El mercado de petróleo y gas natural está experimentando una fase de incertidumbre, marcando un momento crucial para los inversores y analistas por igual. A fecha de 26 de septiembre de 2024, el precio del crudo West Texas Intermediate (WTI) se acerca a los 69.50 dólares por barril, mientras que las preocupaciones sobre la demanda en China, uno de los mayores consumidores de energía del mundo, continúan pesando sobre los precios. Durante la última semana, el WTI ha mostrado una tendencia a la baja, con una caída del 3%, en medio de la preocupación generalizada por la desaceleración económica en China. A pesar de los esfuerzos del gobierno chino por estimular su economía, la demanda energética no ha logrado alcanzar las expectativas, lo que ha llevado a numerosos analistas a cuestionar si un rebote en los precios es posible a corto plazo.
La inestabilidad de la economía china, combinada con el tipo de noticia ofensiva, ha dejado a los mercados en una encrucijada. Uno de los factores que ha influido significativamente en el precio del WTI es el reciente informe sobre las existencias de crudo en Estados Unidos. Según datos divulgados, las reservas cayeron en 4.5 millones de barriles, un alivio para los precios, ya que superó las expectativas que apuntaban a una reducción más modesta de 1.4 millones.
Sin embargo, la preocupación por la demanda sigue limitando el potencial de recuperación de los precios. En términos de suministro, la reciente desviación de un huracán que amenazaba las regiones productoras de petróleo y gas natural en EE. UU. también ha aliviado algunas presiones. Esto, junto con los intentos de estabilización política en Libia, que podrían facilitar una mayor exportación de crudo, ha contribuido a un ambiente de mayor calma en cuanto al suministro de petróleo.
A pesar de estos desarrollos, los analistas se muestran cautelosos. Las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente podrían desatar potenciales interrupciones en la oferta de petróleo y gas, lo cual influiría en los mercados. La combinación de la volatilidad geopolítica con el debilitamiento de la demanda en China ha mantenido los pronósticos de precios de petróleo en un estado de incertidumbre. Por el lado del gas natural, las perspectivas son algo más optimistas. Actualmente, el gas natural se encuentra cotizando en 2.
84 dólares, con un leve aumento del 0.77% en comparación con los días anteriores. Este movimiento alcista puede atribuirse a un aumento en la demanda impulsado por un aire ártico, aunque el exceso de oferta sigue siendo un problema que impide un rebote significativo en los precios. Los niveles de soporte se han mantenido relativamente sólidos, con un respaldo en torno al punto de pivote de 2.81 dólares.
El análisis técnico del gas natural indica que mientras se mantenga por encima de 2.81 dólares, las perspectivas seguirán siendo optimistas. Sin embargo, un cierre por debajo de este nivel podría desencadenar una presión de venta más intensa. Los analistas están atentos a niveles de resistencia claves, como el umbral de 2.87 dólares, que podría señalar un fortalecimiento de las tendencias alcistas.
Independientemente de las tendencias de corto plazo, las proyecciones futuras para el mercado de petróleo y gas son complicadas. La relación entre la oferta y la demanda se mantiene tensa, con pronósticos que muestran que el equilibrio puede tomar tiempo. La recuperación de la demanda de China será crucial para determinar los precios a mediano y largo plazo. Las dinámicas económicas globales también jugarán un papel esencial en el futuro inmediato. Con la Reserva Federal de EE.
UU. y otros bancos centrales considerando ajustes en sus políticas monetarias, las tasas de interés y el fortalecimiento del dólar pueden impactar no solo el petróleo y el gas, sino todas las materias primas. En este contexto, el temor de recesiones económicas podría llevar a una reducción en la demanda global, presionando aún más los precios. La reducción de la inversión en nuevas exploraciones y el desarrollo de infraestructuras en el sector energético también genera preocupación. A medida que los precios del petróleo fluctúan, las empresas son cautelosas a la hora de realizar nuevas inversiones en proyectos a largo plazo.