Cinco años después de su lanzamiento, la misión Solar Orbiter continúa sorprendiendo a la comunidad científica y al público global con imágenes espectaculares y datos vitales para entender nuestro astro rey. El 9 de marzo de 2025, la nave espacial capturó la vista más amplia y detallada del Sol hasta la fecha, mostrando la corona solar con un nivel de detalle sin precedentes y en una resolución elevada que permite estudiar con precisión la dinámica de su atmósfera y campos magnéticos. Esta hazaña se logró gracias al instrumento Extreme Ultraviolet Imager (EUI), encargado de capturar la luz ultravioleta extrema que emite la corona del Sol. Esta capa exterior, que alcanza temperaturas de millones de grados, es el foco principal de muchos estudios solares debido a su vinculación con fenómenos como las tormentas solares y la emanación de partículas cargadas que pueden afectar la Tierra y sus sistemas tecnológicos. El procedimiento para obtener esta imagen fue complejo y meticuloso.
Durante cerca de cuatro horas, Solar Orbiter estuvo posicionado a unos 77 millones de kilómetros del Sol, lo que es considerablemente más cercano que la Tierra. En esa distancia, la sonda fue orientada para señalar diferentes secciones del Sol en una cuadrícula de 5 por 5, consiguiendo así capturar varios ángulos y áreas distintas de su superficie y atmósfera. Por cada punto, el EUI obtuvo seis imágenes de alta resolución y dos vistas de ángulo amplio, sumando en total 200 imágenes individuales. Posteriormente, estas fotografías se unieron para crear una visión completa y detallada que abarcaría un área de aproximadamente 2,300 millones de kilómetros cuadrados. La imagen compuesta resultante ofrece una oportunidad única para los investigadores de observar estructuras solares que antes eran solo teoría o visualizadas con escasa claridad.
Los llamados bucles coronales, que se forman cuando el plasma extremadamente caliente sigue las líneas magnéticas del Sol, aparecen claramente delineados y brillantes en la imagen. Estas formaciones son fundamentales para comprender el comportamiento del plasma y los cambios en los campos magnéticos, elementos claves que impulsan la actividad solar. Además, áreas más oscuras, conocidas como filamentos y prominencias, también se distinguen claramente en el panorama solar. Estas zonas, relativamente más frías que el resto de la corona, contienen material denso suspendido por las fuerzas magnéticas y juegan un papel importante en la dinámica solar, en particular cuando se expulsan durante las eyecciones de masa coronal, eventos que pueden desencadenar tormentas geomagnéticas en la Tierra. La colaboración entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA ha sido fundamental para el éxito de Solar Orbiter, que representa un esfuerzo conjunto internacional por expandir nuestro conocimiento sobre el Sol y su influencia en el sistema solar.
El Royal Observatory de Bélgica juega un papel destacado en la gestión del instrumento EUI, aportando experiencia y liderazgo en el análisis y uso de los datos obtenidos. La tecnología detrás de Solar Orbiter y el EUI es el resultado de años de desarrollo e innovación. En condiciones extremas de temperatura y radiación, estos instrumentos deben operar con precisión para capturar el espectro ultravioleta con alta sensibilidad y resolución. La obtención de la gran imagen conjunta supone un desafío en términos de estabilización, apunta automática y procesamiento de datos, todo lo cual ha sido logrado con gran éxito. Comprender la actividad solar es más esencial que nunca en nuestra era tecnológica, pues las tormentas solares pueden afectar satélites de comunicaciones, sistemas GPS, redes eléctricas y, en última instancia, la vida cotidiana en la Tierra.
Las imágenes de alta resolución como la obtenida por Solar Orbiter no solo permiten estudiar la corona solar en detalle, sino que también facilitan la predicción de eventos que podrían interferir en las infraestructuras críticas. Otra ventaja de capturar estas imágenes en el rango de luz ultravioleta extrema es que revela fenómenos invisibles en la luz visible convencional. La atmósfera del Sol en esta longitud de onda destaca las temperaturas, densidades e interacciones magnéticas que determinan su comportamiento, proporcionando una ventana privilegiada para los científicos solares. La imagen tomada en marzo de 2025 tiene una resolución de 12,544 por 12,544 píxeles, que corresponde a una extensión de más de 2,300 millones de kilómetros cuadrados, permitiendo observar la esfera solar, que tiene un diámetro de aproximadamente 1.4 millones de kilómetros, con gran detalle.
La sonda se encontraba casi 11.4 grados por debajo del ecuador solar, lo que significa que la perspectiva ofrecida es ligeramente diferente a las observaciones tradicionales desde la Tierra, aportando información adicional sobre la estructura y dinámica solar. Este tipo de observaciones contribuirá a responder preguntas fundamentales sobre por qué la corona solar es mucho más caliente que la superficie visible del Sol y cómo se generan los vientos solares, que afectan el ambiente espacial a lo largo de todo el sistema solar. Estas investigaciones tienen un papel clave para los futuros viajes espaciales y el desarrollo de tecnología protectora para astronautas. El Solar Orbiter no solo proporciona imágenes impresionantes, sino que también recopila datos científicos que alimentan modelos predictivos y mejoran nuestro entendimiento del comportamiento solar a corto y largo plazo.
Los estudios derivados de estas imágenes pueden ayudar a descifrar el ciclo solar y entender cómo evoluciona la actividad magnética con el tiempo. Para el público general, las imágenes obtenidas por Solar Orbiter permiten una conexión visual con la actividad solar y fomentan el interés por la ciencia espacial. Ver con tanto detalle la corona del Sol es un recordatorio tangible de la complejidad y belleza de nuestro sistema solar, y resalta la importancia de la exploración espacial y la cooperación internacional en la ciencia. En conclusión, la imagen completa de alta resolución del Sol capturada por Solar Orbiter en marzo de 2025 representa un hito en la exploración solar. Los datos y la calidad visual que ofrece permiten a científicos y entusiastas por igual aprender más sobre el comportamiento de nuestro astro y prepararnos mejor para los desafíos que implica la actividad solar.
Esta misión seguirá aportando descubrimientos relevantes y asombrosas visiones conforme continúe su viaje alrededor del Sol, abriendo nuevas fronteras en la comprensión del cosmos.