En el dinámico y a veces turbulento ecosistema de las criptomonedas, las regulaciones juegan un papel fundamental para determinar cómo evoluciona el mercado, quién puede participar y bajo qué condiciones. Recientemente, Caitlin Long, una reconocida figura en el ámbito cripto y fundadora de Custodia Bank, ha lanzado una crítica contundente contra la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) por mantener políticas que, según ella, favorecen a los grandes bancos tradicionales mientras limitan la expansión de un mercado más abierto y diversificado en materia de stablecoins y participación bancaria directa en activos digitales. En un hilo publicado en la red social X (antes Twitter) el 27 de abril, Long explicó que aunque la Reserva Federal ha relajado ciertas directrices anteriores relacionadas con la asociación de bancos con criptomonedas, sigue vigente una declaración clave emitida en enero de 2023 en coordinación con la administración Biden, que establece limitaciones significativas para la interacción directa de los bancos con activos cripto. Esto implica que los bancos no solo tienen prohibido involucrarse de manera directa en criptoactivos, sino que tampoco pueden emitir stablecoins en blockchains sin permiso, lo que se entiende como blockchains abiertas y descentralizadas. Este posicionamiento del Fed ha sido señalado por Long como una preferencia regulatoria clara hacia las stablecoins «permissioned» o con permiso, es decir, aquellas emitidas o respaldadas por grandes instituciones financieras bajo marcos más centralizados y regulados.
Esta política está generando controversia porque, mientras el mercado cripto a nivel general espera la aprobación de una legislación federal específica para las stablecoins, los bancos tradicionales ya estarían recibiendo una ventaja competitiva considerable, recalcó la experta. La preocupación no se limita únicamente a las stablecoins. Caitlin Long hace énfasis en que esta postura regulatoria también impide a los bancos participar directamente en el mercado de criptomonedas como agentes activos, incluyendo roles en la creación de mercado (market-making) para activos populares como Bitcoin, Ethereum o Solana. Esta restricción va en contra de la creciente demanda de infraestructura financiera sólida que integre activos digitales y estabilidad institucional. Además, otro desafío importante subrayado por Long se relaciona con los servicios de custodia cripto.
Muchos bancos interesados en ofrecer custodia digital enfrentan problemas operativos, especialmente en lo relativo a la cobertura de las llamadas «gas fees» o tarifas de transacción en blockchains que son una práctica estándar para custodios cripto. Sin embargo, bajo las normativas actuales del Fed, los bancos no están autorizados para cubrir estos costos, algo que obstaculiza la oferta de productos competitivos y seguros para los clientes interesados en la custodia de sus activos digitales. En suma, Long considera que las decisiones de la Reserva Federal actúan como un freno para la entrada y el desarrollo de servicios bancarios cripto más accesibles y robustos, mientras simultáneamente impulsan un modelo de stablecoins que se inclina hacia las grandes instituciones financieras. En sus palabras, este enfoque implica dejar «arena en las ruedas» para quienes buscan innovar dentro del sistema bancario tradicional que se adapta a las criptomonedas. La técnica comunicativa de la Reserva Federal ha sido también objeto de críticas por parte de Long.
Ella argumenta que el Fed ha ganado en términos de relaciones públicas porque ha listado públicamente una serie de directrices antiguas que ha decidido retirar, creando la percepción de una relajación importante. Sin embargo, ha omitido informar sobre el mantenimiento de ciertas regulaciones clave, lo que ha generado confusión incluso entre expertos del sector. Por su parte, la senadora Cynthia Lummis, conocida defensora de los activos digitales, calificó este movimiento del Fed como un gesto superficial o «servicio de labios», dejando abierta la posibilidad de una respuesta legislativa más contundente para impulsar una regulación que realmente facilite la innovación en el sector cripto. Lummis resaltó que algunas secciones específicas de las políticas del Fed, como la sección 9(13), continúan vigentes y contemplan a Bitcoin y demás activos digitales como productos «inseguros e inadecuados» para los bancos, un punto que ha despertado preocupación en inversores y actores del mercado. No obstante, las opiniones dentro de la comunidad cripto no son unánimes.
Mientras Long y Lummis critican la postura del Fed, otros ejecutivos y expertos celebran algunos aspectos de la decisión reciente. Por ejemplo, Michael Saylor, una voz influyente en la industria, interpretó el cambio regulatorio como una señal para que los bancos de Estados Unidos comiencen a apoyar directamente a Bitcoin y activos similares, lo que podría abrir la puerta a un mayor involucramiento institucional en el criptoespacio. El debate sobre la regulación de las stablecoins es más relevante que nunca. Las stablecoins representan un puente vital entre las finanzas tradicionales y los mundos de las criptomonedas, ofreciendo estabilidad de valor junto con la eficiencia de la tecnología blockchain. Por esta razón, las políticas públicas y regulatorias que las afectan moldearán no solo el futuro del sistema financiero digital, sino también la posición competitiva global de Estados Unidos en materia de innovación financiera.
Caitlin Long insiste en que la legislación sobre stablecoins debe aprobarse rápidamente en el Congreso para superar las barreras actuales impuestas por el Fed. Un marco legal claro y equilibrado ayudaría a garantizar que las stablecoins puedan coexistir bajo supervisión adecuada, asegurando seguridad para los usuarios y estabilidad para el sistema financiero, pero sin favorecer injustamente a ciertos actores por sobre otros. En conclusión, el enfrentamiento entre Caitlin Long y la Reserva Federal sobre la política de stablecoins y la participación bancaria en criptomonedas refleja un momento crucial para la regulación cripto en Estados Unidos. Mientras la tecnología avanza y la demanda por activos digitales crece, el diseño de políticas públicas adecuadas será decisivo para aprovechar el potencial de innovación y crecimiento económico que ofrece esta nueva frontera financiera. La comunidad cripto, los reguladores, los bancos y los legisladores deben encontrar un equilibrio que permita una integración segura y justa de las criptomonedas en el mercado financiero tradicional, garantizando a la vez la inclusión, la transparencia y la competencia.
El camino que se elija marcará la pauta para años venideros y determinará qué tan competitiva será la industria estadounidense en el mercado global de activos digitales.