La música y la inteligencia artificial han mantenido una relación fascinante y en constante evolución durante décadas. Desde los primeros experimentos en composición automatizada hasta los avances más recientes en generación de música asistida por IA, la colaboración entre humanos y máquinas ha alcanzado niveles sorprendentemente sofisticados. Uno de los desarrollos más notables en este ámbito es Suno, un sistema de inteligencia artificial que ha revolucionado la forma en que podemos reinterpretar y reinventar canciones existentes. En este análisis, nos adentramos en cómo Suno cubre canciones originales, explorando distintas variaciones y estilos, para comprender a fondo el impacto que tiene esta tecnología en la creación y reproducción musical. Desde mi juventud, la idea de la música generada por computadora me cautivó de forma especial.
Inclusive dediqué mi tesis de maestría en la ETH Zurich a estudiar la confluencia entre la inteligencia artificial y la música, lo cual me brindó una perspectiva profunda sobre las capacidades y limitaciones de la tecnología aplicada a esta expresión artística. Sin embargo, Suno se alza en un nivel completamente diferente a anteriores intentos en este terreno. Mientras muchas plataformas y herramientas anteriores ofrecían resultados preliminares o limitados, la calidad y versatilidad de Suno inspiran asombro y admiración. Su habilidad para recrear y transformar canciones con estilos diversos y complejos presenta una revolución en el campo musical. Para poner a prueba esta tecnología, decidí someter una de mis composiciones originales a la interpretación de Suno.
La pista seleccionada fue grabada en noviembre del 2024, un tema donde todos los instrumentos fueron interpretados en vivo simultáneamente, sin sobregrabaciones o ediciones posteriores. La autenticidad y complejidad del original ofrecían un desafío ideal para el sistema. Desde el primer intento, aplicando un estilo “prog jazz rock”, el resultado fue sorprendentemente cercano al espíritu y la estructura de la canción original. La fidelidad y calidad de la interpretación parecen mágicas, casi como si un músico con talento extremo hubiese reinterpretado la pieza. Al explorar más allá, me animé a añadir un toque más audaz incorporando una sección de metales con un solo de saxofón, manteniendo el estilo jazz rock.
Esta variación no solo mantuvo la esencia del tema, sino que le agregó una nueva dimensión rítmica y armónica muy fresca y agradable, generando una experiencia musical revitalizada y más dinámica. La introducción de la sección de metales añadió groovy y texturas que enriquecieron la composición original, mostrando cómo Suno puede adaptar y ampliar una pieza musical sin perder coherencia estilística. Más adelante, motivado también por el gusto de mi esposa por estilos electrónicos como el house, experimenté fusionando jazz rock con house y funk, sumando además elementos electrónicos intercalados y manteniendo la sección de metales. El resultado fue un tema con un ritmo imposible de ignorar que invita a moverse sin parar. La fusión de estilos muestra la capacidad de Suno para combinar géneros aparentemente opuestos en un producto musical armonioso y energético, aunque en esta versión la pista termina de manera abrupta, algo que indica aún ciertas limitaciones técnicas o creativas en la generación automatizada de música.
Finalmente, añadí un último giro incorporando rap con letras sobre computadoras y música, una creación confeccionada en colaboración con la inteligencia artificial de Perplexity. Este reinterpretación incluye múltiples partes y pausas, culminando con un solo de saxofón. La canción termina por convertirse en un auténtico hit potencial, demostrando la versatilidad de la IA para no solo cubrir melodías y armonías sino también integrar elementos vocales y líricos variados con notable coherencia y atractivo estilístico. El ensayo no se limitó solo a grabaciones en vivo, sino que también incluí piezas grabadas hace años y mezcladas digitalmente. Por ejemplo, piezas del álbum ToyLand fueron regeneradas con Suno, mostrando relecturas modernas de improvisaciones originales en diversos estilos desde R&B hasta jazz-rock de los años ochenta.
En algunos casos, Suno enfrentó dificultades, como al reconocer acordes en puentes o secciones complejas, lo que indica áreas donde la interpretación humana sigue superando la producción automatizada. Sin embargo, incluso con ciertas imperfecciones, las reinterpretaciones mantuvieron un interés y una belleza musical innegables. Más allá de los estilos tradicionales, Suno mostró un dominio impresionante al recrear temas con arreglos latinoamericanos como bossa nova y versiones con orquestas cubanas, así como interpretaciones desde formaciones pequeñas hasta grandes ensambles. Esta variedad amplía enormemente el horizonte creativo, permitiendo que una misma composición sirva como base para una galería de interpretaciones diversas, cada una con su propia personalidad y carácter. Experimentos realizados con grabaciones en vivo, incluso con calidad no óptima, también arrojaron resultados interesantes.
Por ejemplo, el tema “Türkis” en 7/8 fue reinterpretado por Suno como una versión con banda de metales búlgara, manteniendo una precisión impresionante en detalles rítmicos y sonoros. Otras piezas, como baladas o improvisaciones en piano y xilófono, fueron transformadas en producciones sorprendentes que exploraron géneros desde jazz progresivo hasta orquestas cubanas y bandas tradicionales de metales. No obstante, no todo es perfecto. Tras unas semanas se detectaron problemas de calidad en ciertas creaciones generadas por Suno, con una reducción notable en el sonido y la aparición de artefactos sonoros incómodos. Estos inconvenientes revelan que la tecnología aun está en desarrollo y enfrenta desafíos técnicos que deben ser resueltos para garantizar una experiencia consistente y satisfactoria.
La comunidad en plataformas como Reddit ha mostrado preocupación y esperanza para que dichas dificultades no sean problemas sistemáticos o decisiones comerciales deliberadas, sino fallas temporales que puedan corregirse pronto. La experiencia completa con Suno nos invita a reflexionar sobre el futuro de la música generada automatizadamente. Por un lado, la tecnología abre nuevas puertas para la creación artística, enseñando que la colaboración entre humanos y máquinas puede potenciar la diversidad y renovación continua del repertorio musical. Por el otro, advierte que el oído crítico y el sentido artístico humano siguen siendo esenciales para manejar las interpretaciones, pulir detalles y dar sentido emocional profundo a las piezas. Finalmente, la práctica de ofrecer estas interpretaciones bajo licencias abiertas como Creative Commons amplifica la posibilidad de compartir, reutilizar y transformar la música de formas inéditas.