El ecosistema de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) ha experimentado un crecimiento vertiginoso en los últimos años, atrayendo una gran variedad de talentos tecnológicos, inversores y usuarios globales. Sin embargo, esta rápida expansión también ha desvelado ciertas vulnerabilidades, principalmente relacionadas con la seguridad, la confianza y la ética en el manejo de fondos digitales. Un caso reciente que ejemplifica estos desafíos tiene como protagonista a un exdesarrollador de Clanker, conocido bajo el seudónimo Proxystudio, cuyo pasado en el proyecto Velodrome Finance ha generado una ola de controversia en el sector. Clanker es un launchpad de agentes de inteligencia artificial (IA) que funciona sobre Base, la capa 2 de Ethereum respaldada por Coinbase. Este proyecto se ha posicionado rápidamente en la comunidad blockchain gracias a su integración innovadora de tecnologías inteligentes aplicadas a la gestión y operación de activos digitales.
La plataforma lanzó su token CLANKER a finales de 2024, alcanzando en un primer momento precios máximos valorados en más de 128 millones de dólares. Sin embargo, la reputación del equipo se vio comprometida cuando salió a la luz la relación directa de uno de sus desarrolladores con un robo significativo ocurrido en Velodrome Finance. Proxystudio, anteriormente conocido bajo el alias Gabagool.eth, fue identificado como el responsable de haber sustraído aproximadamente 350,000 dólares de los fondos del equipo en Velodrome Finance. Este incidente tuvo lugar en 2022 y conmocionó a la comunidad debido a la naturaleza interna del ataque: no fue un hacker externo, sino un integrante del propio equipo quien llevó a cabo el acto.
Velodrome, plataforma que también se posiciona en el ecosistema DeFi y está especializada en servicios financieros descentralizados, notificó públicamente este robo, dejando claro el sentimiento de desilusión y traición que sintieron sus miembros. Tras la identificación del culpable, Velodrome confirmó que Gabagool devolvió los fondos robados, un gesto que aunque redujo el impacto económico directo, no logró reparar el daño a nivel reputacional. Este desarrollo fue particularmente sorprendente para muchos, considerando que Gabagool había participado previamente en campañas públicas contra las estafas en criptomonedas, incluso siendo entrevistado en Vice TV con su rostro visible para alertar al público sobre riesgos del sector. El incidente persistió como noticia relevante hasta que el 30 de abril se presentó una confrontación directa en un evento compartido entre Farcaster y Clanker. Alex Cutler, miembro del equipo principal de Velodrome y cofundador de Aerodrome Finance, reconoció a Gabagool y lo enfrentó exigiéndole que hiciese pública su identidad, amenazando con hacerlo él mismo de no ser así.
Este momento aceleró el proceso que más tarde culminó con la salida inmediata de Proxystudio de Clanker. Jack Dishman, fundador y CEO de Clanker, tomó postura oficialmente a través de la red social X (antes Twitter), confirmando que tras conocer la conducta pasada de Proxystudio en Velodrome, la decisión fue rescindir su contrato con efecto inmediato. Dishman enfatizó que no existe evidencia alguna de actividad maliciosa relacionada con Proxystudio durante su tiempo en Clanker, desligando el proyecto de cualquier implicación directa con el robo. El impacto en el valor del token CLANKER fue notable, con una caída significativa que reflejó las preocupaciones de la comunidad sobre la seguridad y calidad del equipo detrás de la plataforma. A pesar de ello, el proyecto continúa generando ingresos a través de comisiones, registrando más de 27 millones de dólares desde su lanzamiento y un promedio diario cercano a 38,000 dólares en el mes de mayo, según informes recientes.
Este episodio pone de manifiesto varios retos cruciales en la industria cripto y DeFi. Por un lado, la importancia de la transparencia y el escrutinio constante sobre los miembros de los equipos de desarrollo y operación, dado que el manejo de activos digitales implica una gran confianza depositada por parte de los usuarios y la comunidad inversora. Por otro, la necesidad de fortalecer los mecanismos de seguridad interna para prevenir fraudes y robos internos, problemas que no siempre se abordan con la misma urgencia que los ataques externos. Además, la situación suscita un debate intenso en relación con la gestión de crisis y reputación. Tanto Velodrome como Clanker tuvieron que manejar el daño generado y buscar restaurar la confianza del público y los inversores.
Velodrome adoptó un enfoque de transparencia desde el principio, informando abiertamente sobre el robo y la identidad del responsable, acción que a largo plazo puede contribuir a fortalecer su imagen de compromiso con la seguridad y la ética. Clanker, por su parte, tuvo que reaccionar rápidamente para preservar su credibilidad, desvinculándose del desarrollador implicado y dejando claro que no se toleran conductas cuestionables en su equipo. Este tipo de movimientos es esencial para mantener la integridad de los proyectos de cripto y DeFi, donde la competencia es férrea y los inversores son cada vez más cautelosos. Una lección fundamental que emerge de esta experiencia es que la innovación tecnológica y el crecimiento exponencial en el ámbito cripto no están exentos de riesgos humanos. La confianza, la responsabilidad y la ética siguen siendo pilares tan esenciales como los avances técnicos para el éxito sostenible de cualquier iniciativa blockchain.