Baosteel, la mayor empresa siderúrgica cotizada y subsidiaria del grupo estatal China Baowu Steel Group, ha anunciado expectativas claras sobre recortes significativos en la producción nacional de acero para el año 2025. Esta noticia llega en un momento crucial para la industria del acero en China, que se encuentra bajo fuertes presiones debido a problemas estructurales como la sobrecapacidad, la caída en la demanda interna y la creciente competencia internacional con tarifas y restricciones comerciales. La industria siderúrgica china, la más grande del mundo en términos de producción, ha experimentado en los últimos años un crecimiento acelerado que ha derivado en un exceso de oferta que afecta los precios y la rentabilidad de las empresas. La sobrecapacidad de producción ha sido un tema recurrente para los reguladores chinos, quienes han buscado implementar políticas que favorezcan la consolidación y la reducción de stocks excedentes para lograr una mayor estabilidad en el mercado. En este contexto, Baosteel, integrada en China Baowu Steel Group, ha señalado que la posibilidad de recortes masivos en la producción de acero crudo supera los 50 millones de toneladas métricas al año.
Si bien la empresa hizo énfasis en que estas medidas no serán aplicadas de forma inmediata ni uniforme, la intención es clara: ayudar a equilibrar la oferta y demanda interna y mantener precios sostenibles que permitan la viabilidad de toda la cadena productiva. El impacto de esta reducción programada será amplio y afectará a varios eslabones del mercado. En primer lugar, ayudará a contener la caída en los precios del acero, evitando que una oferta excesiva continúe erosionando los márgenes de beneficio de los productores nacionales. Además, al reducir la producción de acero, también disminuirán los costos y la demanda de materias primas relacionadas, como el mineral de hierro y el carbón, lo cual puede tener implicaciones importantes para los mercados de commodities. La postura oficial del gobierno chino ha sido, hasta ahora, prudente en cuanto a los detalles específicos de cuándo y cómo se llevarán a cabo estos recortes.
Sin embargo, el punto ha sido claramente mencionado en informes gubernamentales recientes, lo que respalda las declaraciones de Baosteel. La estrategia busca evitar una implementación abrupta que pueda desestabilizar la economía o afectar de manera desigual a diferentes regiones y productores. Un reto adicional al que se enfrentan las siderúrgicas chinas es el descenso en la demanda interna de acero. Se proyecta una reducción en el consumo doméstico del 2% para 2025, consecuencia de factores como la desaceleración en sectores clave de la construcción, la fabricación de vehículos y maquinaria, y un cambio estructural hacia una economía menos dependiente del crecimiento impulsado por la inversión en infraestructura. En el plano internacional, Baosteel anticipa una disminución significativa en las exportaciones de acero chinas debido a una combinación de aranceles impuestos por otros países y políticas proteccionistas que restringen el acceso al mercado global.
Se estima que las exportaciones se reducirán en aproximadamente 15 millones de toneladas, mientras que las exportaciones indirectas, que incluyen productos manufacturados que utilizan acero como componente, caerán en torno a 20 millones de toneladas. Esta caída en las exportaciones representa un ajuste importante para un mercado que en 2024 alcanzó un nivel récord con más de 110 millones de toneladas exportadas, incluyendo un récord histórico de Baosteel con más de 6 millones de toneladas. La necesidad de contar con estímulos gubernamentales adicionales para contrarrestar estas presiones externas también fue mencionada por los directivos de la empresa, quienes esperan que Pekín despliegue medidas de incentivo para sostener la actividad industrial y la economía en general. Desde el punto de vista financiero, Baosteel reportó un aumento de más del 26% en sus ganancias netas del primer trimestre de 2025, impulsado principalmente por la reducción de costos operativos. Este resultado positivo se reflejó en un aumento significativo en el precio de sus acciones, lo que demuestra un cierto optimismo por parte de los inversores en cuanto al manejo estratégico de la compañía frente a un entorno desafiante.
La decisión de reducir la producción nacional de acero también responde a factores medioambientales y de sostenibilidad. China ha incrementado sus compromisos en materia de reducción de emisiones contaminantes, y la industria del acero, tradicionalmente intensiva en carbono y energía, está bajo la lupa para mejorar su eficiencia energética y disminuir su impacto ambiental. La contracción controlada de la producción puede favorecer el avance en estos objetivos, promoviendo tecnologías más limpias y plantas más modernas. En definitiva, Baosteel se posiciona como una pieza clave en la transformación que está viviendo la industria siderúrgica China. Una reducción ponderada de la producción prevista para 2025 apunta a generar un equilibrio más sostenible entre la oferta y la demanda, estabilizar los precios en un mercado global cada vez más complejo y servir como un catalizador para la adopción de políticas que mejoren la competitividad y eficiencia del sector.