Los primeros 100 días de la segunda presidencia de Donald J. Trump han sido un período lleno de contrastes y decisiones que marcan un precedente sin igual en la historia reciente de Estados Unidos. La comparación con otras presidencias modernas pone en evidencia una serie de tendencias y eventos que encapsulan la intensa actividad de su gobierno en este corto plazo y sus repercusiones a nivel nacional e internacional. Para dar luz a estos acontecimientos, presentamos un análisis a través de ocho gráficas clave que reflejan las múltiples caras de esta etapa inicial. Uno de los aspectos más destacables es el volumen sin precedentes de órdenes ejecutivas firmadas por Trump.
Desde su toma de posesión, emitió más órdenes ejecutivas que cualquier otro presidente moderno en el mismo lapso. Solo en su primer día en el cargo firmó 26 de estas disposiciones, estableciendo así un patrón de gobernanza basado en decisiones directas y agresivas. Estas órdenes van desde la regulación del sector energético, como el permiso para ampliar la perforación petrolífera, hasta movimientos controvertidos en materia de inmigración y comercio, reflectando la intención de evitar la lentitud legislativa y actuar con firmeza. Este estilo acelerado y combativo ha tenido consecuencias legales inmediatas. La administración Trump ha enfrentado una avalancha de demandas federales, muchas de ellas presentadas casi inmediatamente tras la publicación de nuevas políticas o medidas.
Este nivel de litigariedad apunta no solo a la rapidez de sus decisiones, sino también al impacto divisivo que han generado en distintos sectores y grupos de interés. Entre los temas más litigados se encuentran la financiación estatal, política migratoria y regulatoria, así como nuevas medidas arancelarias. En relación al comercio internacional, otro dato contundente es el aumento significativo en los ingresos federales por concepto de aranceles. La política comercial de Trump, enfocada en reestructurar los acuerdos internacionales y sumar proteccionismo, ha disparado la recaudación por importaciones gravadas. Sin embargo, esta estrategia ha generado tensiones económicas y diplomáticas, ya que el aumento de costos se traslada en último término a consumidores y empresas estadounidenses, poniendo en duda la eficacia y sostenibilidad de estas medidas.
El valor relativo del dólar estadounidense también ha sufrido variaciones notables. Durante los primeros 100 días del segundo mandato de Trump se observó una caída considerable en el índice DXY, el cual mide la cotización del dólar frente a seis monedas principales. Este descenso puede interpretarse como un movimiento estratégico para encarecer las exportaciones y favorecer a la manufactura nacional, aunque también refleja inquietudes en los mercados sobre las políticas y su estabilidad futura. El mercado bursátil estadounidense, representado por el índice S&P 500, corroboró la volatilidad y el clima de incertidumbre. Desde la inauguración, la bolsa sufrió una caída considerable, representando la peor performance en los primeros 100 días de un presidente desde 1974.
Este descenso es una señal clara de la preocupación de inversores frente a las políticas proteccionistas, los litigios masivos y la dirección económica general del país. Uno de los aspectos que menos ha resonado en esta etapa ha sido la comunicación del Departamento de Estado. Las ruedas de prensa, que tradicionalmente funcionan como un canal abierto de diálogo y posicionamiento en política exterior, se han hecho cada vez más escasas y discretas bajo esta administración. Esta reducción comunicacional acompaña esfuerzos de reestructuración profunda y recortes en las agencias diplomáticas, con la intención declarada de reducir gastos y reorientar la función estatal en el escenario internacional. En el ámbito científico, los recortes en financiamiento para la investigación médica han sido significativos.
La Agencia Nacional de Salud (NIH) ha visto una disminución en los fondos destinados a subvenciones competitivas, afectando investigaciones prioritarias y consolidando una política que prioriza ciertas áreas a expensas de otras, incluso eliminando estudios relacionados con salud transgénero y disparidades raciales. Estas medidas reflejan una postura política que ha generado críticas desde el mundo académico y sanitario. Finalmente, el índice de aprobación presidencial de Trump reveló una caída notable. Desde un comienzo con expectativas mixtas pero con ciertos apoyos sólidos en temas como economía e inmigración, la valoración pública ha resentido las decisiones y consecuencias de estas primeras semanas. Su popularidad ha descendido por debajo del umbral de aprobación, reflejando un clima político polarizado y descontento ciudadano.
Este análisis visual a través de ocho gráficos fundamentales deja en claro que los primeros 100 días del segundo mandato de Donald Trump han sido un periodo marcado por aceleración legislativa vía órdenes ejecutivas, aumento del proteccionismo comercial, presión judicial constante, fluctuaciones económicas y un enfoque recortado en la política exterior. La convergencia de estos factores está delineando un rumbo que podría transformar sustancialmente la administración y la política estadounidense en los próximos años, generando debates profundos sobre la eficacia, legalidad y consecuencias sociales de sus acciones. La dinámica política instaurada en este corto período promete mantenerse como un tema central para analistas, legisladores y ciudadanos interesados en el futuro del país.