SoftBank Group, uno de los conglomerados de inversión tecnológica más influyentes del mundo, ha anunciado que se espera registre una pérdida neta de aproximadamente 26.9 mil millones de yenes (alrededor de 184.4 millones de dólares) en el cuarto trimestre del año fiscal. Esta noticia ha generado preocupación en los mercados y entre los inversores, debido a que la firma había tenido un desempeño particularmente sólido en periodos anteriores, incluyendo un significativo beneficio neto de 231 mil millones de yenes durante el mismo trimestre del año previo. La explicación principal detrás de este resultado negativo radica en el deterioro de varias de las inversiones clave que SoftBank mantiene a través de su Vision Fund, el fondo especializado que apuesta a startups tecnológicas disruptivas a nivel mundial.
Durante los últimos meses, la tendencia del mercado ha favorecido menos a las compañías emergentes de tecnología, especialmente aquellas en fases iniciales de desarrollo, lo cual ha impactado directamente en la valoración de varias empresas dentro del portafolio de SoftBank. Los precios de las acciones de compañías como Swiggy, dedicada al sector del comercio rápido en India, y Ola Electric, firma de vehículos eléctricos, han caído aproximadamente un 40%, evidenciando que la competencia en estos sectores se ha intensificado de manera significativa y las expectativas iniciales de crecimiento y rentabilidad no se han cumplido a cabalidad. Adicionalmente, los resultados financieros reportados por estas startups tras su salida a bolsa han sido negativos, contribuyendo al aumento de pérdidas que el Vision Fund ha experimentado en el trimestre. Los analistas financieros, incluyendo expertos de Nomura Securities, han calculado que las empresas cotizadas dentro del Vision Fund han acumulado pérdidas colectivas que podrían rondar los 900 millones de dólares solo en este último periodo. Esta situación se produce en un contexto donde la inversión de capital de riesgo se ha desplazado hacia jugadores más grandes y consolidados, relegando la dotación de fondos a innovadoras startups en fases tempranas – como las que representa Vision Fund 2 – que se encuentran en su nivel más bajo de inversión en cinco trimestres.
De hecho, los datos de la plataforma Crunchbase revelan que la financiación en estas etapas iniciales ha ido disminuyendo debido a la creciente incertidumbre global y las estrictas condiciones del mercado. Paralelamente, SoftBank no ha dejado de apostar por la innovación en áreas con alto potencial de crecimiento a largo plazo. Recientemente, el conglomerado anunció un compromiso de inversión estimado entre 20 mil y 30 mil millones de dólares en OpenAI, la empresa desarrolladora de ChatGPT, una de las voces más relevantes en inteligencia artificial (IA). Asimismo, realizó la adquisición de Ampere Computing, una startup emergente en la producción de chips, por 6.5 mil millones de dólares.
Estas jugadas estratégicas reflejan la intención de SoftBank de posicionarse sólidamente en el futuro tecnológico, especialmente en ámbitos como la IA y la informática de alto rendimiento. Sin embargo, a pesar de tales apuestas, los analistas mantienen cierto escepticismo respecto a la capacidad inmediata de estas inversiones para traducirse en rentabilidad efectiva para SoftBank. La competencia en el sector de la inteligencia artificial es cada vez más feroz, con numerosos actores globales intentando capturar una parte del mercado y desarrollar productos que no solo sean innovadores, sino también lucrativos. En palabras de algunos especialistas, SoftBank ha asumido un alto nivel de riesgo con OpenAI y similares, sin contar aún con un modelo claro y sostenible que asegure el retorno de esa inversión multimillonaria. La incertidumbre prevalece mientras estos proyectos continúan en etapas de desarrollo y validación comercial.
Adicionalmente, la coyuntura económica global ha afectado negativamente el mercado de oferta pública inicial (IPO), una vía crucial para que las empresas emergentes puedan obtener financiamiento y brindar liquidez a sus inversores. Esta tendencia ha impactado la valoración general de numerosas compañías en el portafolio de SoftBank. Ejemplos recientes incluyen la demora de nuevas salidas a bolsa de firmas destacadas como Klarna, una fintech sueca, y Oyo, cadena hotelera con base en India, retrasos que coinciden con la imposición de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos y otros factores de incertidumbre comercial y política. A pesar de estas complicaciones, todas las noticias no son negativas para SoftBank. La subsidiaria PayPay, una empresa de pagos digitales, anunció que se encuentra preparando una oferta pública inicial, mostrando que algunas áreas del grupo aún pueden generar entusiasmo en el mercado y atraer inversión.
Además, el desempeño de sus activos de telecomunicaciones, incluyendo participaciones significativas en empresas como T-Mobile, ha sido favorable, con incrementos en el precio de sus acciones alrededor del 20% en el trimestre, alcanzando niveles cercanos a máximos históricos. Estas ganancias actúan como amortiguador frente a las pérdidas acumuladas en el Vision Fund. El fortalecimiento del yen japonés también ha sido un factor que parcialmente ha compensado el impacto negativo en los resultados financieros de SoftBank. La apreciación de la moneda local frente al dólar estadounidense impacta positivamente los estados financieros consolidados del grupo, ya que una parte sustancial de los ingresos y activos está valorizada en yenes. En síntesis, SoftBank Group transita una etapa compleja caracterizada por la volatilidad y la reconfiguración constante del mercado tecnológico global.
La erradicación del entusiasmo temprano sobre las startups emergentes, la presión sobre la valorización de compañías tecnológicas cotizadas y la cautela frente a la inversión en nuevas áreas disruptivas como la inteligencia artificial, marcan un nuevo capítulo para la compañía japonesa. No obstante, la capacidad para ajustar su portafolio, diversificar inversiones y capitalizar en sectores tradicionales como las telecomunicaciones, seguirán siendo factores clave que definirán su desempeño futuro. Los próximos trimestres serán cruciales para evaluar si SoftBank logra convertir sus grandes inversiones en éxito tangible o si deberá replantear aspectos fundamentales de su estrategia para enfrentar las fluctuaciones del mercado y conservar su posición como uno de los principales inversores tecnológicos del planeta. En el actual panorama económico y tecnológico global, la flexibilidad, la visión a largo plazo y la gestión del riesgo serán elementos imprescindibles para SoftBank y aquellos actores que buscan liderar la innovación del siglo XXI.