El 19 de septiembre de 2024, Wall Street vivió un día excepcionalmente vibrante, alcanzando máximos históricos en medio de un optimismo renovado en los mercados globales, impulsado por la reciente reducción de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Los índices más importantes, el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq, registraron impresionantes avances, reflejando la euforia que se había apoderado de los inversores tras esta significativa medida del banco central. La Fed decidió, por primera vez en más de cuatro años, recortar las tasas de interés, acercándolas a la banda de 4.75% a 5%. Este movimiento marcó un cambio drástico en la política monetaria, después de un periodo prolongado en el que la tasa se había mantenido en niveles históricamente altos, con la esperanza de controlar la inflación galopante que había afectado a la economía estadounidense.
Ahora que la inflación ha comenzado a ceder desde sus picos alcanzados hace dos veranos, el presidente de la Fed, Jerome Powell, indicó que el enfoque de la entidad cambiaría hacia la preservación del mercado laboral y la prevención de una recesión. El S&P 500 experimentó un notable aumento del 1.7% en su valor, superando así su récord anterior establecido en julio. En tanto, el Dow Jones Industrial Average se disparó 522 puntos, lo que representó un incremento del 1.3% y un nuevo récord que superó su propio nivel más alto registrado apenas unos días antes.
Por su parte, el Nasdaq lideró el rally con un impresionante aumento del 2.5%. La jornada fue testigo de un amplio alza en diferentes sectores, pero Darden Restaurants, la empresa propietaria de reconocidos restaurantes como Olive Garden y Ruth's Chris, destacó por su notable ascenso del 8.3%. Esto se produjo gracias a informes que indicaban que las tendencias de ventas habían mejorado después de un descenso agudo en julio y a la reciente asociación con Uber para ofrecer servicio de entrega.
Uno de los actores más relevantes en el ámbito tecnológico, Nvidia, también destacó en esta jornada con un incremento del 4%. La reducción de tasas por parte de la Fed alivia en parte las preocupaciones respecto a si las valoraciones de sus acciones y las de otras grandes empresas tecnológicas son demasiado elevadas, especialmente tras el frenesí generado por el auge de la inteligencia artificial. A nivel global, los mercados de Europa y Asia siguieron la tendencia positiva, con incrementos significativos en sus índices también. Francia registró un aumento del 2.3%, Japón, del 2.
1% y Hong Kong, del 2%. Estos movimientos reflejan la simetría de la respuesta positiva ante el recorte de tasas por parte del banco central estadounidense, que es un motor importante para la economía mundial. La reacción inicial del mercado a la decisión de la Fed había sido más bien moderada, con los precios de las acciones fluctuando antes de estabilizarse a la baja el día anterior. Sin embargo, el jueves la tendencia cambió abruptamente, desatando una “reversión de la reversión”, como lo describió Jonathan Krinsky, analista de BTIG, quien admitió no haber anticipado un rally de tal magnitud. Los analistas del mercado expresaron su alivio al notar que Powell había logrado comunicar que el recorte de tasas era una “recalibración” y no un movimiento urgente por la necesidad de evitar una recesión.
Esto generó esperanzas de que la Fed pudiera navegar exitosamente la complicada situación económica, llevando la inflación a su objetivo del 2% sin desencadenar una recesión. El contexto del mercado laboral también fue favorable. Se reportó una disminución en las solicitudes de beneficios por desempleo, lo que sugiere que, a pesar de los cambios en la política monetaria, las despidos siguen bajos y la economía se mantiene más robusta de lo que algunos analistas habían presagiado. Sin embargo, aún persisten las inquietudes sobre el futuro de la economía. La presión sobre la Fed continúa, ya que es evidente que, aunque el mercado laboral se ha mantenido fuerte, hay señales de que la contratación ha comenzado a desacelerarse.
Algunos críticos apuntan a que la Fed pudo haber tardado demasiado en actuar y que esto podría haber causado un daño innecesario a la economía. Powell enfatizó que la Fed no tiene prisa por llevar a cabo nuevas modificaciones en tasas y que su enfoque dependerá siempre de los nuevos datos que lleguen a su conocimiento en cada reunión. Esto ha llevado a algunas instituciones financieras a ajustar sus pronósticos, anticipando recortes adicionales más agresivos que los planteados por la misma Fed. Se espera que la Fed reduzca las tasas en otro medio punto porcentual en 2024 y un punto completo en 2025. La reducción de las tasas de interés trae consigo beneficios significativos para los mercados financieros, facilitando el acceso al crédito tanto para hogares como para empresas, y impulsando el valor de inversiones de todo tipo.
Criptomonedas como Bitcoin, por ejemplo, superaron los $63,000, un notable aumento desde los aproximadamente $27,000 del año anterior. La sabiduría popular entre los inversores a menudo sugiere no “luchar contra la Fed”, sino más bien aprovechar la corriente ascendente cuando los recortes de tasas son anunciados. Este enfoque parece resonar fuertemente en Wall Street, que respondió de forma contundente ante las nuevas políticas monetarias. Sin embargo, la singularidad de la situación actual, marcada por la recuperación post-pandémica y la inflación nunca antes vista en generaciones, ha desafiado las nociones tradicionales. Además, con las elecciones presidenciales estadounidenses a la vista, existe una incertidumbre subyacente en el mercado.
Hay preocupaciones de que tanto demócratas como republicanos puedan implementar políticas que aumenten la deuda del gobierno, lo que podría ejercer presión al alza sobre las tasas de interés, independientemente de las acciones de la Fed. La historia económica ofrece pocas pistas claras sobre cómo evolucionará la situación dada la naturaleza inusual de las condiciones actuales. Algunos analistas han señalado similitudes con la ciclo de 1995, pero reconocen que no hay paralelismos perfectos. En el mercado de bonos, el rendimiento del Treasury a 10 años permaneció estable en 3.71%, mientras que el rendimiento a dos años, que se alinea más estrechamente con las expectativas de la Fed, disminuyó a 3.
58%. En resumen, el resplandor de Wall Street, impulsado por el recorte de tasas, no solo evocó emoción y optimismo, sino que planteó preguntas críticas sobre la durabilidad de esta tendencia en un entorno económico marcado por incertidumbres múltiples. Con el telón de fondo de una economía en transformación, los próximos meses serán cruciales para determinar la dirección de los mercados de valores y la salud económica global.