En 2025, Corea del Sur se prepara para una transformación significativa en su infraestructura de comunicaciones con la llegada del servicio de internet satelital de baja órbita Starlink, desarrollado por la empresa estadounidense SpaceX. Esta expansión es posible gracias a recientes modificaciones en la Ley de Ondas de Radio, que han facilitado la aprobación para que empresas extranjeras ofrezcan servicios de telecomunicaciones mediante satélites en el país. Este nuevo paso marca un hito para la conectividad en Corea, un país conocido por su avanzada red de internet, pero que aún enfrenta desafíos en la cobertura en zonas remotas y en aplicaciones específicas como el transporte marítimo y aéreo. Starlink, que opera a través de una constelación de satélites en órbita baja terrestre, ofrece velocidades de internet elevadas y una latencia reducida, características que representan una notable mejora sobre las soluciones tradicionales de comunicación satelital que operan desde órbitas geostacionarias. La proximidad de estos satélites a la superficie terrestre, que oscila entre 300 y 1,500 kilómetros, permite una experiencia de usuario mucho más eficiente y rápida, acercando la conectividad a rincones donde resulta difícil o costoso desplegar infraestructura terrestre.
El proceso para que Starlink inicie operaciones en Corea comenzó en mayo de 2023, cuando Starlink Korea LLC solicitó al Ministerio de Ciencia y TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) la aprobación para un acuerdo de suministro transfronterizo. Este paso es fundamental en la regulación coreana, que exige que las compañías extranjeras firmen colaboraciones con operadores nacionales para prestar servicios de red dentro del territorio. Después de un análisis detallado de los planes de negocio y la viabilidad de la propuesta, el Ministerio revisó y finalmente aprobó cuestiones relacionadas con el uso de frecuencias locales para Starlink. El gobierno coreano realizó una reforma legal en abril de 2025 para facilitar la asignación de frecuencias de radio que permitirán el uso de esta tecnología innovadora. Estas adaptaciones reflejan el compromiso del país con la expansión de la conectividad y la integración de tecnologías que potencien el desarrollo digital tanto en áreas urbanas como rurales.
Según declaraciones oficiales, el lanzamiento del servicio Starlink podría tener lugar desde junio de 2025, dependiendo de la culminación de los procesos regulatorios y técnicos. Además de SpaceX, la empresa británica OneWeb también está explorando la posibilidad de ofrecer su servicio de internet satelital de baja órbita en Corea, lo que evidencia la creciente competitividad y la demanda creciente en el sector de las telecomunicaciones satelitales para el mercado asiático. Esta competencia podría beneficiar a los consumidores coreanos al impulsar planes más accesibles y mejoras tecnológicas. Uno de los aspectos más destacados del arribo de Starlink a Corea es el impacto positivo que tendrá en industrias particularmente dependientes de una comunicación sólida y continua. El sector marítimo aparece como uno de los grandes beneficiados, debido a que las embarcaciones en alta mar tradicionalmente carecen de conexiones rápidas y confiables.
Gracias a Starlink, las tripulaciones podrán acceder a servicios OTT (Over The Top), realizar videollamadas y mejorar significativamente su calidad de vida mediante una mejor comunicación con sus familias y zonas de origen. Del mismo modo, la aviación puede experimentar una mejora en la conectividad a bordo, ofreciendo servicios de internet que hasta ahora eran limitados o de baja velocidad. Esto posiciona a Corea en un escenario competitivo ante otras naciones que buscan integrar tecnología satelital de vanguardia para mejorar la experiencia del usuario y la eficiencia operacional. Paralelamente al despliegue de Starlink, Corea apuesta por su propia capacidad tecnológica en el desarrollo de sistemas de comunicación basados en satélites de órbita baja usando tecnología 6G. El gobierno ha asignado recursos sustanciales, alrededor de 320 mil millones de wones (234 millones de dólares), para los próximos seis años con el objetivo de diseñar y lanzar dos satélites LEO nacionales, que serán llevados al espacio con el cohete doméstico Nuri hacia 2030.
Este esfuerzo refleja la visión de Corea de no solo adoptar tecnologías extranjeras, sino también de convertirse en un actor relevante en el ámbito espacial y las telecomunicaciones satelitales de próxima generación. Para lograr este ambicioso proyecto, varias instituciones nacionales han sido designadas como pilares de la iniciativa. Entre ellas, el Instituto de Investigación en Electrónica y Telecomunicaciones (ETRI), el fabricante de equipos de telecomunicaciones SOLiD y Korea Aerospace Industries Co. (KAI), la única empresa aeroespacial del país. Esta cooperación entre sector público y privado es fundamental para garantizar el éxito en el desarrollo y lanzamiento de infraestructuras propias.
La llegada de Starlink se enmarca además en un contexto global donde el mercado de internet satelital LEO está experimentando un crecimiento acelerado, con proyecciones que estiman que su valor alcanzará los 740 billones de wones en 2040. Esta expansión responde a la creciente demanda por soluciones de conectividad en zonas desfavorecidas, momentos de emergencia, y en sectores móviles como la navegación marítima y aérea. Corea está consciente de este potencial y busca no quedarse atrás en esta revolución tecnológica. El cambio legislativo que permitió la entrada de Starlink garantiza además ciertas seguridades para los usuarios y la estabilidad del espectro radioeléctrico coreano. La colaboración con operadores nacionales asegura que el servicio funcione en armonía con otras infraestructuras y respete regulaciones locales, un aspecto clave para evitar interferencias y mantener la calidad en todas las plataformas de comunicación.
Más allá de la conectividad, el despliegue de Starlink abre nuevas oportunidades para la innovación en otros campos como la educación, la salud y la gestión de emergencias. La posibilidad de ofrecer internet de alta velocidad en zonas rurales o de difícil acceso puede reducir la brecha digital, facilitando el acceso a recursos educativos en línea, consultas médicas a distancia (telemedicina), y la coordinación rápida ante situaciones de desastre. La llegada de Starlink a Corea trae también desafíos y preguntas sobre la integración tecnológica y la competencia justa. El mercado local verá un aumento en la oferta de servicios, lo que podría impactar en las empresas tradicionales de telecomunicaciones y en la necesidad de actualizar las políticas regulatorias con enfoques que promuevan la innovación sin perjudicar a los actores existentes. Finalmente, la expectativa entre los consumidores coreanos es alta.
Con una reputación mundial por la calidad de su infraestructura digital, Corea del Sur tiene en sus manos la posibilidad de incorporar la conectividad satelital de alta velocidad como complemento esencial de su red, ampliando el acceso, mejorando la movilidad y posicionándose como un líder en la adopción de tecnologías satelitales avanzadas. En síntesis, la llegada de Starlink a Corea en 2025 representa un paso decisivo hacia una era de conectividad global y acceso a internet sin precedentes. Gracias a los avances regulatorios y la colaboración internacional, el país se encamina hacia un futuro donde las barreras geográficas para la comunicación se reducen drásticamente, beneficiando a usuarios, industrias y al desarrollo tecnológico nacional.
