El control de acceso es un pilar fundamental en el desarrollo de software moderno, definiendo quién puede hacer qué dentro de una aplicación o plataforma. A medida que las aplicaciones crecen en complejidad, la manera en que se maneja la autorización también debe adaptarse, evolucionar y superar las limitaciones tradicionales. Para entender mejor hacia dónde se dirige este campo, se realizó una encuesta a más de 200 desarrolladores con experiencia directa en la construcción y escalamiento de sistemas de autorización. Los resultados revelan tendencias, retos y oportunidades que marcarán el futuro del control de acceso en 2025 y más allá. El modelo predominante sigue siendo el Control de Acceso Basado en Roles, también conocido como RBAC.
Este enfoque ha sido durante décadas el estándar en la industria por su simplicidad y facilidad de implementación. Casi todos los desarrolladores consultados han utilizado RBAC en algún momento, y un porcentaje alto lo mantiene activo en sus plataformas actuales. La familiaridad y el amplio soporte de proveedores de identidad han consolidado a RBAC como la primera opción para la gestión de permisos en muchos equipos. Sin embargo, esta misma simplicidad que facilita la adopción temprana de RBAC también se convierte en un obstáculo a medida que las aplicaciones y sus usuarios evolucionan. Sistemas dinámicos, colaboración entre usuarios, accesos contextuales o escenarios con múltiples microservicios comienzan a exigir una mayor granularidad y flexibilidad que RBAC no puede ofrecer por sí solo.
Esto explica por qué una notable proporción de desarrolladores optan por construir soluciones de autorización personalizadas o combinadas. Las soluciones caseras, aunque comunes, no siempre son ideales. A menudo surgen por la ausencia de herramientas que encajen perfectamente con arquitecturas específicas o flujos de trabajo únicos. En particular, entornos distribuidos y basados en microservicios enfrentan el reto de mantener coherencia entre roles que atraviesan diversos servicios, lo que puede incrementar la complejidad operativa y el costo de mantenimiento. En respuesta a estos retos, han ganado tracción modelos más expresivos como el Control de Acceso Basado en Atributos (ABAC) y el Control de Acceso Basado en Relaciones (ReBAC).
La adopción de ABAC es sorprendentemente alta, con casi la mitad de los desarrolladores que lo han experimentado alguna vez. Este modelo permite agregar condiciones contextuales y atributos específicos en la toma de decisiones de autorización, aportando un nivel de detalle que sobrepasa la simple asociación con roles. ReBAC, impulsado por iniciativas como Google Zanzibar y herramientas como OpenFGA, también está en crecimiento. Más que sustituir a RBAC, los desarrolladores lo ven como una extensión que combina la seguridad y estructura de los roles con la flexibilidad de modelar relaciones dinámicas entre usuarios y recursos. Esta mixtura permite enfrentar escenarios donde los permisos dependen de conexiones específicas, jerarquías y reglas que varían según el contexto.
Aunque estos modelos avanzados representan el futuro del control de acceso, la encuesta muestra que muchos equipos aún enfrentan dificultades significativas. Los lenguajes para definir políticas de autorización, como Rego, Cedar o Alfa, resultan intimidantes para más de la mitad de los encuestados, quienes calificaron su accesibilidad con un puntaje moderado. Este hecho indica una desconexión entre las herramientas y la experiencia cotidiana de los desarrolladores, ya que aprender un lenguaje específico para políticas puede ser visto como una barrera adicional a la velocidad y agilidad del desarrollo. Otro hallazgo revelador es que más de la mitad de los desarrolladores no evalúan las decisiones de autorización en tiempo real. En su lugar, confían en decisiones previamente calculadas y almacenadas, ya sea en tokens o cachés.
Esta práctica puede ser adecuada para aplicaciones estáticas o de baja complejidad, pero se vuelve riesgosa cuando los entornos son dinámicos, multi-inquilino o colaborativos, donde los permisos cambian constantemente y una decisión pasada puede resultar incorrecta o insegura. La delegación fina, o la capacidad para que los usuarios asignen permisos específicos y restrictivos a otros dentro de un contexto limitado, sigue siendo una característica poco común. Apenas alrededor de una cuarta parte de los profesionales encuestados soportan esta funcionalidad, mientras que la mayoría solo permite delegación a nivel de rol, si es que la permiten. Este déficit refleja lo desafiante que es construir sistemas que permitan a los usuarios manejar la autorización de manera granular sin complicar la lógica interna de la aplicación. A pesar de estas limitaciones, la autorización está emergiendo como una característica cada vez más crítica en el producto.
Más de la mitad de los desarrolladores afirmó que planea implementar autorización de acceso fino en el próximo año, lo que señala una tendencia clara hacia sistemas con controles más contextuales, ajustados a casos de uso reales como aprobaciones, seguridad a nivel de dato y colaboraciones seguras. En cuanto a la monetización, aunque pocas plataformas incluyen el control de acceso como un elemento de planes pagos, se reconoce su valor estratégico. La complejidad para ofrecer características premium relacionadas a la autorización, como colaboración segura o acceso con alcance detallado, hace que sea difícil definirlo como un producto por sí solo. Sin embargo, el mercado está abierto a herramientas que externalicen estas funcionalidades y permitan nuevas formas de monetización para productos B2B. Una tendencia destacada es el creciente interés en herramientas SaaS para la autorización.
Tres de cada cuatro desarrolladores dijeron estar dispuestos a considerar soluciones externas para delegar esta responsabilidad. Esta postura refleja un cambio en la mentalidad: reconocen que, como ocurre con la autenticación o el monitoreo, la autorización es una capa crítica pero compleja que puede beneficiarse de especialización y externalización. Sin embargo, también exigen que estas herramientas sean personalizables y fáciles de integrar con su infraestructura. En general, el panorama actual revela que RBAC permanece como la base sobre la que se construyen soluciones de control de acceso, pero la evolución hacia modelos híbridos y composables es inevitable. La integración de atributos y relaciones en estructuras conocidas permitirá a los equipos escalar sin necesidad de comenzar desde cero o desechar sistemas existentes.
La autonomía de los usuarios para manejar permisos y delegaciones finas será un diferenciador clave en el futuro, demandando plataformas que no solo resuelvan la seguridad sino que faciliten la experiencia de usuario. Además, hacer que las políticas de autorización sean accesibles mediante SDKs, APIs o interfaces familiares será fundamental para su adopción masiva. Finalmente, el control de acceso dejará de ser un simple componente de backend para consolidarse como un factor protagonista que mueve la funcionalidad y el valor percibido de los productos digitales. Con arquitecturas cada vez más distribuidas y demandas de seguridad crecientes, los desarrolladores y productos que entiendan y adopten estos cambios estarán mejor posicionados para enfrentar los desafíos del mañana. Plataformas como Permit.
io ejemplifican cómo la combinación de RBAC, ReBAC y ABAC puede implementarse sin sacrificar flexibilidad ni sencillez, ofreciendo a las empresas la posibilidad de gestionar permisos con herramientas modernas que se integran fácilmente en su stack tecnológico. En definitiva, el futuro del control de acceso anuncia un equilibrio entre poder, usabilidad y adaptabilidad, con el objetivo de habilitar experiencias seguras, dinámicas y escalables para usuarios y desarrolladores por igual.