En el dinámico y volátil mundo de las criptomonedas, las stablecoins han representado un faro de estabilidad al ofrecer un valor anclado al dólar estadounidense. Sin embargo, incluso estos activos diseñados para mantener un precio fijo pueden enfrentar desafíos significativos. Recientemente, sUSD, la stablecoin nativa del protocolo Synthetix, sufrió una dramática caída que la llevó a cotizar por debajo de los 0,70 dólares, un evento preocupante que sacudió al ecosistema criptográfico y generó dudas sobre la viabilidad de las stablecoins cripto-colateralizadas. La estabilidad de sUSD, tradicionalmente orientada a mantener una paridad 1:1 con el dólar, se vio gravemente comprometida el 18 de abril de 2025 cuando su valor descendió hasta los 0,68 dólares. Este descenso representa una desviación cercana al 31% de su objetivo inicial, poniendo en evidencia las vulnerabilidades inherentes a las stablecoins respaldadas exclusivamente por activos digitales como el token SNX de Synthetix.
Para entender por qué sUSD perdió su peg, es fundamental analizar los cambios protocolarios que desencadenaron esta crisis y sus consecuencias en la confianza de los usuarios dentro de las finanzas descentralizadas (DeFi). La señal de alerta inicial surgió con la implementación de SIP-420, una propuesta de mejora del protocolo que modificó el mecanismo de colateralización y las reglas de incentivo para los stakers de SNX. Antes de SIP-420, quienes minteaban sUSD debían mantener una relación de colateralización de aproximadamente 750%, es decir, por cada dólar en sUSD, tenían que bloquear 7,5 dólares en tokens SNX como garantía. Este alto nivel de colateral servía para absorber las fluctuaciones del precio del token SNX y garantizar la estabilidad del sistema. Además, este modelo motivaba a los usuarios a recomprar sUSD cuando su valor caía por debajo del dólar para saldar su deuda al precio más bajo, ayudando así a restaurar el peg de forma natural.
Con la introducción de SIP-420, el sistema dio un giro fundamental al establecer un pool de deuda compartida propiedad del protocolo y reducir la relación de colateralización al 200%. Aunque esta iniciativa buscaba mejorar la eficiencia de capital y simplificar la experiencia de los usuarios, también debilitó las fuerzas autogestivas que ayudaban a mantener la estabilidad del sUSD. Al compartir el riesgo entre todos los stakers y bajar la cantidad de colateral requerida, se incentivó la producción masiva de sUSD, aumentando la oferta sin un mecanismo suficientemente fuerte para ajustar su precio cuando se desvió de su peg. La consecuencia más inmediata fue un exceso considerable de sUSD en circulación, llegando a representar más del 75% en ciertos pools de liquidez. Esta sobreoferta, junto con la caída del precio del token SNX debido a la volatilidad del mercado, deterioró la confianza del mercado en la capacidad de sUSD para sostener su paridad con el dólar.
La debilidad en los incentivos individuales para recomprar sUSD en momentos de depreciación generó una espiral descendente que culminó en la seria devaluación observada. El caso de sUSD no es único en la historia de Synthetix, que ha experimentado fluctuaciones de precios y crisis de liquidez en ciclos anteriores, incluyendo episodios destacados en 2020 durante la crisis general del mercado cripto, la corrección del DeFi en 2021 y el colapso de la stablecoin UST en 2022. Sin embargo, la magnitud del depeg en 2025 es una de las más severas, evidenciando las fragilidades estructurales y los riesgos latentes que pueden afectar incluso a proyectos consolidados. Para quienes no están familiarizados con sUSD, su esencia es la de una stablecoin cripto-colateralizada basada en Ethereum, respaldada por los tokens SNX del protocolo Synthetix y no por reservas fiduciarias. Los usuarios pueden mintear sUSD bloqueando SNX como garantía, siendo este proceso una pieza clave para mantener la estabilidad del activo.
