En la costa de Noruega, donde el mar se encuentra con la tierra en una danza de belleza y peligro, se ha gestado un proyecto que promete cambiar la historia de la navegación en esa región. El Túnel de Barcos de Stad, o Stad skipstunnel en noruego, es una innovadora infraestructura destinada a ofrecer una ruta segura a las embarcaciones que atraviesan uno de los tramos marítimos más complicados y expuestos de la costa noruega. Este túnel no solo representa un hito tecnológico, sino también un avance crucial para la seguridad marítima y la eficiencia del transporte marítimo en el país nórdico. Situado en la península de Stad, en el municipio del mismo nombre en el condado de Vestland, Noruega, este ambicioso proyecto intenta eliminar los riesgos asociados con el cruce del mar Stadhavet, conocido por sus condiciones meteorológicas extremas y frecuentes tormentas. El área es una de las más expuestas de la costa noruega, sin islas o barreras naturales que mitiguen la fuerza del viento y las olas.
Cada año, alrededor de 100 días están marcados por tormentas que dificultan la navegación, obligando a los barcos a esperar durante días para cruzar con seguridad. La complejidad se incrementa por las corrientes marinas que resultan de la confluencia entre el Mar del Norte y el Mar de Noruega. La historia amarga del lugar también refleja una serie de accidentes fatales; desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se han registrado treinta y tres muertes debido a siniestros en esta zona. Para evitar los peligros de esta travesía, fuentes históricas y el mismo turismo noruego refieren que los vikingos solían arrastrar sus barcos sobre la península antes que enfrentar el mar abierto, un método rudimentario pero efectivo para preservar vidas y embarcaciones. Inspirados por esta tradición y motivados por la necesidad de modernizar y asegurar esta ruta marítima, Noruega ha planteado la construcción del primer túnel del mundo diseñado para el paso de barcos.
La idea de un túnel que cruce la península de Stad data de tiempos muy remotos. Su primera propuesta apareció en un periódico local en 1874, al poco tiempo de que también se planteara la posibilidad de construir un túnel ferroviario que facilitara el transporte de barcos mediante carros a lo largo de la península. Aunque la pareja de ideas reflejaba la voluntad de encontrar alternativas innovadoras para evitar el peligro, estas soluciones parecían demasiado costosas o complicadas para aquella época. Avanzando a la era moderna, la idea fue retomada e intensamente analizada con estudios técnicos y económicos. En 2011, un reporte realizado por Det Norske Veritas junto al Instituto de Investigación en Economía y Administración de Empresas para la Administración Costera Noruega examinó los costos y beneficios del proyecto.
Evaluaron dos tamaños para el túnel, uno pequeño y otro de mayor envergadura, cuyos costos se estimaron en alrededor de 1.264 y 2.027 millones de coronas noruegas respectivamente. Si bien la utilidad evaluada, incluyendo el ahorro de tiempo para los operadores navales y la reducción de accidentes, superaba ciertos valores, el estudio concluyó que el proyecto no era rentable en términos económicos bajo las condiciones y datos actuales. Contrariamente, un informe anterior de 2007 había señalado que la construcción sí sería económicamente viable.
La disparidad en las conclusiones se atribuyó principalmente a la actualización y mejora de los datos con el paso del tiempo. No obstante, la importancia estratégica y la urgencia de mejorar la seguridad marítima llevaron a que en 2013 el túnel fuera incluido en el Plan Nacional de Transporte de Noruega, con un presupuesto inicial aproximado de mil millones de coronas reservadas para ello. Se definieron características técnicas que marcarían un estándar mundial: el túnel tendría una longitud de 1.800 metros, con un ancho de 37 metros y una altura de 49 metros que permitiría el paso de embarcaciones de hasta aproximadamente 16.000 toneladas brutas.
Esto incluye a los emblemáticos barcos Hurtigruten, que realizan viajes regulares a lo largo de la costa noruega. La profundidad del agua dentro del túnel sería de 12 metros, ofreciendo espacio suficiente para el tránsito seguro de las embarcaciones habilitadas. El túnel brindará una solución directa y práctica que reduciría la distancia recorrida hasta en 56 kilómetros, optimizando significativamente el tiempo y los costos de navegación. Además, se seleccionó finalmente la ruta que atraviesa la parte central de la península, conectando las granjas Skårbø y Fløde, dejando de lado una opción alternativa que resultaba un poco más corta pero menos conveniente en términos logísticos. Este monumental proyecto presenta innumerables desafíos técnicos y ambientales.
La construcción implica excavar alrededor de tres millones de metros cúbicos de roca principalmente granítica, utilizando el método tradicional de perforación y voladura debido a la dureza del terreno. Los materiales y equipos deberán ser transportados mayoritariamente por vía marítima para evitar el impacto y la limitación que ofrece la infraestructura vial local. Además, se planea construir muros de contención o similares para evitar inundaciones durante la construcción. El diseño arquitectónico es otra de las piezas destacadas, confiada a la reconocida firma noruega Snøhetta. Esta se ha encargado de integrar el túnel de forma armoniosa en el entorno natural, dejando las paredes de roca tallada con un acabado rústico que se funde con el paisaje circundante.
También se incluyen elementos para mejorar la experiencia visual y peatonal, como pasarelas y un puente vial que permita a visitantes y locales disfrutar del paso de los barcos, convirtiéndose en una atracción turística adicional que abraza la innovación y la naturaleza. Para garantizar la seguridad vial dentro del túnel, se ha estimado una velocidad límite de ocho nudos, alrededor de 15 kilómetros por hora, lo que obliga a una travesía de aproximadamente diez minutos. En términos prácticos, el túnel será apto para barcos pequeños y medianos, incluyendo ferries costeros y embarcaciones de pasajeros, pero no podrá albergar cruceros oceánicos de gran tamaño que superan las dimensiones establecidas. A lo largo del proceso de planificación y preparación para la construcción, las autoridades han avanzado en negociaciones para la adquisición de terrenos y en la selección de contratistas mediante un riguroso proceso de licitación. Para principios del 2025, más de seis empresas constructores expresaron interés y cuatro de ellas fueron preseleccionadas para participar en la etapa de ofertas, excluyendo a dos consorcios chinos que no superaron el proceso.
Se espera que a mediados del 2025 se definan los contratos para iniciar las obras en 2026, con una duración estimada de alrededor de cinco años para concretar la obra. No obstante, no todos los expertos han apoyado incondicionalmente el proyecto. Algunos, como el profesor Knut Samset de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, han manifestado críticas fundamentadas en que las modernas embarcaciones están diseñadas para navegar con seguridad en condiciones adversas y que el análisis socioeconómico no justifica la inversión con los beneficios esperados. Estas opiniones reflejan un sano debate sobre la pertinencia y el manejo de recursos en infraestructura pública de gran envergadura. El Túnel de Barcos de Stad, por su magnitud y naturaleza pionera, representa un avance significativo en ingeniería marítima y costera.
Además de mejorar la seguridad y reducir costos operativos, tendrá un impacto positivo en la conectividad regional y contribuirá al desarrollo turístico y económico de la zona. Será un ejemplo palpable de cómo la ingeniería moderna puede superar retos naturales y técnicos para ofrecer soluciones sostenibles y funcionales. En definitiva, Noruega continúa demostrando su liderazgo en innovación y conservación, con un compromiso firme por proteger vidas, facilitar el comercio y honrar tradiciones milenarias transformándolas en proyectos que desafían los límites del ingenio humano. La culminación del Túnel de Barcos de Stad cambiará para siempre la forma en que se navega por esta compleja y a la vez fascinante costa escandinava.