En un momento crucial para el desarrollo y regulación del mercado de criptomonedas, el presidente interino de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), Mark T. Uyeda, ha dado una directiva importante: revisar todas las declaraciones del personal relativas a los riesgos de las criptomonedas y la aplicación de las leyes de valores a los activos digitales. Esta medida representa un giro decisivo en la postura regulatoria que podría referirse a un cambio estratégico, con la intención de alinear las directrices con las prioridades actuales del organismo. La SEC, institución clave en la supervisión financiera y protección del inversor, modifica así su enfoque ante un mercado que sigue creciendo y evolucionando rápidamente. Las cartas y declaraciones que serán revisadas datan principalmente de 2019 en adelante y constituyen documentos fundamentales en la interpretación regulatoria del ecosistema cripto.
Un foco central es la aplicación del denominado Test de Howey, un criterio legal que sirve para determinar si un activo digital debe considerarse un valor negociable. El Test de Howey examina si existe una expectativa de lucro basada en los esfuerzos de un tercero, lo cual es esencial para definir si una criptomoneda o token está bajo la jurisdicción de leyes de valores. Durante años, este test ha sido causa de debate intenso debido a la innovación y múltiples modalidades que tienen los activos digitales, pero la reciente sugerencia de Uyeda abre la puerta a reevaluar ciertos parámetros, especialmente en activos como los memecoins, que el organismo ya había determinado en cierta medida que podrían estar exentos. Otra pieza crítica bajo escrutinio es una declaración de 2021 que advertía sobre los riesgos en inversiones asociadas a fondos mutuos con exposición a contratos de futuros de Bitcoin. La SEC había expresado preocupación sobre la madurez del mercado de futuros de Bitcoin, señalando la posibilidad de manipulación del mercado, problemas de liquidez y alta volatilidad.
Esto generó debates sobre la viabilidad y la seguridad de ciertos ETFs (fondos cotizados en bolsa) vinculados a criptomonedas, ya que en los años posteriores estos productos han logrado captar billones de dólares en activos, destacando la evolución del mercado y la mayor aceptación institucional. Además, Uyeda ha señalado la revisión de un conjunto de directrices emitidas a fines de 2022, tras importantes quiebras y colapsos de firmas en el ámbito cripto. Estas directrices instaban a las empresas con exposición a activos digitales a divulgar de manera transparente los riesgos de custodia, liquidez, daño reputacional y la posible fiscalización regulatoria que enfrentan. La transparencia es uno de los pilares en la protección de los inversionistas, y esta revisión podría incentivar o modificar los estándares aplicados a nivel empresarial en cuanto a comunicación y gestión de riesgos. La revisión también incluye una alerta de riesgo de febrero de 2021 donde se exponían los "riesgos únicos" que enfrentan los inversores al operar con activos digitales, así como una declaración de 2020 sobre experiencias recogidas a partir de la autorización en Wyoming para que compañías fiduciarias estatales custodiaran activos digitales.
La intención es actualizar estas guías para que reflejen las condiciones actuales del mercado y la evolución del marco normativo. Este contexto regulatorio llega en un momento en que la SEC enfrenta un éxodo considerable de personal, con más de 600 empleados aceptando ofertas de compra voluntaria, lo que representa más del 12% de su fuerza laboral. Esta situación agrega complejidad a la capacidad de supervisión y también podría influir en la velocidad y dirección de las reformas regulatorias que se avecinan. Aunque no hay comentarios adicionales oficiales más allá de la directiva de Uyeda, el análisis público y en el sector financiero sigue con atención las posibles consecuencias. El entorno cripto global también refleja movimientos relevantes, por ejemplo, Corea del Sur ha elegido un presidente pro-cripto que podría impulsar ETFs de criptomonedas y stablecoins vinculados al won surcoreano.
Estados Unidos aún marca la pauta en regulaciones, y la SEC juega un papel decisivo para el desarrollo de productos financieros ligados a criptomonedas, buscando un equilibrio entre innovación, protección al inversor y estabilidad del sistema financiero. Desde hace algunos años, la SEC ha adoptado una postura firme respecto a la protección del consumidor y la supervisión de actividades en el mercado de activos digitales para evitar fraudes, manipulaciones y riesgos sistémicos. Sin embargo, la revisión emprendida por Uyeda apunta a una actualización que podría flexibilizar ciertos enfoques o, por el contrario, fortalecer otras áreas fundamentales, en línea con la ejecutiva que promueve la desregulación para estimular la prosperidad económica. Esto pone en evidencia la dinámica constante entre reguladores y actores del mercado, que buscan encontrar un terreno común en una industria en rápida expansión y transformación. Un dato importante a considerar para inversores y empresas dentro del ámbito cripto es la posible modificación o incluso rescisión de mencionadas directrices y declaraciones oficiales.
Esto implica que las reglas del juego podrían cambiar en poco tiempo, alterando cómo se deben manejar los riesgos, la divulgación de información y la clasificación legal de distintos activos. La repercusión no solo será para entidades financieras tradicionales, sino también para exchanges, fondos de inversión, custodios y demás actores en la cadena de valor cripto. Por otra parte, el proceso de revisión puede significar un paso hacia una mayor claridad regulatoria, algo muy demandado por startups y grandes empresas de tecnología financiera que buscan operar sin incertidumbre jurídica. En un sector donde la innovación no se detiene, contar con marcos claros contribuye a atraer inversiones, desarrollar nuevos productos y fomentar la competitividad en el mercado global. En resumen, la directiva de Mark T.