Rivian, una de las compañías emergentes más interesantes en el sector de vehículos eléctricos (EV), ha captado la atención de inversionistas y entusiastas del sector automotriz desde su salida a bolsa en noviembre de 2021. Sin embargo, su trayectoria en el mercado bursátil no ha sido sencilla. Actualmente, las acciones de Rivian cotizan aproximadamente un 93% por debajo de su máximo histórico cercano a 172 dólares por acción, cifra alcanzada poco después de su debut público. Esta realidad plantea una pregunta clave para inversores y analistas: ¿dónde se encontrará el precio de las acciones de Rivian dentro de un año? Para responder a esta inquietud, es esencial examinar tanto los fundamentos económicos de la empresa, como el contexto del sector automotriz y de la economía estadounidense en general. Rivian ha experimentado un desempeño financiero desafiante, pero también cuenta con elementos que podrían favorecer su crecimiento y recuperación bursátil.
Uno de los factores más interesantes en el presente año 2025 es la evolución del mercado de vehículos eléctricos. Aunque Tesla, el líder indiscutible del sector, ha enfrentado una caída en sus entregas del primer trimestre estimada en un 13% respecto al año anterior, Rivian podría beneficiarse de ciertas vulnerabilidades del gigante liderado por Elon Musk. Las controversias y acciones del CEO han generado cierta reticencia en algunos consumidores, quienes desean adquirir un EV sin vincular su inversión a Tesla. Este escenario abre una ventana de oportunidad para Rivian, la cual está trabajando en la ampliación de su portafolio con los modelos R2 SUV y R3 crossover, vehículos más asequibles que le permitirán ampliar su cuota de mercado y atraer a un público más amplio. Además, Rivian cuenta con un enfoque muy alineado con la política comercial estadounidense, lo que puede ser una ventaja considerable dada la imposición de aranceles del 25% sobre vehículos y autopartes importadas, implementados por la administración de Donald Trump.
Su cadena de suministro es altamente nacionalista solo comparable a pocos competidores, con motores y baterías fabricados en territorio estadounidense, y todos sus vehículos ensamblados en Normal, Illinois. Esta configuración puede darle una ventaja competitiva frente a fabricantes como Ford, cuyos vehículos eléctricos como el Mustang Mach-E se producen en México, enfrentando así una carga impositiva mayor debido a los aranceles. Sin embargo, no está exento de desafíos. La naturaleza global e interconectada de la industria automotriz significa que, aunque Rivian produzca la mayoría de sus componentes localmente, sigue dependiendo de una cadena de suministro internacional para componentes electrónicos y materias primas esenciales como el acero y aluminio, los cuales han visto incrementos significativos en sus costes debido a los mayores impuestos y restricciones comerciales. Esto podría afectar sus márgenes brutos, una problemática que resulta especialmente delicada en una empresa que aún no ha alcanzado la rentabilidad.
Si la tendencia de aumento de costos persiste, habría que estar atentos a la capacidad de la empresa para mantener el control sobre sus gastos y eficientizar sus operaciones. Analizando los resultados recientes, Rivian mostró señales positivas a finales de 2024, con un crecimiento en ingresos del 32% interanual, alcanzando 1.73 mil millones de dólares, gracias a un incremento en las ventas. Además, sus pérdidas operativas disminuyeron cerca del 58%, ubicándose en 661 millones de dólares. Aunque estas cifras son todavía grandes para una compañía de su tamaño, indican que la empresa está en una trayectoria clara hacia la mejora, con un camino potencial hacia la rentabilidad y generación de flujo de caja positivo, siempre y cuando continúe escalando su modelo de negocios y manteniendo control sobre los costos.
Desde la perspectiva del mercado, la volatilidad y las turbulencias que han caracterizado a la economía y el sector automotriz durante 2025 podrían actuar como un doble filo para Rivian. Por un lado, las crisis y retos pueden desalentar a los inversionistas y reducir el apetito por acciones consideradas de alto riesgo o de crecimiento, que suelen ser más volátiles. Por otro, estas mismas condiciones pueden crear oportunidades para aquellas empresas que logren adaptarse, innovar y consolidarse como alternativas válidas y emergentes frente a los jugadores tradicionales y dominantes. Es indispensable también considerar el panorama tecnológico y de innovación dentro del segmento de vehículos eléctricos. Rivian ha apostado por diferenciarse no solo en el aspecto de la electrificación, sino también en ofrecer vehículos con características únicas, variedad de opciones para diferentes tipos de consumidores y un enfoque en la aventura y el rendimiento, lo que podría conquistar nichos específicos.
La diversificación en su línea de productos, con la introducción de modelos más accesibles que complementan su oferta premium actual, es una estrategia que puede ampliar el espectro de clientes y mejorar la percepción del mercado sobre su potencial a largo plazo. El sentimiento de los inversionistas y las expectativas del mercado también juegan un papel crucial. La depreciación que ha sufrido el precio de las acciones desde su máximo ha creado una valoración más atractiva en términos relativos. Para algunos inversores, esta podría ser una señal de oportunidad, especialmente si creen en la capacidad de la empresa para superar sus problemas financieros y aumentar sus ingresos y entregas de vehículos. No obstante, es necesario tener en cuenta que las inversiones en compañías todavía no rentables con pérdidas millonarias son siempre riesgosas, y el camino hacia la estabilización y el crecimiento puede ser lento y lleno de incertidumbre.
Otra cuestión a monitorear será el comportamiento competitivo dentro del mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos y globalmente. Rivian tendrá que enfrentarse no solo a Tesla, sino a otros fabricantes estatales y privados que buscan ganarse su parte del creciente apetito por autos eléctricos. Los avances tecnológicos, las regulaciones gubernamentales, incentivos fiscales y cambios en las preferencias de los consumidores influirán directamente sobre la demanda y la capacidad de Rivian para posicionarse. Si en el próximo año Rivian logra mantener el impulso de crecimiento en su producción y ventas, controlar sus costos y consolidar su cadena de suministro, podría empezar a reflejarse en una mejora sostenida en el precio de sus acciones. Además, la reducción de pérdidas operativas y la posibilidad de reportar ganancias podrían atraer a más inversores institucionales, lo que ayudaría a estabilizar y potenciar su cotización.