En el ámbito de las criptomonedas y las tecnologías blockchain, Ethereum destaca como una de las plataformas más revolucionarias gracias a su capacidad para ejecutar contratos inteligentes. Sin embargo, a pesar de su éxito y adopción global, Ethereum enfrenta desafíos significativos relacionados con la escalabilidad y la eficiencia de su capa de ejecución. Ante este panorama, Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, ha planteado una propuesta innovadora y audaz: reemplazar la Ethereum Virtual Machine (EVM) por la arquitectura RISC-V para impulsar la velocidad y eficiencia del procesamiento de contratos inteligentes. RISC-V, pronunciado como “risk five”, es una arquitectura de conjunto de instrucciones (ISA) abierta y moderna basada en los principios de Reduced Instruction Set Computer (RISC). En términos simples, funciona como un blueprint o plano que define las instrucciones que un procesador puede ejecutar.
A diferencia de arquitecturas propietarias como ARM o x86, RISC-V es altamente modular, flexible y accesible, permitiendo a desarrolladores personalizar y adaptar su funcionalidad para diversos usos, desde supercomputadoras hasta smartphones, y ahora, potencialmente, blockchains como Ethereum. Vitalik Buterin presentó formalmente esta idea en abril de 2025, describiéndola como una propuesta radical para abordar uno de los mayores cuellos de botella que limita la escalabilidad blockchain: la capa de ejecución de Ethereum. Actualmente, la EVM enfrenta problemas derivados de la ejecución single-thread, el diseño computacional ineficiente y la complejidad en la gestión del estado, lo que genera congestión, tarifas elevadas y limita la capacidad de transacciones. El planteamiento de Buterin no es simplemente un cambio técnico sino una estrategia para modernizar Ethereum y preservar su liderazgo en el ecosistema de contratos inteligentes. Sostiene que implementar RISC-V podría multiplicar por cien la eficiencia en la capa de ejecución, aunque reconoce que alcanzar esa cifra exacta será un desafío.
De todos modos, las mejoras en velocidad y reducción de recursos computacionales se traducirían en comisiones más bajas y un mayor volumen de transacciones manejadas simultáneamente. Una de las particularidades de RISC-V que lo hace particularmente atractivo para Ethereum es su compatibilidad con pruebas de conocimiento cero (zero-knowledge proofs, ZK-proofs). Estas pruebas son fundamentales en el desarrollo de soluciones de escalabilidad y privacidad, como los rollups ZK, que buscan aliviar la carga de procesamiento al trasladarla fuera de la cadena principal mientras mantienen la seguridad y transparencia. La EVM, aunque robusta y probada, introduce una sobrecarga considerable en estas operaciones debido a su diseño para la contabilidad de gas y la administración del estado, lo que dificulta implementaciones optimizadas de ZK-proofs. En contraste, RISC-V ofrece un conjunto de instrucciones sencillo y flexible que elimina esta sobrecarga, permitiendo que las operaciones relacionadas con pruebas de conocimiento cero sean más eficientes y directas.
Por esta razón, la propuesta de Buterin no apunta tanto a suplantar completamente la EVM, sino a utilizar RISC-V como backend para zkEVM o rollups similares, optimizando notablemente el proceso de verificación de pruebas y ejecutando contratos inteligentes con mayor rapidez y menor consumo energético. La implementación práctica de RISC-V en Ethereum todavía está en debate y análisis dentro de la comunidad y los mecanismos de gobernanza del ecosistema. Buterin ha sugerido varias vías posibles, entre ellas la coexistencia de dos máquinas virtuales: la EVM tradicional y una nueva basada en RISC-V. Esto permitiría que los contratos inteligentes se escribieran y ejecutaran en cualquiera de los dos entornos, manteniendo la interoperabilidad y funcionalidades clave como almacenamiento persistente, gestión de balances y llamadas entre contratos. Esta estrategia facilitaría una transición gradual sin interrumpir las aplicaciones descentralizadas (DApps) ya existentes.
Otra opción, más revolucionaria, sería modificar el protocolo para convertir los contratos EVM existentes mediante un intérprete que funcione como una capa de traducción, permitiendo que los contratos nuevos se escriban directamente en RISC-V. Esto representa un desafío mayor, porque modificar la arquitectura de base de Ethereum implica un riesgo considerable de romper la compatibilidad con aplicaciones y contratos que dependen de la infraestructura actual. Las discusiones en torno a esta propuesta también han evidenciado preocupaciones técnicas legítimas. Algunos desarrolladores experimentados, como Ben Adams, advierten que aunque la eficiencia en la generación de pruebas ZK mejore, la construcción y ejecución de bloques podría ralentizarse. Otros miembros de la comunidad han señalado que la abstracción que implica pasar de un entorno predominantemente enfocado en operaciones U256 (como el EVM) a una arquitectura general como RISC-V podría degradar el rendimiento general en ciertos aspectos.
Sin embargo, estos debates son parte esencial del proceso democrático que caracteriza a Ethereum y otras plataformas blockchain. Cada propuesta debe sopesar los beneficios potenciales frente a los costos técnicos y de implementación. Además, la velocidad de la innovación en este campo requiere que se evalúen cuidadosamente las prioridades para enfocar los recursos en las áreas de mayor impacto a corto y mediano plazo. La importancia de esta posible transición radica también en el contexto histórico de Ethereum. Desde su fundación, la plataforma ha atravesado hitos decisivos, como el hard fork de 2016 tras el hackeo de The DAO, y la trascendental actualización conocida como “The Merge” en 2022, que cambió el mecanismo de consenso de proof-of-work a proof-of-stake, mejorando la eficiencia energética y la sostenibilidad de la red.
La propuesta de incorporar RISC-V podría ser otro paso transformador en esta evolución constante, orientado a resolver uno de los problemas más críticos: la capacidad para escalar sin perder descentralización ni seguridad. La arquitectura RISC-V ha ganado interés a nivel global no solo por su apertura, sino por ofrecer ahorros significativos en costos de desarrollo y fabricación al estar libre de licencias restrictivas. Este factor puede favorecer el desarrollo de hardware optimizado para nodos y validadores que trabajan con Ethereum, ampliando el ecosistema y reduciendo barreras técnicas. Si bien la decisión final de adoptar RISC-V recaerá en la comunidad, y podría requerir años de desarrollo y pruebas exhaustivas, está claro que esta propuesta pone sobre la mesa una visión audaz para el futuro de Ethereum. Representa un intento de replantear la base tecnológica para potenciar el rendimiento y permitir un crecimiento sostenido ante la creciente demanda global por contratos inteligentes más rápidos, económicos y seguros.