En un momento marcado por la desaceleración de las inversiones en biotecnología a nivel global, Vivo Capital ha anunciado una importante inyección de capital de 740 millones de dólares destinada a respaldar a empresas emergentes y consolidadas dentro del sector de ciencias de la vida. Esta ronda corresponde al tercer ciclo del Fondo Vivo Opportunity, un fondo de inversión público y renovable que se ejecuta en ciclos de tres años, diseñado para aportar liquidez y apoyo estratégico a compañías biotecnológicas en las fases iniciales y clínicas de desarrollo. La relevancia de esta inversión radica en su esquema de fondo evergreen, que a diferencia de los fondos tradicionales con periodos definidos para la inversión y desinversión, permite la reinversión continua y periódica durante el ciclo, garantizando una fuente más estable y constante de financiamiento para innovaciones disruptivas en salud y biotecnología. Esto ofrece a las empresas una ventana más amplia para desarrollar sus avances científicos sin la presión inmediata de rendimientos rápidos. Desde su fundación en 1996, Vivo Capital ha acumulado una experiencia notable en el sector, gestionando cerca de 5.
300 millones de dólares en activos regulados y participando en más de 430 compañías públicas y privadas alrededor del mundo. Su visión estratégica está enfocada en detectar empresas con potencial en todo el espectro sanitario, lo que les ha posicionado como un actor clave para nuevas terapias y tecnologías médicas. El portafolio del fondo incluye historias de éxito que han logrado aprobaciones por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), un hito crucial para avanzar hacia la comercialización. Uno de los casos destacados es Verona Pharmaceuticals, cuyo tratamiento para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), Ohtuvayre, recibió aprobación en junio de 2024. Esta droga se distingue por su mecanismo innovador y un perfil de efectos secundarios reducido, consolidándose como una opción revolucionaria para los pacientes que padecen esta afección.
Además de Verona, otras empresas respaldadas por Vivo Capital han conseguido éxitos regulatorios, incluyendo Geron Corporation, Avadel Pharmaceuticals y Soleno Therapeutics, reflejando la efectividad del enfoque de Vivo en identificar compañías con potencial para cumplir hitos clínicos significativos y transformar mercados. Otra muestra del impacto del fondo es la serie de adquisiciones relevantes que han tenido lugar en los últimos años. La venta de la compañía de radiofármacos RayzeBio a Bristol Myers Squibb por 4.100 millones de dólares en 2023 es un claro ejemplo de cómo Vivo Capital no solo invierte, sino también crea valor estratégico que atrae a las grandes farmacéuticas. Igualmente fueron exitosas las adquisiciones de Chinook Therapeutics por Novartis, Sierra Oncology por GSK y Kadmon por Sanofi, todas superando el umbral de los mil millones de dólares, lo que evidencia la capacidad de Vivo para fomentar desarrollos que resultan en oportunidades comerciales significativas.
Los responsables de Vivo Capital, incluyendo a Kevin Dai y Gaurav Aggarwal, han manifestado su compromiso a largo plazo con la industria sanitaria y su apuesta por mantener un portafolio diversificado que abarque distintas áreas terapéuticas y tecnológicas. Destacan la experiencia acumulada durante casi tres décadas, con un enfoque que promueve la innovación constante y la resistencia ante ciclos económicos adversos. Este apoyo financiero llega en un momento particularmente desafiante para el sector biotecnológico. La inversión de capital riesgo en estas compañías ha enfrentado una fuerte reducción tras el auge observado entre 2020 y principios de 2021, deteriorándose aun más con las recientes presiones macroeconómicas globales. Las políticas públicas en Estados Unidos también han tenido un impacto, con recortes en esquemas de financiamiento gubernamental que anteriormente ampliaban las fuentes de inversión para el sector.
La dinámica actual impone una necesidad de alternativas sólidas y confiables que sostengan el desarrollo científico y los procesos de innovación. El aporte de Vivo Capital, por tanto, no solo implica un respaldo económico sino también una señal clara para la industria y los inversionistas sobre el interés y la confianza en la capacidad transformadora de la biotecnología y las ciencias de la vida. A través del Fondo Vivo Opportunity, la compañía mantiene su papel como catalizador de avances que podrían impactar significativamente la salud global. En términos de impacto social y económico, la estrategia de Vivo Capital fomenta la creación de tratamientos que atacan enfermedades con alta carga médica y que aún carecen de soluciones eficaces. Además, al fortalecer la cadena de valor en el sector, promueve la generación de empleo cualificado y el desarrollo de innovación tecnológica en un ámbito crucial para el bienestar humano.
El modelo de inversión de Vivo Capital representa un ejemplo para otros inversores institucionales interesados en mantener una cartera dinámica y de largo plazo, capaz de adaptarse a los cambios del mercado y apoyar la investigación biomédica en sus fases más cruciales. Destaca la importancia de contar con fondos que reconozcan el tiempo y la inversión necesaria en el sector para materializar productos que salven vidas y mejoren la calidad de atención médica. En resumen, Vivo Capital con su última inversión de 740 millones de dólares reafirma su liderazgo e influencia en la industria biotecnológica, fortaleciendo un ecosistema que, pese a las adversidades, continúa produciendo innovaciones médicas de alto impacto. Su modelo de fondo evergreen, la historia de éxitos en aprobación y adquisiciones, y la orientación estratégica hacia la diversificación, posicionan a Vivo Capital como un referente clave en la financiación y desarrollo de la próxima generación de terapias y tecnologías de la salud.