Jack Mallers es un nombre que cada vez cobra más protagonismo en el universo del criptomercado, especialmente en torno al desarrollo y expansión de Bitcoin. Conocido por ser el creador de Strike, una plataforma de pagos basada en Bitcoin que utiliza la red Lightning para habilitar transacciones rápidas y económicas, Mallers ha elevado su misión a un nuevo nivel al asumir la dirección del recién fundado Twenty One Capital, una firma enfocada exclusivamente en la inversión en Bitcoin. Esta nueva etapa subraya una visión ambiciosa y multifacética que podría cambiar profundamente la manera en la que el mundo entiende y utiliza las criptomonedas. Pero, ¿qué significa realmente esta visión y cómo planea Mallers llevarla a cabo? Para comprenderlo, es necesario adentrarse en la historia y las estrategias tanto de Strike como de Twenty One Capital y explorar el contexto que rodea a estas iniciativas. Strike nació con el propósito de hacer que Bitcoin sea accesible y utilizable para las personas de todo el mundo, especialmente en regiones donde los sistemas financieros tradicionales fallan en proveer servicios confiables y asequibles.
La plataforma aprovecha el Lightning Network, una solución de segunda capa sobre Bitcoin que permite realizar transacciones casi instantáneas y con tarifas mínimas, lo que representa una ventaja significativa en comparación con métodos tradicionales o incluso otras formas de pago digital. El propio Mallers estuvo involucrado de manera activa en la promoción y adopción de Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, un paso histórico que refleja su compromiso con la inclusión financiera global y la revolución del dinero. Para él, Bitcoin no es solamente un activo de inversión, sino una herramienta para construir un sistema financiero más justo, seguro y accesible. Con esta sólida base, la expansión hacia Twenty One Capital es lógica. Fundada tras la fusión de Cantor Equity Partners con un SPAC, esta nueva compañía cuenta con el respaldo de inversionistas de renombre como Tether, Bitfinex y la SoftBank Group, lo que añade un peso significativo a sus aspiraciones.
La misión principal de Twenty One Capital es facilitar a los inversores un acceso sencillo y directo a Bitcoin mediante un vehículo bursátil cotizado, con la intención de medir el rendimiento por “Bitcoin por acción”. Este modelo se inspira en casos previos como MicroStrategy, empresa conocida por su fuerte apuesta en Bitcoin, pero con la intención de ir mucho más allá en la creación de instrumentos financieros innovadores y nativos de Bitcoin. La visión de Jack Mallers, expresada también en una carta abierta dirigida a los accionistas, es clara y llena de propósito: "Si arreglamos el dinero, arreglamos el mundo". Esta frase, aunque sencilla, resume el alcance profundo de su pensamiento. Para Mallers, Bitcoin tiene el poder de remodelar las estructuras fundamentales de la economía global, generar mayor equidad y crear oportunidades económicas a nivel global.
Su labor en Strike y ahora en Twenty One Capital son las dos caras de una misma moneda: mientras Strike se enfoca en la accesibilidad y funcionalidad cotidiana de Bitcoin como medio de pago, Twenty One Capital apunta a su institucionalización mediante productos financieros sofisticados que permitan aumentar la tenencia de Bitcoin en manos del público inversor. Este enfoque dual genera un ecosistema integral que puede acelerar la adopción masiva de Bitcoin y propiciar un cambio en la percepción de esta criptomoneda, de un simple activo especulativo a un componente real de las finanzas diarias y estratégicas. De hecho, la creación de Twenty One Capital y su proyecto de lanzar acciones bajo el ticker XXI indica un movimiento hacia la profesionalización y normalización de Bitcoin en el mercado de capitales, algo que podría atraer a una nueva ola de inversores institucionales y particulares que buscan exposición a criptomonedas sin tener que lidiar con la complejidad técnica de comprarlas y almacenarlas directamente. Más allá del impacto inmediato, la entrada de jugadores tan importantes como SoftBank, que ha invertido cerca de 900 millones de dólares en Bitcoin a través de esta asociación, podría marcar un antes y un después en la forma en la que el dinero institucional fluye hacia las criptodivisas. Expertos y analistas han señalado que este movimiento no ha recibido la atención que merece y que, en realidad, podría desencadenar una nueva era de integración de Bitcoin en los sistemas financieros globales.
Se trataría de una alianza estratégica de enorme influencia capaz de irradiar confianza y de configurar un camino claro hacia una adopción más amplia y regulada de Bitcoin. Esta realidad no solo destaca la importancia de los proyectos de Mallers sino que también abre la puerta a la proliferación de productos financieros y mecanismos complementarios que buscan capitalizar el creciente interés en Bitcoin. Un ejemplo de esta tendencia es BTCBULL, un token cuyo modelo incluye recompensas ligadas a metas de precio de Bitcoin y airdrops automáticos de bitcoins reales, además de un sistema de quema de tokens para reducir la circulación y generar escasez. Este tipo de iniciativas complementan la propuesta de valor que Twenty One Capital puede representar, aunque con un enfoque distinto, más orientado a la especulación y participación en mercados emergentes. Jack Mallers se presenta así como un visionario que combina un profundo conocimiento técnico y una sólida comprensión de las dinámicas financieras y sociales.
Su trabajo en Strike muestra que la usabilidad y la inclusión financiera pueden avanzar de la mano con tecnología de punta, mientras que con Twenty One Capital apunta a transformar la percepción y el posicionamiento de Bitcoin, haciéndolo parte indivisible del entramado financiero global. Su compromiso va más allá de la mera acumulación de riqueza digital, buscando impactar en la equidad y la democratización de los recursos, algo cada vez más necesario en un mundo que demanda soluciones más justas y transparentes. La capacidad de Mallers para navegar simultáneamente en el mundo de las startups tecnológicas, las finanzas tradicionales y el activismo cripto lo coloca en una posición única para impulsar este cambio. Su estrategia de liderazgo dual en Strike y Twenty One Capital refleja no solo su ambición personal, sino también una visión holística y articulada de cómo Bitcoin puede cambiar no solo la forma en que hacemos transacciones, sino también cómo concebimos el valor, la propiedad y la economía global. En definitiva, al examinar la trayectoria y las nuevas iniciativas de Jack Mallers, queda claro que estamos ante un proyecto de alto impacto con el potencial para desencadenar transformaciones significativas en la industria financiera y en la cotidianidad de millones de personas.
La visión de "arreglar el dinero para arreglar el mundo" resuena con fuerza y plantea un desafío y una invitación para todos los actores del ecosistema financiero y tecnológico: reconocer el poder disruptivo de Bitcoin y trabajar para integrarlo de forma eficaz, segura y equitativa en nuestras vidas y mercados.