No obstante, al depender de un activo volátil como SNX, la estabilidad financiera de sUSD está directamente condicionada a la salud del ecosistema y a los movimientos de mercado que afectan su token subyacente. Es importante destacar que, a diferencia de las stablecoins algorítmicas —que gestionan la oferta mediante algoritmos sin respaldo tangible, como fue el caso de TerraUSD— sUSD cuenta con colateral real, aunque éste no sea líquido ni estable como el efectivo o depósitos bancarios. Esto implica que sUSD no es una stablecoin algorítmica sino cripto-colateralizada, con una tolerancia cierta a la volatilidad y una dependencia directa del valor de SNX. En respuesta a la crisis del peg, el equipo de Synthetix ha presentado un plan de recuperación en tres fases que busca restablecer la confianza y la estabilidad de sUSD. La estrategia comienza por reintroducir fuertes incentivos para que los poseedores de sUSD bloqueen sus tokens durante periodos prolongados, reduciendo así la liquidez inmediata y la presión sobre el precio.
A través del llamado “420 Pool”, los usuarios son recompensados con tokens SNX por bloquear su sUSD durante 12 meses, lo cual limita la oferta circulante y fomenta la escasez relativa. Existe también un enfoque dual para alentar la participación, ya que se han creado pools de rendimiento para sUSD y para USDC donde cualquier usuario puede depositar stablecoins y recibir intereses, sin necesidad de poseer SNX. Estas iniciativas buscan atraer más liquidez y estabilidad a los mercados de estos activos. Por otro lado, se ha implementado presión regulatoria mediante la exigencia de que los stakers de SNX mantengan un porcentaje creciente de su deuda en sUSD para continuar disfrutando de beneficios. Si el precio de sUSD sigue cayendo, la obligación de mantener más sUSD se incrementa, estableciendo un mecanismo de castigo que pretende alentar la recompra de la stablecoin y corregir su precio.
Kain Warwick, fundador de Synthetix, ha expresado optimismo respecto a la viabilidad de esta recuperación, señalando que con una inversión relativamente modesta en compra de sUSD en el mercado, la paridad podría restablecerse en corto plazo. Además, una vez estabilizada la moneda, se proyecta el despliegue de mejoras significativas en la plataforma, incluyendo la próxima versión Perps v4 y el lanzamiento de snaxChain, una cadena específica para mercados sintéticos de alta velocidad y multi-colateral. Pese a estas medidas, el incidente de sUSD pone en evidencia los riesgos inherentes a las stablecoins cripto-colateralizadas y a la naturaleza compleja de su gobernanza y diseño protocolario. Los inversores y usuarios deben tener presente que la estabilidad de estas monedas está condicionada por múltiples factores externos como la acción del mercado, la confianza y la correcta implementación de incentivos dentro del ecosistema. Entre los riesgos más destacados están la dependencia total en el valor del token SNX para mantener la colateralización, vulnerabilidades ante cambios mal diseñados en el protocolo que pueden alterar las motivaciones de los participantes, y la peligrosidad de perder la confianza de los usuarios, fenómeno que puede acelerar la caída del precio independientemente de los fundamentos técnicos.
La reciente debacle de sUSD también muestra que la falta de mecanismos de redundancia robustos y de sistemas de respaldo puede dejar expuestos a estos activos frente a crisis repentinas. La ausencia de incentivos claros para recomprar la stablecoin o ajustar su precio puede generar desequilibrios difíciles de corregir sin intervención activa por parte del protocolo o la comunidad. Para los inversores en criptomonedas, la lección es clara: diversificar la exposición a stablecoins, informarse continuamente sobre cambios en los protocolos y ser conscientes de la naturaleza dinámica y a menudo impredecible de los activos cripto-colateralizados. Además, contar con una estrategia que incluya stablecoins respaldados por activos más estables o mecanismos de seguridad adicionales puede ayudar a mitigar riesgos en la gestión de portafolios DeFi. En conclusión, el caso de sUSD es un recordatorio contundente de que la innovación en finanzas descentralizadas requiere no solo de ideas prometedoras sino también de diseños cuidadosos que protejan tanto el sistema como a sus participantes.
La crisis del peg de sUSD representa un punto de inflexión para Synthetix y para el sector en general, que deberá aprender y adaptarse para construir ecosistemas más resilientes y sostenibles en el futuro.