En el mundo de la tecnología, evolucionar no solo es deseable, sino indispensable para mantenerse competitivo y relevante. En un momento donde las demandas de procesamiento y escalabilidad crecen exponencialmente, las empresas deben tomar decisiones audaces para dejar atrás sistemas que ya no satisfacen sus necesidades. Aluma, una compañía que ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, ha vivido esta realidad en carne propia con la retirada de su API legada y la adopción de una arquitectura moderna que responde a los grandes retos del presente y el futuro. La decisión de retirarse de una API legada no es solo una cuestión técnica o administrativa, sino el reflejo de años de aprendizaje, errores, aciertos y evolución. La API Documentos, el primer intento de Aluma por crear una plataforma escalable para el procesamiento documental, constituyó un pilar fundamental durante sus años iniciales.
A través de sus 2.3 millones de líneas de código, esta API no solo atendió a las necesidades de los clientes, sino que permitió a su equipo comprender profundamente los desafíos del espacio y los requerimientos técnicos involucrados. Sin embargo, como suele ocurrir con las primeras versiones, la experiencia acumulada dejó claro que era necesario un enfoque diferente para afrontar el crecimiento y la complejidad futuros. La API Documentos, basada en un esquema síncrono, presentaba limitaciones arquitectónicas que dificultaban su escalabilidad y capacidad para manejar volúmenes crecientes de procesamiento. En respuesta, nació la API Tareas, un servicio asincrónico con un diseño enfocado en resolver las deficiencias de su predecesora y preparado para soportar la expansión acelerada que la compañía comenzaba a experimentar.
El camino hacia esta transición fue paulatino y estratégico. Desde enero de 2022, Aluma dirigió esfuerzos de desarrollo hacia la API Tareas mientras mantenía en vida la API Documentos para asegurar la continuidad del servicio. Con el tiempo, numerosos clientes y funcionalidades migraron hacia la nueva plataforma, culminando en la reciente desaparición total de la API Documentos. Este paso no solo representa la limpieza de un código heredado, sino la cristalización de una transformación tecnológica que reafirma la capacidad de la empresa para innovar y adaptarse. Un aspecto fascinante de esta evolución es la reflexión arquitectónica que la compañía llevó a cabo respecto al modelo de microservicios.
Al intentar seguir una tendencia popular, el equipo adoptó una arquitectura microservicios demasiado pronto, enfrentándose a los obstáculos clásicos de fragmentación, duplicidad de código y complejidades en la comunicación entre servicios. Para un equipo pequeño, estos desafíos no solo consumían recursos sino que ralentizaban el desarrollo. En lugar de continuar con este modelo fragmentado, Aluma optó por una solución híbrida denominada "microlito". Este enfoque combina lo mejor del monolito y los microservicios: mantiene un único repositorio de código, reduce la cantidad de servicios distribuidos, pero aprovecha la escalabilidad y la gestión simplificada de contenedores en Kubernetes. Se trata de una arquitectura pragmática, adaptada a las capacidades y el tamaño del equipo, que posibilita un desarrollo ágil y eficiente.
La filosofía detrás del microlito puede sintetizarse en un consejo fundamental: "Programa con los ingenieros que tienes." Esta máxima destaca la importancia de construir sistemas que funcionen para el equipo y el contexto, en lugar de intentar imitar las arquitecturas complejas de grandes corporaciones sin los recursos necesarios. Para Aluma, esta decisión ha sido clave para superar barreras y concentrarse en lo que aporta valor. Gracias a esta reestructuración arquitectónica y al nuevo diseño asincrónico de la API Tareas, Aluma ha podido escalar su plataforma de forma impresionante. Donde antes un proyecto de un millón de páginas procesadas en un año parecía considerable, hoy ese volumen es manejado en un solo día.
Las pruebas de rendimiento recientes indican que la empresa está en camino de alcanzar la increíble meta de procesar un millón de páginas por hora, una cifra que demuestra el enorme potencial desbloqueado. Pero la historia no se detiene en la infraestructura o el rendimiento. Más allá de la tecnología, Aluma es consciente de que la experiencia del usuario y la facilidad para incorporar nuevos clientes son igualmente vitales. Conforme el negocio crece, estos aspectos adquirirán protagonismo para garantizar que la plataforma siga siendo intuitiva y accesible mientras soporta cargas cada vez mayores. Esta transición también plantea nuevos desafíos técnicos, como la eventual consistencia, que representa un cambio en la forma en que se manejan los datos en sistemas distribuidos.
Sin embargo, el diseño asincrónico de la API Tareas prepara el terreno para enfrentarlos de manera ordenada y efectiva. Al final, retirar la API legada no es simplemente eliminar código antiguo, es cerrar un capítulo significativo y abrir otro lleno de promesas. Representa la culminación de años de aprendizaje, esfuerzos y dedicación de un equipo pequeño pero comprometido, que ha sabido ajustar su rumbo con inteligencia y visión. El viaje de Aluma muestra cómo la evolución tecnológica es una combinación de decisiones técnicas, cultura de equipo y entendimiento profundo del propio negocio y sus limitaciones. Incorporar ese conocimiento en la arquitectura y en las herramientas da lugar a soluciones adaptadas, sostenibles y escalables.
En definitiva, despedir la API Documentos es un hito que trasciende lo técnico para convertirse en un símbolo de crecimiento y renovación. Aluma no solo ha ganado en capacidad y rendimiento, sino que ha demostrado que comprender el contexto y construir desde las fortalezas propias es la ruta más segura para avanzar en el competitivo mundo digital actual.