Vivimos en una era donde la información se mueve a una velocidad impresionante. Cada día, millones de personas interactúan con noticias, opiniones y datos a través de plataformas digitales y redes sociales. Sin embargo, existe una confusión creciente sobre el papel que debe cumplir cada individuo frente a las fuentes de información. La frase "No eres los medios" subraya una verdad fundamental: como consumidores, no somos el medio de comunicación ni estamos llamados a desempeñar ese rol profesional y especializado. Comprender esta diferencia es crucial para navegar en el complejo mundo informativo actual.
En una conferencia realizada hace más de una década en Cleveland, una anécdota que involucra a un dentista pone en perspectiva esta cuestión. Durante una sesión de preguntas y respuestas, el especialista en medios fue desafiado a dar una opinión clara sobre un tema político complejo. Posteriormente, el dentista le recordó que su profesión consiste en arreglar dientes y que la responsabilidad de analizar, sintetizar y transmitir información recae en quienes se dedican al periodismo. Si un profesional no cumple con su tarea, la audiencia siempre buscará otra fuente que sí lo haga. Esta simple pero poderosa reflexión resalta la responsabilidad y el compromiso que conlleva ser un medio de comunicación en un mundo saturado de datos.
El periodismo no es simplemente difundir opiniones o compartir contenido sin filtro; es una labor que requiere rigor, ética, contexto y verificación constante. En tiempos donde cualquier persona puede publicar un mensaje en redes sociales, se vuelve vital entender que la función del medio profesional no solo es informar, sino también brindar herramientas para que el público pueda comprender mejor la realidad y tomar decisiones más fundamentadas. Cuando Elon Musk afirmó en la red social X que "tú eres el medio ahora", generó un debate intenso sobre el papel del público en la difusión de información. Si bien es cierto que la democratización de la información permite que más voces se escuchen, es un error pensar que todos somos periodistas o medios. La responsabilidad implica obligaciones éticas y profesionales que van mucho más allá de simplemente emitir opiniones o compartir noticias.
Los medios de comunicación han evolucionado, adaptándose a las nuevas plataformas digitales y a las dinámicas cambiantes de consumo. Sin embargo, su esencia sigue siendo la misma: seleccionar, verificar y contextualizar la información para el público. El público, por su parte, tiene la tarea de discernir, cuestionar y consumir con espíritu crítico. Este equilibrio es fundamental para evitar la desinformación, la propagación de noticias falsas y la manipulación. En esta dinámica, es fundamental entender que la confianza se construye con base en la calidad y la precisión del contenido ofrecido por los medios.
Mientras que los ciudadanos pueden compartir sus puntos de vista y experiencias, el papel del periodismo profesional es ser un faro de claridad en medio del ruido constante de la información. Además, los medios desempeñan una función social insustituible: investigar, denunciar y dar voz a comunidades y realidades que, de otra manera, podrían quedar invisibilizadas. La objetividad y el compromiso con la verdad respaldan su misión y los diferencian de simples plataformas de opinión o redes de usuarios. Es necesario también reflexionar sobre la responsabilidad del usuario frente al consumo de medios. Vivimos en una era en la que la sobrecarga informativa puede abrumar y distorsionar nuestra percepción del mundo.
Adoptar una actitud crítica y cautelosa, contrastar fuentes, y evitar la difusión de información no confirmada, son prácticas indispensables que protegen la calidad del debate público. Reconocer que "no somos los medios" libera a la ciudadanía de una presión indebida y, a la vez, pone en valor la labor profesional del periodismo. Esto no significa renunciar a la participación ni a la libertad de expresión; por el contrario, implica valorar y respetar el papel de quienes se dedican a informar con profesionalismo y ética. A lo largo de la historia, el periodismo ha sido una herramienta para la democracia, la justicia y el progreso social. En un contexto donde las noticias falsas y la polarización intentan minar la confianza en las instituciones, la prensa profesional se erige como un puente necesario para conectar hechos con contexto, opiniones con veracidad.