El fundador de TRON, Justin Sun, ha intensificado recientemente sus graves acusaciones contra First Digital Trust (FDT), un agente custodio con sede en Hong Kong, señalando un supuesto caso de malversación de fondos por un valor que alcanza los 500 millones de dólares. Este conflicto ha generado un amplio debate en el ámbito de las criptomonedas y la custodia financiera, y está siendo seguido de cerca tanto por inversores como por reguladores y expertos del sector. Justin Sun ha señalado públicamente que First Digital Trust supuestamente desvió una suma de 456 millones de dólares, que originalmente estaban destinados a ser invertidos en un fondo registrado en las Islas Caimán, hacia una empresa con sede en Dubai sin autorización. En concreto, Sun sostiene que los fondos estuvieron destinados a un fondo mutuo domiciliado en las Islas Caimán llamado Aria Commodity Finance Fund (ACFF), pero fueron transferidos a Aria DMCC, una entidad distinta que actúa en Dubai. Para ilustrar la supuesta irregularidad, Sun ha usado una metáfora vinculada al mundo blockchain, popular entre profesionales y entusiastas de esta tecnología: el reemplazo de direcciones.
Esta práctica consiste en alterar un carácter dentro de una dirección de blockchain con el fin de redirigir fondos a un destinatario diferente, práctica habitual en diversos ataques cibernéticos en el ecosistema criptográfico. Según Sun, FDT habría reproducido este principio en el sistema financiero tradicional, redirigiendo los fondos a una entidad diferente con un nombre parecido, pero completamente ajena al fondo legítimo. Estas acusaciones no solo implican movimientos económicos irregulares, sino también una presunta conspiración entre varias personas vinculadas a FDT y a las operaciones relacionadas. Justin Sun ha nombrado específicamente a Alex De Lorraine, Vincent Chok –actual CEO de FDT– y a Yai Sukonthabhund como “co-conspiradores” implicados en un esquema para obtener millones de dólares a través de pagos ilícitos conocidos como exacciones o sobornos. Sun también ha señalado que Vincent Chok habría gestionado personalmente la transferencia de al menos 15.
5 millones de dólares que estaban destinados a pagos secretos a una cuenta conocida como Glass Door en Hong Kong. El origen del conflicto viene de una crisis de reservas que afectó a TUSD, un stablecoin respaldado por First Digital Trust. Ante esta situación, Justin Sun intervino con una inyección de capital para estabilizar la moneda, y posteriormente anunció un plan de recompensas por valor de 50 millones de dólares destinado a la recuperación de los activos. Esto demuestra la determinación de Sun no solo de proteger sus inversiones, sino también de buscar justicia frente a lo que él considera un fraude significativo. La reacción de First Digital Trust no se ha hecho esperar.
La empresa ha presentado una demanda por difamación contra Justin Sun ante el Tribunal Superior de Hong Kong, buscando impedir que Sun continúe haciendo acusaciones públicas contra la compañía. FDT también ha negado tajantemente las acusaciones de insolvencia y fraude, asegurando que mantiene una posición financiera totalmente solvente y que el daño a su reputación causado por las declaraciones de Sun es injustificado. Este enfrentamiento público ha tenido consecuencias reales en el mercado, en particular sobre FDUSD, el stablecoin controlado por First Digital Trust. Tras las primeras denuncias de Sun, FDUSD sufrió momentáneamente una ruptura de su paridad con el dólar, aunque luego logró recuperarse y actualmente se cotiza en torno a 0.9987 dólares.
Este episodio pone de manifiesto la sensibilidad del mercado a las noticias relacionadas con la solvencia y la confianza en los custodios digitales. El caso refleja una problemática cada vez más relevante en el ecosistema criptográfico: la seguridad y transparencia en la custodia de activos digitales. La confianza depositada en instituciones como First Digital Trust es fundamental para la estabilidad y crecimiento del mercado, y cualquier indicio de mala praxis puede generar impactos significativos tanto en la percepción de los usuarios como en la estabilidad financiera de los productos asociados. Además, la disputa también resalta la complejidad del marco legal que rodea a la custodia y gestión de activos digitales en jurisdicciones como Hong Kong que, aunque son centros financieros globales, todavía se enfrentan al reto de adaptar sus regulaciones a la rapidez y particularidades del sector blockchain y cripto. Desde otro ángulo, las estrategias legales y de comunicación adoptadas por ambas partes serán decisivas para el desenlace del conflicto.
Justin Sun utiliza sus plataformas, incluyendo redes sociales, para mantener la presión mediática sobre First Digital Trust y dar visibilidad a sus denuncias. Por su parte, la custodia ha optado por la vía judicial, buscando defender su reputación y evitar el daño potencial que pueden suponer las acusaciones para sus relaciones comerciales y la confianza del mercado. En un sector donde la confianza es la piedra angular, las acusaciones de Justin Sun no solo ponen en jaque a First Digital Trust, sino que también generan un llamado de atención para toda la industria en cuanto a la necesidad de contar con mecanismos más robustos de auditoría, transparencia y supervisión. Mientras el proceso legal sigue su curso, los inversores y usuarios de criptomonedas observan con atención cómo evoluciona esta disputa que involucra a figuras relevantes y a grandes sumas que pueden influir en la percepción global sobre la custodia de activos en los mercados digitales. Es importante recordar que el mundo de las criptomonedas está en constante evolución, y situaciones como esta ofrecen una oportunidad para que el ecosistema madure en términos de regulación, cumplimiento y mejores prácticas.