La situación de Tigran Gambaryan, un destacado funcionario de cumplimiento de Binance, ha generado una intensa ola de indignación en la comunidad cripto tras su reciente tratamiento en Nigeria. La polémica estalló cuando un video se volvió viral, mostrando a Gambaryan luchando por caminar con una muleta mientras era escoltado hacia un tribunal en el país africano. La imagen de su sufrimiento, combinada con la aparente indiferencia de las autoridades penitenciarias nigerianas, ha provocado comentarios vehementes y exigencias de acción por parte de la comunidad cripto. Tigran Gambaryan, conocido por su trabajo anterior en el Servicio de Impuestos Internos de EE. UU.
(IRS), fue detenido junto con Nadeem Anjarwalla, el gerente regional de Binance para África, a finales de febrero. Ambos fueron acusados de lavado de dinero, aunque en ese momento, ni Gambaryan ni su familia recibieron información clara sobre las razones de su detención. Anjarwalla logró escapar de la custodia nigeriana, lo que ha añadido un aire de misterio y preocupación sobre las verdaderas razones detrás de la detención de Gambaryan. En el video, Gambaryan implora ayuda a un guardia de prisión nigeriano mientras intenta proceder con dificultad. Con una muleta y una pierna visiblemente afectada, su grito desgarrador: “¡No estoy bien! ¡Esto es una locura!” resonó en las redes sociales, generando descontento entre los usuarios de la plataforma X.
La situación consiguió acaparar la atención de figuras influyentes como Richard Teng, CEO de Binance, quien no dudó en reprochar el trato que recibió su empleado, enfatizando la necesidad de que Gambaryan obtenga atención médica y vuelva a casa. Mientras las declaraciones de apoyo se multiplican, la comunidad cripto también ha arremetido contra Binance, acusando a la compañía de no hacer lo suficiente para proteger a uno de sus propios empleados. A pesar de tener una influencia considerable en el mercado global de criptomonedas y miles de millones de dólares en reservas, numerosos usuarios consideran que el gigante de las criptomonedas ha fallado en su deber de cuidar a su personal, instando a Binance a tomar medidas concretas y efectivas para ayudar a Gambaryan. Las críticas hacia el gobierno nigeriano no se hicieron esperar; muchos usuarios expresaron que la situación refleja un ambiente hostil para los inversores en Nigeria. Algunos hasta sugirieron que Binance debería considerar llevar el caso ante la Corte Penal Internacional para que se juzgue la violación de derechos humanos de Gambaryan.
Las voces que abogan por su liberación son cada vez más numerosas, incluyendo a abogados y activistas del ámbito cripto, quienes afirman que Gambaryan necesita atención médica urgente. En medio de este clima de tensión, la esposa de Gambaryan, Yuki, ha compartido preocupaciones sobre la salud de su esposo, quien en estos meses ha desarrollado complicaciones, lo que incluye neumonía y malaria. Gambaryan sufre de un disco herniado que le causa un dolor extremo y casi lo imposibilita para caminar. A pesar de estas condiciones, las autoridades nigerianas han sido reticentes a proporcionar la atención médica adecuada, lo que ha llevado a su familia a pedir ayuda a la comunidad internacional. La indignación generada en torno al caso de Gambaryan ha provocado que muchos en el espacio criptográfico no solo se opongan activamente a su detención, sino que también exijan cambios en cómo las empresas de criptomonedas abordan situaciones de este tipo.
La presión está aumentando sobre Binance para que implemente protocolos más robustos para proteger a sus empleados en el extranjero, especialmente en países donde los derechos de los ciudadanos, y especialmente de los extranjeros, son fácilmente violados. Un gran número de usuarios ha criticado la aparente falta de acción de la empresa, sugiriendo que la respuesta de Binance ha sido insuficiente e ineficaz ante una situación tan gravosa. Muchos han hecho comparaciones con otras corporaciones que han tomado medidas por sus empleados en situaciones de riesgo, afirmando que Binance debería aprender de esos ejemplos y actuar con determinación. El eco del sufrimiento de Gambaryan ha resonado fuertemente, no solo en el ámbito comercial y financiero, sino también en el mundo de los derechos humanos. Activistas se han unido para exigir que el gobierno nigeriano rinda cuentas por el tratamiento que ha infligido a Gambaryan, destacando que su situación no es un caso aislado, sino un reflejo de un sistema que a menudo desatiende las necesidades de los detenidos.