Calcular el rendimiento total esperado de cualquier acción es un aspecto fundamental para los inversores que buscan maximizar sus inversiones. Este concepto no solo se refiere a la variación en el precio de la acción, sino que también abarca otros factores clave como los dividendos y el rendimiento general de la inversión. A través de este artículo, exploraremos cómo calcular el rendimiento total esperado de una acción y por qué es una herramienta esencial en el arsenal de cualquier inversor. El rendimiento total es, en esencia, la rentabilidad completa de una inversión durante un período determinado. Incluye las ganancias de capital, que son el aumento en el precio de la acción, así como los dividendos pagados.
Por ejemplo, si una acción aumenta de precio de 10 a 20 euros, el rendimiento total sería del 100%. Sin embargo, si esta acción también pagó 1 euro en dividendos durante el mismo período, el rendimiento total sería del 110%. Esta diferencia resalta la importancia de considerar tanto la apreciación del capital como los ingresos generados por dividendos. La fórmula básica para calcular el rendimiento total es relativamente simple: 1. Encuentra el costo inicial de la inversión.
2. Suma el total de dividendos pagados durante el período de inversión. 3. Encuentra el precio de venta al cierre de la inversión. 4.
Suma los dividendos al precio de cierre. 5. Divide el resultado por el costo inicial de la inversión y resta 1. Para poner esta fórmula en acción, consideremos un ejemplo hipotético en el que un inversor compra una acción a 10 euros. A lo largo del año, la acción paga un dividendo de 1 euro, y al final del año, el precio de la acción es de 20 euros.
- Costo inicial: 10 euros - Dividendos: 1 euro - Precio de cierre: 20 euros El rendimiento total sería: 1. Sumar los dividendos al precio de cierre: 20 euros + 1 euro = 21 euros 2. Dividir este número por el costo inicial: 21 euros / 10 euros = 2.1 3. Restar 1: 2.
1 - 1 = 1.1, lo que se traduce en un 110% de rendimiento total. Ahora que entendemos cómo calcular el rendimiento total después de que ha ocurrido, el siguiente paso es estimar los rendimientos futuros esperados. Esto es particularmente crucial para los inversores que buscan hacer proyecciones informadas sobre el desempeño de sus carteras. Para calcular el rendimiento total esperado, seguimos desglosando el rendimiento total en sus componentes.
Estos incluyen: - Dividendos - Cambio en la utilidad por acción (EPS) - Cambio en el múltiplo precio-beneficio (P/E) El cambio en el precio de una acción proviene, a su vez, de dos fuentes: el cambio en las ganancias por acción y el cambio en el múltiplo de valoración. Esto ofrece una visión integral de cómo se espera que una acción se comporte a largo plazo. La fórmula para el rendimiento total esperado se puede expresar así: Rendimiento total esperado = (Cambio en la utilidad por acción) + (Cambio en el múltiplo P/E) Ahora, si tomamos de ejemplo una acción de una empresa conocida, como Coca-Cola, podemos aplicar esta metodología para prever su rendimiento durante un período determinado, digamos cinco años. Para ello, comenzamos evaluando el precio actual de la acción y su relación precio-beneficio. Supongamos que Coca-Cola tiene un precio por acción de 45,63 euros y ha reportado unas ganancias ajustadas de 1,97 euros, lo que resulta en un múltiplo P/E de 23,2.
Históricamente, Coca-Cola ha tenido un múltiplo promedio de 18,6 en la última década. Al proyectar el rendimiento de Coca-Cola, surge la pregunta: ¿mantendrá su prima histórica en relación con el mercado? Este tipo de preguntas son vitales, ya que el mercado puede estar sobrevalorado o infravalorado, lo que afecta directamente la valoración futura de cualquier acción. Analistas y expertos sugieren que, generalmente, es prudente ser conservador al hacer estas proyecciones. En este caso, uno podría estimar que Coca-Cola puede tener su múltiplo P/E alineado con el del S&P 500 en el futuro, considerando condiciones de mercado y su crecimiento proyectado. Después de establecer el múltiplo de P/E esperado, es crucial evaluar el crecimiento del negocio en sí.
Por ejemplo, si Coca-Cola ha crecido a un ritmo del 5% anual en las últimas décadas, se podría proyectar que continuará esos niveles de crecimiento. Sin embargo, también existen factores en contra, como la disminución del consumo de refrescos en los países desarrollados. Además del crecimiento de las ganancias por acción, los inversores deben considerar el impacto de los programas de recompra de acciones, que pueden aumentar el valor de las acciones restantes en circulación. En el caso de Coca-Cola, se podría asumir que gastará un cierto porcentaje de sus beneficios netos en recompra de acciones durante el período proyectado, mejorando indirectamente el rendimiento total para los accionistas. Una vez que se hayan calculado los cambios en el múltiplo P/E y el crecimiento de las ganancias por acción, los inversores pueden sumar estas estimaciones al rendimiento total esperado.
Esto ya proporciona un cuadro más claro de lo que podrían esperar en términos de rendimientos. Finalmente, para estimar la contribución esperada de los dividendos, simplemente se puede añadir el rendimiento de dividendos actual. Por ejemplo, si Coca-Cola ofrece un rendimiento de dividendos del 3,1%, se suma este porcentaje al rendimiento total previamente calculado. Para resumir, el rendimiento total esperado de Coca-Cola, al incluir el crecimiento esperado y los dividendos, podría ubicarse alrededor del 6%. Sin embargo, es importante recordar que estas son proyecciones y siempre están sujetas a cambios debido a condiciones económicas, decisiones empresariales y otros factores externos.
Calcular el rendimiento total esperado de cualquier acción es, sin duda, una herramienta esencial para los inversores. Esto no solo ayuda a establecer expectativas realistas sobre el rendimiento futuro, sino que también proporciona una base sólida para comparar diferentes inversiones y optimizar carteras. Comprender este concepto y aplicar la metodología para calcularlo puede marcar la diferencia entre una inversión exitosamente planificada y un malgasto de recursos en la volátil bolsa de valores.