La industria textil en Myanmar, un pilar fundamental para la economía del país, enfrenta una problemática que afecta tanto a trabajadores como a empresas y marcas internacionales que operan en la zona: el salario mínimo insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores. Bestseller, una reconocida compañía danesa dedicada a la ropa y accesorios, ha manifestado su respaldo a la petición de una actualización del salario mínimo en el sector de la confección, destacando que esta medida es vital para garantizar condiciones laborales justas y fortalecer la resiliencia del sector en Myanmar. Desde 2018, la cifra establecida como mínimo para los trabajadores de la confección no ha experimentado cambios significativos, lo que ha provocado un mayor descontento social y ha impactado negativamente en la estabilidad laboral y productiva de la industria. La situación actual obliga a muchos empleados a depender de horas extra y bonos de asistencia para alcanzar un nivel económico que les permita cubrir incluso sus necesidades básicas. Este sistema no solo afecta la calidad de vida de los trabajadores, sino que también limita su capacidad para disfrutar plenamente de los derechos laborales como licencias anuales y por enfermedad, lo que a su vez repercute en su bienestar general.
EuroCham Myanmar, una organización que agrupa a cámaras de comercio europeas, ha señalado que el salario mínimo actual es un factor clave detrás de numerosos problemas en el sector, incluyendo conflictos en el lugar de trabajo, alta rotación de empleados y migración laboral. Estos fenómenos han llevado a la pérdida de habilidades especializadas, un recurso invaluable para el desarrollo y la mejora continua de la industria. La falta de un salario acorde a las necesidades reales afecta la productividad y compromete la reputación de las marcas internacionales que abastecen sus cadenas de suministro a Myanmar, un país cuyo modelo exportador depende en gran medida de la fuerza laboral del sector textil. Desde su entrada en Myanmar en 2014, Bestseller ha trabajado activamente para promover los derechos laborales y mejorar las condiciones de sus empleados a través del diálogo constante con trabajadores, sindicatos y organizaciones defensoras de derechos humanos. Pese a los esfuerzos realizados por varias fábricas dentro de su cadena de suministro para incrementar de manera voluntaria los salarios, la ausencia de un ajuste legal oficial genera una presión constante sobre la calidad de vida de los trabajadores y limita la viabilidad de estas acciones independientes.
Claus Aabling, gerente de derechos laborales de Bestseller, ha subrayado la necesidad imperiosa de que se eleve el salario mínimo para proteger a los empleados y garantizar la sostenibilidad del sector en el largo plazo. La empresa también enfatiza que la solución a este desafío no recae en un solo actor sino que es un esfuerzo colectivo. Como marca que depende de la colaboración con proveedores en Myanmar, Bestseller entiende que es su responsabilidad elevar la voz y apoyar iniciativas que promuevan una revisión efectiva y justa de los salarios. Este compromiso se alinea con las normativas internacionales y guías de buena conducta empresarial dictadas por entidades como la OCDE, que buscan asegurar que las operaciones y relaciones comerciales respeten los derechos humanos y laborales. El aumento del salario mínimo tiene además una dimensión estratégica para las marcas globales, ya que el mantenimiento de condiciones laborales deficientes puede llevar a riesgos reputacionales significativos.
Las acusaciones de explotación laboral o bajos salarios pueden afectar la imagen corporativa y, en consecuencia, las ventas y la fidelidad del consumidor. Por ello, los sectores público y privado deben trabajar de la mano para establecer políticas claras y mecanismos que promuevan salarios dignos, evitando así la fuga de talento y fomentando un ambiente laboral estable y productivo. Cabe recordar que en febrero de 2025, la federación sindical global IndustriALL lanzó un llamado a la acción contra las acciones represivas del régimen militar en Myanmar, especialmente respecto a la vulneración de derechos sindicales y el acoso a trabajadores. La continuidad de un diálogo abierto con las organizaciones sindicales que aún operan es fundamental para mantener un monitoreo constante y efectivo sobre las condiciones laborales en el país, lo que repercute positivamente en la aplicación de prácticas responsables de negocio. En este contexto, la demanda de un aumento salarial no solo responde a necesidades inmediatas de los empleados sino también a un compromiso ético y económico más amplio que busca transformar la industria textil de Myanmar en un sector más justo y sostenible.
Las marcas internacionales, como Bestseller, actúan como catalizadores de cambio al utilizar su influencia para fomentar regulaciones que beneficien a toda la cadena de valor y contribuyan a un desarrollo económico que no sacrifique los derechos humanos. El impacto de un salario mínimo adecuado se extiende más allá del bienestar individual de los trabajadores, mejorando el clima laboral, reduciendo la migración interna y externa por razones económicas, y fortaleciendo la cohesión social. Un entorno laboral más estable también contribuye a la retención de habilidades técnicas y especializadas necesarias para la innovación y competitividad del sector. Myanmar se encuentra en un momento decisivo para su industria textil, donde la combinación de presiones sociales, económicas y políticas exigen respuestas claras y contundentes de todos los actores. La participación activa de empresas internacionalmente reconocidas como Bestseller en esta causa muestra que la responsabilidad social empresarial puede ser una fuerza impulsora para la transformación positiva, alentando políticas inclusivas y remuneraciones justas.