La gigante energética británica BP ha anunciado una caída del 48% en sus beneficios netos durante el primer trimestre de 2025, reduciéndose a 1.4 mil millones de dólares, cifra muy por debajo de las expectativas del mercado. Esta desaceleración se atribuye principalmente a resultados más débiles en el área de comercio de gas y en sus operaciones de refinación. Además, en un movimiento que ha captado la atención del sector, la jefa de estrategia y sostenibilidad, Giulia Chierchia, anunció su salida de la compañía para el próximo 1 de junio. La disminución de la rentabilidad de BP no es un fenómeno aislado, sino que se da en un contexto de presión para mejorar resultados y restringir gastos, impulsada por la actual dirección encabezada por el CEO Murray Auchincloss.
A raíz de esto, la empresa ha revelado planes para vender activos valuados en hasta 20 mil millones de dólares hasta 2027, además de reducir sus niveles de inversión y recalibrar sus programas de recompra de acciones. Un factor determinante ha sido el replanteamiento estratégico que BP ha llevado a cabo en los últimos meses. La compañía ha decidido abandonar una ambiciosa iniciativa para reducir la producción de hidrocarburos y acelerar su apuesta por energías bajas en carbono, una directriz promovida por Giulia Chierchia. Este cambio refleja el rol activo de los accionistas y de fondos de inversión, como Elliott Investment Management de Estados Unidos, que demandaban una estrategia más agresiva para mejorar el flujo de caja libre mediante un control más estricto del gasto y los costos operativos. Las acciones de BP han sufrido una notable caída que contrasta con la evolución de otras petroleras.
Desde la nueva orientación estratégica implementada en febrero bajo el mando de Auchincloss, los títulos de BP han perdido aproximadamente un 20%, en comparación con caídas mucho más moderadas para sus competidores como Shell y Exxon, que han retrocedido un 7.5% y 1.8%, respectivamente. En la jornada en la que se anunciaron los resultados, las acciones de BP descendieron alrededor de un 2.8%, volumen considerable frente a la contracción del 0.
6% en el índice energético general. Los resultados trimestrales reflejan además la compleja dinámica interna de BP. Su beneficio ajustado por coste de reemplazo alcanzó los 1.38 mil millones de dólares, por debajo de las previsiones consensuadas por los analistas, quienes esperaban una cifra cercana a 1.53 mil millones.
En comparación con el mismo periodo del año anterior, las ganancias se desplomaron desde los 2.7 mil millones. Una de las áreas más impactadas fue la unidad de gas y negocios bajos en carbono, que vio una reducción aproximada del 40% en sus ganancias debido a una combinación de menor producción tras la venta de activos y un comercio más débil en este segmento. Por otro lado, la división de clientes y productos también experimentó una baja significativa del 47%, planteando desafíos operativos adicionales. La rentabilidad de las refinerías tampoco escapó a esta tendencia negativa.
La empresa indicó que llevará a cabo un programa intensivo de mantenimiento en sus instalaciones durante el segundo trimestre del año, lo que afectará negativamente la producción. Los márgenes de refinación han caído considerablemente, situándose en los 15.20 dólares por barril, frente a los 20.60 dólares reportados en el primer trimestre de 2024. Este retroceso se acompaña de un panorama global en el sector de refinación que muestra una presión constante sobre los márgenes de ganancia.
En términos de gestión financiera, BP ha desacelerado considerablemente el ritmo de recompra de acciones. El monto destinado a esta práctica durante el trimestre fue de 750 millones de dólares, cifra muy inferior a los 7.1 mil millones adquiridos en acciones durante el año previo. La directora financiera, Kate Thomson, anunció que la empresa no proporcionará proyecciones claras respecto al volumen futuro de recompra, lo que añade un factor de incertidumbre para los inversores. Para amortiguar la desaceleración, BP ha elevado la expectativa de venta de activos para 2025, aumentando el rango objetivo a entre 3 y 4 mil millones de dólares desde los 3 mil millones anteriores.
Asimismo, ha ajustado a la baja las expectativas de gasto para el año, reduciéndolas en 500 millones de dólares a un total de 14.5 mil millones. En relación con los ejercicios de 2026 y 2027, la compañía refrendó sus metas de gasto situadas entre 13 y 15 mil millones de dólares. Finalmente, el comportamiento del mercado petrolero global ha sido un factor adicional en la ecuación financiera de BP. El precio de referencia del crudo Brent quedó en un promedio de aproximadamente 75 dólares por barril durante el primer trimestre de 2025, mostrando una reducción respecto a los 87 dólares del año anterior.
Esta caída de los precios del crudo potencialmente limita el margen de maniobra para la rentabilidad de los grandes jugadores del sector energético. En conjunto, estos elementos describen un momento crítico para BP, en que la presión para redefinir su estrategia es elevada. La salida de Giulia Chierchia, figura clave en la transición hacia un modelo energético más sustentable, marca una coyuntura importante para la compañía. Al tiempo que enfrenta un entorno de mercado desafiante y un entorno regulatorio cada vez más estricto, BP debe navegar un camino que equilibre la rentabilidad tradicional con las demandas de sostenibilidad y responsabilidad social. En el panorama competitivo, compañías como Shell y Exxon continúan ajustando sus estrategias para responder a las exigencias de mercado y la transición energética.