En el vasto universo de los juegos de estrategia y simulación bélica, pocos títulos pueden presumir de tener la influencia y el carisma que posee Little Wars. Creado en 1913 por el célebre escritor inglés H. G. Wells, esta novedosa propuesta no solo fue un juego, sino un reflejo de la concepción del autor sobre la guerra, la infancia y la creatividad. Little Wars representó el nacimiento de una categoría completamente nueva en el mundo de los juegos: la de los wargames o juegos de guerra en miniatura.
Little Wars es esencialmente un conjunto de reglas concebidas para jugar con soldados de juguete, convirtiendo simples piezas de plomo en actores de una elaborada batalla estratégica. Más allá de la mera diversión, Wells intentó con esta obra transmitir tanto el arte de la guerra como una profunda reflexión filosófica sobre la naturaleza y consecuencias de los conflictos bélicos. Con un título completo que ya denotaba su espíritu inclusivo y alegre, "Little Wars: a game for boys from twelve years of age to one hundred and fifty and for that more intelligent sort of girl who likes boys' games and books", Wells dejaba claro que sus reglas estaban dirigidas a cualquier mente curiosa e imaginativa. El origen de Little Wars se encuentra en una cena entre H. G.
Wells y su amigo Jerome K. Jerome, quien empezó a derribar soldados de juguete con un pequeño cañón. Esta acción espontánea provocó que ambos decidieran desarrollar reglas claras para que aquella actividad pasara a ser un juego de estrategia organizado. Utilizaron soldados de plomo, fabricados por la compañía británica W. Britain, y usaron cualquier material a mano para crear escenarios de batalla improvisados, desde bloques hasta otros juguetes, fomentando con ello la creatividad y el sentido táctico en los jugadores.
El juego ofrecía una guía para las diferentes unidades militares clásicas: la infantería, la caballería y la artillería. Entre estos, el cañón destacaba no solo por su función sino también por aportar un elemento físico y activo al juego, ya que era capaz de disparar pequeños proyectiles de madera para derribar soldados enemigos. Este detalle hacía a Little Wars más dinámico y atractivo, dado que combinaba elementos tácticos con un enfoque lúdico y casi científico. Uno de los aspectos más destacables de Little Wars es la simplicidad de sus reglas, que resultan accesibles para jugadores jóvenes y adultos por igual, sin perder profundidad y realismo. Por ejemplo, las mediciones para mover las unidades se hacían usando una cuerda de longitud fija, con lo cual la movilidad de los soldados se limitaba a distancias acordes, tal como ocurriría en un escenario real.
Cada jugador tenía un tiempo determinado para mover y atacar, lo que añadía presión estratégica y evitaba el estancamiento durante las partidas. En su minuciosa obra, H. G. Wells no solo proporcionó reglas básicas, sino que también incluyó extensiones y amplificaciones para quienes desearan experimentar con un juego más complejo. Estas reglas avanzadas contemplaban aspectos tales como logística militar, ingenieros de combate, cargas de caballería y el transporte ferroviario de tropas.
De esta manera, Little Wars podía transformarse de un juego recreativo a una simulación casi completa de operaciones militares. Además del contenido estrictamente lúdico, Wells impregnó su obra con reflexiones filosóficas sobre la guerra. A pesar de su espíritu pacifista, reconocía el interés y la fascinación que la guerra despertaba en la mente humana. En Little Wars, esta dualidad se expresa de forma sutil pero constante: la guerra vista desde la distancia de la infancia, con inocencia y diversión, y al mismo tiempo como un fenómeno trágico y complejo. Así, el juego sirve tanto para entretener como para provocar un pensamiento más profundo sobre el conflicto y la naturaleza humana.
En cuanto a su estilo, Little Wars es una obra escrita con un tono ingenioso y jocoso, que además está acompañada por dibujos y fotografías que ilustran la dinámica del juego. Wells incluso introduce un toque teatral al narrar las batallas desde la perspectiva de uno de los generales, quien recuerda y exagera sus hazañas bélicas de forma cómica y satírica. Esta manera de contar invita a los lectores a sumergirse en la ficción y disfrutar de la experiencia de una forma mucho más atractiva. La publicación original de Little Wars tuvo lugar en 1913 por la editorial Frank Palmer en el Reino Unido y poco después fue editada en Estados Unidos por Small, Maynard & Co. Desde entonces, el libro ha sido reeditado en varias ocasiones, incluyendo un relanzamiento en 1977 y una edición actualizada en 2004 con introducciones de destacados diseñadores de juegos modernos como Michael O.
Varhola y Gary Gygax, co-creador de Dungeons & Dragons. Esta continuidad demuestra el impacto y la vigencia que Little Wars mantiene en la comunidad de jugadores. Cabe destacar que Little Wars no solo tuvo repercusiones en el ámbito de los juegos, sino también en la cultura literaria y social de la época. En la novela Joan and Peter, escrita por el mismo Wells durante la Primera Guerra Mundial, se menciona el juego como un reflejo condensado de las experiencias militares de los participantes del conflicto, mostrando cómo la ficción y la realidad se entrelazan. A lo largo de las últimas décadas, Little Wars ha sido sujeto de análisis y homenajes, y es considerado un precursor fundamental del war gaming tal como lo conocemos hoy.