usuarios de criptomonedas alcance la sorprendente cifra de mil millones para el año 2030. Este análisis destaca la creciente participación de los inversores minoristas en el mercado de criptomonedas, especialmente en Norteamérica, que actualmente lidera en términos de inversión. En su informe, BCG, en colaboración con Bitget y Foresight Ventures, señala que la adopción de criptomonedas sigue siendo relativamente baja en comparación con activos de inversión tradicionales. En la actualidad, solo el 0.3% de la riqueza individual se encuentra invertida en criptomonedas, en contraste con un 25% en acciones.
Este dato refleja un amplio margen para mejorar y expandir el uso de las criptomonedas entre individuos de todo el mundo. A pesar de que el interés institucional hacia los activos digitales está en aumento, los inversores individuales siguen siendo los principales poseedores de criptomonedas. Según el informe, los inversores institucionales, incluidos fondos de cobertura y capitalistas de riesgo, han doblado su exposición a criptomonedas, elevándola a $70 mil millones a finales de 2021. Sin embargo, se destaca que estos capitalistas de riesgo fueron algunos de los más afectados por el colapso de la plataforma Terra-Luna, lo que refleja la volatilidad a la que están expuestos. BCG concluye que el sector de criptomonedas tiene un gran potencial para crecer y evolucionar, haciendo eco de un informe anterior de Wells Fargo que plantea un futuro prometedor para la economía digital.
Citando el informe de BCG, "si usamos el número de tenedores de criptomonedas como un indicador de usuarios de Web3 y lo comparamos con la tasa de adopción de usuarios de Internet en la década de 1990, el mensaje es claro: hay un amplio crecimiento por venir". Esto pone de relieve la importancia de la educación y la concienciación sobre la tecnología blockchain y sus diversas aplicaciones. En este contexto, Norteamérica se perfila como la región que liderará el crecimiento de usuarios, con una inversión promedio de aproximadamente $18,000 por persona en criptomonedas. En contraste, África es la región con la menor inversión, con un promedio de solo $190 en activos digitales. Este desajuste en la inversión muestra la necesidad urgente de programas educativos y de inclusión financiera que puedan impulsar la adopción en mercados emergentes como el africano.
Además de las inversiones minoristas e institucionales, el informe de BCG también observa que la regulación de criptomonedas está comenzando a desarrollarse en diferentes regiones. El avance en la regulación, especialmente en el sudeste asiático, podría hacer que esta región represente entre el 2% y el 3% del valor de trading global de criptomonedas. Países como India, Tailandia y Vietnam están en la vanguardia de esta tendencia, lo que sugiere un cambio hacia un entorno más regulado y seguro para los inversores. A medida que más personas se sientan cómodas con la tecnología de criptomonedas y blockchain, es probable que se produzcan más innovaciones en este espacio. Los desarrollos en el ámbito de los tokens no fungibles (NFT) y el metaverso también atraen la atención de inversores, potencialmente impulsando aún más la adopción de criptomonedas.
Por ejemplo, un informe reciente de Verified Market Research estima que el valor del mercado NFT podría alcanzar los $231 mil millones en la próxima década. Asimismo, McKinsey & Company ha pronosticado que el metaverso podría valer hasta $5 billones para el año 2030, con el comercio electrónico desempeñando un papel crucial en la generación de ingresos. Sin embargo, la evolución del mercado de criptomonedas no está exenta de desafíos. La volatilidad de los precios, las preocupaciones sobre la seguridad y las inquietudes regulatorias siguen siendo factores que podrían obstaculizar la adopción generalizada. Las estafas y los hacks han dejado una marca en la percepción pública de las criptomonedas, y es fundamental que los reguladores y la industria trabajen juntos para garantizar un entorno seguro para los usuarios.
La formación y la educación son clave en este aspecto, y las plataformas de criptomonedas deben priorizar la transparencia y la responsabilidad. A pesar de estos obstáculos, el panorama a largo plazo para las criptomonedas parece alentador. Con el interés creciente por parte de los inversores institucionales, la innovación continua en el espacio de blockchain y el aumento de la adopción a nivel minorista, se prevé que la comunidad criptográfica siga expandiéndose. Las empresas que estén abiertas a adaptarse a esta nueva realidad y que aborden las preocupaciones adecuadamente, probablemente tendrán una ventaja competitiva en el futuro. Adicionalmente, las criptomonedas también están despertando un interés considerable en los sectores de juego y entretenimiento, donde las experiencias en el metaverso y los juegos de juegos para ganar están tomando impulso.
Estos sectores están experimentando un auge que podría atraer a una nueva generación de usuarios, abriendo la puerta a la participación en el ecosistema de criptomonedas. En resumen, la proyección de que el número de usuarios de criptomonedas alcanzará los mil millones en 2030 es un reflejo de un cambio fundamental en la manera en que las personas perciben y utilizan el dinero. Si bien existen desafíos por resolver, el crecimiento continuo en la inversión, la innovación y la educación está destinado a marcar el camino hacia una adopción más amplia y exitosa de las criptomonedas. Como concluye el informe de BCG, estamos solo al principio de lo que promete ser la era dorada de las criptomonedas, un desarrollo que transformará no solo cómo invertimos y realizamos transacciones, sino también cómo entendemos y interactuamos con la economía digital del futuro.