La reproducibilidad es uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se sostiene la ciencia moderna. La capacidad de repetir un experimento y obtener resultados similares fortalece la confianza en los hallazgos científicos. En los últimos años, sin embargo, el mundo científico ha enfrentado lo que se ha denominado como "crisis de reproducibilidad", donde numerosos estudios no pueden ser replicados con éxito, poniendo en duda la validez de muchas conclusiones publicadas. Recientemente, un proyecto innovador en Brasil ha llamado la atención global al intentar reproducir una gran cantidad de estudios biomédicos nacionales y arrojar luz sobre la fiabilidad de la ciencia del país. Esta iniciativa conocida como la Iniciativa Brasileña de Reproducibilidad reunió a un vasto grupo de investigadores del ámbito biomédico, con más de 200 científicos de 56 laboratorios a lo largo del país.
Su objetivo era audaz: evaluar la consistencia y la reproducibilidad de artículos científicos publicados en Brasil, pero con un enfoque novedoso. En lugar de seleccionar estudios según su área temática o impacto, eligieron analizar trabajos basándose en los métodos más comúnmente usados en la investigación biomédica brasileña. Esto permitió una mirada profunda a técnicas ampliamente empleadas y su fiabilidad general. Durante el proyecto, el equipo identificó tres métodos principales que dominan gran parte de la producción biomédica local. Estos incluían técnicas para medir el metabolismo celular, métodos para amplificar material genético, y pruebas conductuales con roedores, como laberintos.
A partir de estos métodos, seleccionaron aleatoriamente estudios publicados entre 1998 y 2017, siempre priorizando aquellos en los que al menos la mitad de los autores tenían afiliación brasileña. La reproducibilidad se evaluó bajo varios criterios rigurosos, como el grado en que los experimentos replicados mostraban resultados estadísticamente significativos que concordaran en dirección con los hallazgos originales. Los resultados fueron desalentadores: menos del 50% de las pruebas pudieron ser reproducidas satisfactoriamente y solamente el 21% cumplió con al menos la mitad de los criterios establecidos por el comité independiente que evaluó la validez de las repeticiones. Estas cifras no son muy diferentes de estudios similares en otros países, pero subrayan una preocupación universal sobre la calidad y transparencia en la investigación biomédica. Además, se identificó una tendencia preocupante respecto al tamaño del efecto observado en los estudios originales frente a los experimentos de réplica.
En promedio, los efectos reportados inicialmente eran un 60% mayor que los observados en las reproducciones. Esto indica un posible sesgo de exageración en la literatura científica, que puede ser resultado de factores como la presión para publicar resultados positivos, el uso insuficiente de muestras adecuadas o prácticas estadísticas cuestionables. El contexto en el que se realizó esta investigación agrega otro nivel de complejidad. La pandemia de COVID-19, que azotó el mundo durante gran parte del desarrollo del proyecto, impuso importantes retos logísticos y de coordinación. La diversidad de laboratorios y equipos, cada uno con sus propios protocolos y modos de trabajo, convirtió la tarea en lo que los propios investigadores describieron como intentar transformar a numerosas bandas de garaje en una orquesta sincronizada.
Sin embargo, el resultado final ofrece un material valioso para analizar y reflexionar. El impacto de estos hallazgos no se limita únicamente al ámbito académico. Los resultados han generado un llamado urgente a reformar la ciencia en Brasil, reforzando la necesidad de políticas públicas que incentiven mejores prácticas experimentales, mayor transparencia y rigor metodológico. Los expertos sugieren que el reto pasa por implementar cambios desde dentro, tanto a nivel institucional como en la formación y evaluación de los científicos. Entre las críticas y debates que surgen ante esta situación, destaca la importancia de la reproducibilidad para la confianza pública en la ciencia.
Cuando estudios que buscan tratamientos o explicaciones médicas no pueden replicarse, el riesgo de desaparecer o menoscabar la confianza ciudadana en la investigación es alto. Esto puede impactar desde la aceptación de políticas de salud pública hasta la adopción de nuevas terapias médicas. La iniciativa brasileña también plantea un modelo novedoso para futuras evaluaciones de reproducibilidad: concentrarse en métodos frecuentemente usados y no en áreas temáticas específicas o estudios destacados por su impacto. Esto puede proporcionar una visión más amplia y representativa del estado real de la ciencia en una región o país, ayudando a detectar de manera más efectiva los puntos críticos a mejorar. Es importante reconocer que el fracaso en la replicación de ciertos estudios no implica necesariamente que la investigación original sea fraudulenta o inútil.
Muchas variables influyen en la variación de resultados, como diferencias en protocolos, equipos, incluso en interpretación estadística. Por eso, la reproducibilidad debe ser vista como un proceso colectivo que fortalece a la comunidad científica mediante la construcción de un conocimiento acumulativo y confiable. Además, el proyecto proporciona datos empíricos para promover debates sobre la cultura científica. La presión para publicar, la falta de incentivos para realizar repeticiones, y la competencia por financiamiento y reconocimiento muchas veces crean un entorno que no favorece la publicación de resultados negativos o neutros, incrementando el sesgo y afectando la reproducibilidad. La adopción de prácticas de ciencia abierta, donde los datos, protocolos y análisis son compartidos abiertamente, se señala como una estrategia importante para mejorar la reproducibilidad.