Los primeros 100 días del mandato del presidente Donald Trump marcaron un periodo turbulento para los ETFs (fondos cotizados en bolsa) enfocados en inversiones ESG, siglas que hacen referencia a factores ambientales, sociales y de gobernanza. Estos fondos, que habían experimentado un crecimiento significativo y una gran aceptación en los años previos, sufrieron importantes retiradas de capital y caídas en sus valores, reflejando una pérdida de confianza entre los inversores hacia esta clase de inversión. Durante este trimestre, que comenzó poco después de la toma de posesión de Trump el 20 de enero, los 10 principales fondos ESG perdieron una cantidad neta cercana a los 624 mil millones de dólares en capital invertido. Entre los más afectados se encuentra el fondo iShares ESG Aware MSCI USA ETF (ESGU), que con 12.5 mil millones de dólares bajo administración, vio cómo salían de sus cuentas más de 400 millones de dólares.
Este fondo, gestionado por BlackRock, se desplomó un 8.7% en comparación con una caída del 7.9% del fondo principal de la compañía asociado al índice S&P 500, el iShares Core S&P 500 ETF (IVV). El contexto político fue determinante para esta situación. La administración Trump impulsó recortes significativos en programas gubernamentales orientados a apoyar causas ambientales, sociales y de gobernanza.
Asimismo, promovió el aumento de la producción y uso de combustibles fósiles, lo cual contrasta con los principios fundamentales que los fondos ESG buscan impulsar. Esta política provocó una reacción adversa entre los inversionistas, que comenzaron a retirar su dinero de estos fondos. A lo largo de la historia reciente, las inversiones ESG habían ganado popularidad porque ofrecían a particulares y a instituciones la oportunidad de apostar por empresas que además de generar rentabilidad, promovían un impacto social y ambiental positivo. Sin embargo, a partir de 2022, el fenómeno comenzó a ser objeto de ataques por parte de políticos conservadores y funcionarios estatales. La administración Trump intensificó esta tendencia con decisiones como la reducción de ayuda internacional dirigida a estos objetivos, litigios contra organizaciones liberales y apoyo explícito a sectores de la economía basados en combustibles fósiles.
Expertos del mercado financiero, como Kent Thune, analista senior de investigación, han destacado que la postura pública de la administración en contra de movimientos vinculados a la diversidad, la equidad y la inclusión afectó negativamente la percepción y atractivo del tema de inversión ESG. Aunque no estiman que la inversión socialmente responsable desaparezca, reconocen que es improbable que vuelva a alcanzar los niveles de popularidad previos a estos eventos. Además de las decisiones federales, ciertos estados como Texas, Florida, West Virginia, Kentucky y Oklahoma implementaron leyes que restringen o prohiben la inversión de fondos de pensiones públicos en activos ESG. Esta situación añadió presión sobre estos fondos y contribuyó a la reducción de sus activos bajo administración. Un dato revelador es que siete de los diez principales fondos ESG están gestionados por BlackRock, con sede en Nueva York, cuyo director ejecutivo Larry Fink ha tratado de minimizar el impacto de las críticas recientes hacia las inversiones ESG.
A pesar de los retiros sustanciales, algunos fondos han seguido recibiendo pequeñas entradas de capital, como el Vanguard ESG U.S. Stock ETF (ESGV), que reportó un modesto incremento de 64.6 millones de dólares en estos meses. Dentro del panorama, ciertos ETFs como el iShares MSCI USA ESG Select ETF (SUSA) y el iShares MSCI KLD 400 Social ETF (DSI) experimentaron salidas significativas que superaron los 200 millones y 180 millones de dólares respectivamente, lo que contribuyó a la disminución general del sector.
El contexto económico global y las fluctuaciones de los mercados tradicionales también influyeron en esta coyuntura, pero la combinación de factores políticos y sociales fue la clave para explicar la tendencia a la baja. En particular, la promoción de políticas intensivas en combustibles fósiles, junto con la eliminación de programas de apoyo a la diversidad y la equidad, redujo el atractivo de estos fondos para inversionistas preocupados por la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa. Es importante destacar que, aunque la inversión ESG enfrentó importantes desafíos durante estos primeros meses del gobierno Trump, este tipo de inversión sigue vigente y tiene un rol fundamental en la evolución de los mercados financieros. La creciente conciencia global sobre los riesgos ambientales y sociales junto con la presión de consumidores e inversionistas ha impulsado nuevos desarrollos y retos en la industria. Las perspectivas a largo plazo dependerán de múltiples factores, incluyendo cambios en políticas públicas, la evolución del comportamiento de los inversionistas y la capacidad de las empresas para integrar prácticas responsables que generen valor sostenible.
Los gestores de fondos y grandes casas administradoras, como BlackRock y Vanguard, continúan adaptándose a este escenario, brindando opciones diversificadas que abordan las demandas de aquellos interesados en inversiones con impacto. La caída de los ETFs ESG en este período concreto es un reflejo claro de cómo el entorno regulatorio y político puede afectar de manera significativa las tendencias de inversión y las preferencias del mercado. La administración Trump, con sus decisiones y prioridades, creó un ambiente que dificultó el crecimiento de la inversión alineada con criterios sostenibles. Para los inversores y analistas, esta experiencia aporta valiosas lecciones sobre la importancia de entender el contexto macroeconómico y político al momento de evaluar las oportunidades y riesgos en productos financieros innovadores como los ETFs ESG. A su vez, reafirma la necesidad de continuar monitoreando el desarrollo de políticas públicas y sus repercusiones en el mercado.
En conclusión, los primeros 100 días de la administración Trump dejaron un impacto marcado en el sector de los ETFs ESG, evidenciando la sensibilidad de estas inversiones frente a los cambios en la política gubernamental y la percepción social. Aunque atravesaron un periodo difícil, la inversión responsable mantiene su relevancia y se espera que siga evolucionando conforme los mercados y regulaciones se ajusten a los nuevos desafíos y demandas de la sociedad global.