Tesla, el gigante de los vehículos eléctricos, continúa siendo uno de los temas más discutidos en el mundo financiero y tecnológico. Recientemente, tras la publicación de los resultados financieros del primer trimestre de 2025, el inversor y crítico Tesla Ross Gerber ha manifestado que sus preocupaciones respecto a la empresa se han intensificado, calificando su estado emocional tras las ganancias como “más perturbado”. A pesar del repunte en el precio de las acciones tras el reporte, influenciado en gran medida por el anuncio del regreso de Elon Musk como figura operativa más activa en Tesla, Gerber muestra un escepticismo profundo en cuanto a las perspectivas futuras de la empresa. A continuación, se explorarán las razones de su postura y el contexto que rodea la complicada situación de Tesla. Ross Gerber, presidente de Gerber Kawasaki Wealth and Investment Management, es conocido por su enfoque crítico y analítico en cuanto a las acciones de Tesla.
Si bien no niega la capacidad innovadora del fabricante de vehículos eléctricos, Gerber no confía en que Tesla pueda superar ciertos desafíos clave en el corto y mediano plazo. Su inquietud crece particularmente al observar el desempeño tecnológico de la empresa, así como la percepción negativa que ha ganado Elon Musk entre sectores significativos del público y del mercado. Uno de los puntos álgidos expuestos por Gerber es la confianza que tenía en la tecnología de conducción autónoma y en el emergente negocio de robotaxis que Tesla ha estado promocionando con voz firme durante años. Para muchos inversores, estas tecnologías son las que podrían catapultar a Tesla a nuevas alturas y justificar valoraciones que actualmente parecen elevadas. Sin embargo, Gerber expresa que sus experiencias personales y la propia realidad que ha constatado apuntan a que Tesla podría no estar lista para una implementación exitosa e inmediata de robotaxis.
Su experiencia conduciendo con el sistema de conducción autónoma en Los Ángeles mostró fallas notables, incluyendo la incapacidad del software para detectar peatones, una función crítica para la seguridad y el éxito del sistema. Adicionalmente, Tesla ya acumula un historial de incumplimiento de plazos y promesas tecnológicas, con retrasos en el lanzamiento de productos emblemáticos como el camión semi-eléctrico y la segunda generación del Roadster. Esta tendencia alimenta las dudas de Gerber sobre la capacidad de Tesla para cumplir con el calendario prometido para sus nuevos servicios en Austin, relacionados con la iniciativa de robotaxis. La incertidumbre en torno a estas fechas y la falta de avances concretos realzan la cautela entre analistas e inversores conservadores. Otro elemento que profundiza la preocupación del inversor es el carácter y la influencia de Elon Musk en el ecosistema Tesla.
Aunque el regreso de Musk a una posición operativa activa fue recibido con entusiasmo inicialmente, Gerber señala que esta decisión podría ser una espada de doble filo para la empresa. La reputación de Musk ha sufrido un deterioro considerable en la opinión pública estadounidense. Datos recientes de encuestas indican que más de la mitad de la población ve desfavorablemente al empresario, lo cual podría impactar negativamente en la marca Tesla y, por consiguiente, en sus ventas. Además, las protestas y movimientos de rechazo vinculados a la figura de Musk y sus posturas públicas continúan siendo un obstáculo para la compañía. En un mercado tan competitivo como el de vehículos eléctricos, donde la percepción del consumidor es clave, la preferencia de los compradores podría verse afectada al elegir entre Tesla y otras marcas emergentes o consolidadas.
Gerber hace hincapié en que los clientes “votan con su dinero” y que muchos están optando por alternativas a Tesla debido a la controvertida figura del CEO. Desde el punto de vista financiero, Tesla reportó resultados que decepcionaron a algunos inversores, sin embargo, las acciones experimentaron una subida del 20% desde el día del reporte. Este fenómeno ha sido atribuido en gran parte a la narrativa mediática del regreso de Musk y la esperanza de que su liderazgo pudiera revitalizar la compañía. No obstante, Gerber advierte que esta reacción en el mercado podría ser efímera y que, a largo plazo, los problemas fundamentales persisten y podrían frustrar las expectativas de crecimiento sostenido y rendimiento superior. En cuanto al contexto más amplio, el mercado de vehículos eléctricos está experimentando una competencia feroz.
Empresas como Waymo, Lucid Motors, Rivian, y otros fabricantes tradicionales que están acelerando sus estrategias en electromovilidad y conducción autónoma representan un desafío constante para Tesla. En este entorno, errar en los tiempos de lanzamiento o en la calidad del producto puede tener un alto costo en términos de participación en el mercado y confianza del consumidor. La ventaja competitiva de Tesla, aunque todavía significativa, está siendo puesta a prueba a medida que nuevos actores capitalizan oportunidades emergentes. Ross Gerber también enfatiza que la percepción negativa de Musk no solo afecta a los consumidores, sino también a la relación de Tesla con inversionistas e incluso con algunas partes interesadas internas. La marca, que alguna vez fue vista como un símbolo de innovación y disrupción positiva, enfrenta una revisión crítica desde varios frentes, incluidos los riesgos regulatorios, sociales y de relación pública.