Open WebUI ha experimentado un cambio significativo en su modelo de licencia, moviéndose de la clásica BSD-3-Clause a una nueva Open WebUI License acompañada de un Acuerdo de Contribución de Código (CLA). Este cambio, implementado a partir de la versión 0.6.6 lanzada en abril de 2025, representa un esfuerzo estratégico para proteger la integridad del proyecto y fomentar una comunidad más sólida y colaborativa, sin dejar de lado la apertura y la flexibilidad que caracterizan al software open source. Open WebUI nació con la misión de democratizar el acceso a tecnologías avanzadas de inteligencia artificial, proporcionando a usuarios de diferentes niveles una plataforma accesible, gratuita y open source.
Durante años, se valió de la licencia BSD-3-Clause, una de las más permisivas en el vasto universo de licencias de código abierto. Esta licencia permitía a cualquier persona usar, modificar y distribuir el software con muy pocas restricciones, favoreciendo el desarrollo de aplicaciones basadas en Open WebUI igual que proyectos propios. Sin embargo, con el crecimiento acelerado del proyecto y su popularidad en diferentes comunidades y empresas, surgieron desafíos inesperados relacionados con el abuso y la explotación del proyecto. Algunos actores malintencionados comenzaron a utilizar el código de Open WebUI eliminando cualquier referencia o marca identificativa original. Estos terceros comercializaban versiones del software como si fueran propias, sin contribuir de vuelta a la comunidad ni respetar el alcance y espíritu del proyecto original.
Este fenómeno, que se aleja del ethos de colaboración y transparencia del software libre, impulso al equipo de Open WebUI a implementar un cambio en la licencia. En concreto, se agregó una cláusula de protección de la marca y del branding a la licencia BSD-3, manteniendo intactas la mayoría de sus libertades, pero con la condición de que cualquier despliegue o distribución debe mantener visible la identidad de Open WebUI. Solo existen excepciones muy específicas para pequeñas implementaciones, colaboradores que reciben permiso explícito o usuarios que contraten una licencia empresarial para personalizar el branding. Este movimiento ha sido cuidadosamente diseñado para ser compatible con el uso legítimo, contribución y adopción del proyecto, preservando la apertura y la capacidad de modificar el código, pero evitando la apropiación indebida que afecta la reputación y sostenibilidad del ecosistema. La implicación práctica para usuarios comunes es sencilla: pueden continuar usando Open WebUI para proyectos personales, educativos, o de negocio siempre y cuando respeten la visibilidad de la marca.
Esto fortalece la confianza dentro de la comunidad y garantiza que el trabajo y el esfuerzo detrás del desarrollo sean reconocidos y valorados. Para desarrolladores que deseen contribuir con código nuevo a partir de la versión 0.6.6, deberán aceptar el nuevo Acuerdo de Contribución de Código, que establece la adhesión a la licencia actualizada y sus condiciones. Un aspecto vital de esta nueva licencia es que no se aplica de forma retroactiva a contribuciones y código previos a la versión 0.
6.6. Esto significa que las aportaciones anteriores permanecen bajo las condiciones originales de BSD-3 sin restricciones adicionales, lo que otorga una flexibilidad extrema para quienes estuvieran interesados en crear forks o derivados de la versión antigua sin las condiciones del branding. Para el ámbito empresarial y comercial, Open WebUI ofrece opciones de licenciamiento personalizadas que permiten la eliminación o modificación del branding a cambio de un acuerdo comercial y soporte especializado. Esta oferta reconoce la necesidad frecuente en entornos corporativos de contar con soluciones a medida, garantizando a su vez la integridad del proyecto principal y una relación de colaboración clara y justa.
La decisión de Open WebUI de incorporar una cláusula de protección de marca en una licencia tradicionalmente permisiva no es común en proyectos open source, lo que ha generado debates interesantes dentro de la comunidad. Desde una perspectiva técnica y estricta, dicha cláusula implica que el proyecto ya no puede ser considerado "open source" según la definición clásica de la Open Source Initiative (OSI), que rechaza restricciones sobre branding en esos términos. No obstante, desde el punto de vista práctico, Open WebUI sigue ofreciendo un ecosistema abierto, con código accesible y libre para múltiples usos, mucho más abierto que muchos otros modelos que emplean licencias restrictivas o que bloquean funcionalidades importantes. Este enfoque equilibrado responde a la necesidad de proteger el trabajo de una pequeña pero dedicada comunidad de desarrolladores, que invierte recursos personales y económicos considerables para mantener Open WebUI en la vanguardia tecnológica. Evita la tentación de cerrar el proyecto, fragmentar la comunidad o aplicar licencias con mayores limitaciones, como SSPL o BSL, que han generado polémica en el sector.
La nueva licencia incentiva a las organizaciones y usuarios a participar activamente en el proyecto, ya sea aportando código, reportando problemas, o colaborando en la documentación y difusión. Este círculo virtuoso fortalece el desarrollo continuo, la seguridad y la innovación compartida, aspectos que son vitales para el crecimiento y madurez de cualquier proyecto open source que aspire a relevancia a largo plazo. En síntesis, la transición de Open WebUI desde la licencia BSD-3 hacia su propia licencia con cláusula de branding y CLA refleja un esfuerzo consciente por mantener la esencia colaborativa y abierta del proyecto mientras protege su identidad y comunidad de actores que quieran aprovecharse sin aportar. Es una estrategia pragmática que respeta el pasado del software libre al tiempo que responde a los retos actuales del entorno tecnológico y comercial. Para los usuarios y empresas que trabajan con Open WebUI, el mensaje es claro y alentador: el software sigue siendo accesible y modificable, pero su marca y espíritu deben preservarse para garantizar un futuro sostenible y una experiencia auténtica.
Aquellos con necesidades especiales de personalización o implementación a mayor escala cuentan con vías claras para colaborar y obtener licencias especiales que les permitan trabajar con mayor libertad sin afectar la integridad del proyecto. Finalmente, este caso ejemplifica cómo las comunidades de software libre pueden adaptarse a los desafíos modernos, encontrando un punto medio entre la apertura radical y la protección necesaria para la sustentabilidad. Open WebUI pone así un precedente interesante para otros proyectos emergentes que enfrentan situaciones similares de explotación o mal uso, mostrando que la innovación también puede aplicarse en licenciamiento y gobernanza comunitaria.