Durante el reciente periodo festivo del Día del Trabajo en China, se observó un aumento modesto en el gasto de los consumidores y viajeros, reflejando tanto un retorno gradual a la normalidad tras la pandemia como las tensiones económicas que persisten en el país. El monto total gastado por los turistas chinos aumentó un 8% interanual, alcanzando los 180.27 mil millones de yuanes, equivalentes a casi 25 mil millones de dólares estadounidenses. Sin embargo, esta cifra todavía se encuentra por debajo de las cifras anteriores a la aparición del COVID-19, sugiriendo que la recuperación económica y del consumo todavía enfrenta obstáculos significativos. El Día del Trabajo es reconocido como uno de los períodos vacacionales más largos y concurridos en China, lo que lo convierte en un indicador clave para evaluar la confianza del consumidor y la vitalidad del mercado interno en la segunda economía más grande del mundo.
Además del aumento en el gasto total, se registraron 314 millones de viajes dentro del territorio nacional durante estas fechas, lo que representa un incremento del 6.5% comparado con el mismo periodo del año anterior. Esta dinámica se vio reflejada también en el incremento del uso de plataformas de pago digital, como Weixin Pay, que experimentaron un crecimiento superior al 10%. Se destacó un notable auge en el gasto en restaurantes, evidenciando la preferencia creciente por experiencias gastronómicas en esta etapa postpandemia. Pese a estos datos positivos, el gasto promedio por persona durante las cinco jornadas festivas solo repuntó un 1.
5%, alcanzando los 574.1 yuanes, aún por debajo de los 603.4 yuanes registrados en 2019. Este dato indica que, aunque la cantidad total de turistas y operaciones comerciales haya aumentado, el desembolso individual se mantiene contenido, posiblemente a causa de factores económicos estructurales y la cautela de los consumidores en un escenario global incierto. Cabe destacar que el sector del entretenimiento mostró señales de debilidad, particularmente el cine, que sufrió una caída abrupta en la recaudación de taquilla durante este periodo, acumulando solo 747 millones de yuanes, aproximadamente la mitad del ingreso obtenido en el mismo intervalo del año anterior.
Esta caída resalta las dificultades a las que se enfrenta este segmento para recuperar sus niveles pre-pandemia y podría estar vinculada tanto a cambios en los hábitos de ocio como a la competitividad de otras opciones digitales. En paralelo al análisis del comportamiento del consumo durante las vacaciones, se observa que la actividad del sector servicios chino presentó un crecimiento moderado, con el ritmo más lento de los últimos siete meses. El índice de gerentes de compras (PMI) de servicios Caixin/S&P Global descendió a 50.7 en abril desde 51.9 en marzo, lo que representa la lectura más baja desde septiembre y refleja la desaceleración en la demanda y en la generación de nuevos pedidos.
Este indicador es especialmente relevante ya que capta la salud del segmento más orientado a la exportación y a las pequeñas y medianas empresas, sectores que enfrentan con mayor intensidad las consecuencias de las tensiones comerciales internacionales. El índice oficial de servicios también mostró un leve descenso, situándose en 50.1, cercano al umbral que separa la expansión de la contracción. Estas cifras sugieren que, aunque la economía china mantiene un crecimiento positivo, las incertidumbres vinculadas a la guerra comercial y a las políticas arancelarias de Estados Unidos están erosionando la confianza empresarial y la dinámica económica, incluso más allá del sector manufacturero, tocando también la esfera de los servicios. Expertos en economía china señalan que la prolongada disputa comercial con Estados Unidos sigue generando riesgos deflacionarios, afectando no solo las exportaciones sino la inversión y el consumo interno.
El aumento leve en los pedidos de exportación, impulsado en parte por la recuperación turística, no es suficiente para contrarrestar la desaceleración general que impacta la recuperación más amplia. Por otro lado, el entorno económico doméstico se mantiene sensible debido a la crisis prolongada en el sector inmobiliario, que ha desacelerado el crecimiento y limitado la capacidad de gasto de numerosas familias. Esta crisis, junto con las barreras externas, configura un panorama desafiante para las políticas de estímulo gubernamentales, que aunque han apoyado la economía en el primer trimestre, deben equilibrar el crecimiento con el control de riesgos financieros. En este contexto, el comportamiento del consumidor en China exhibe prudencia a pesar del retorno gradual a actividades y viajes. El incremento en visitas turísticas internas y el mayor uso de pagos digitales ilustran una recuperación parcial en el dinamismo del mercado, pero el gasto por persona aún está contenido por factores como la inflación, la incertidumbre económica y la ralentización del empleo.
El auge de la gastronomía y el turismo interno reflejan tendencias culturales y de consumo que podrían representar oportunidades para sectores específicos, sin embargo, no son suficientes para impulsar un crecimiento robusto del consumo que permita compensar las dificultades estructurales y externas. Hay que destacar también que la entrada y salida de personas por las fronteras durante el periodo festivo aumentó un 28.7% respecto a 2024, con un notable incremento del 43.1% en viajeros extranjeros, lo que evidencia un interés creciente en la reapertura y conexión internacional. Estos movimientos son un buen indicador del apetito por viajes y negocios internacionales, aunque continúan sujetos a las fluctuaciones políticas y comerciales que afectan la confianza global.