Después de un aparente golpe que parecía definitivo, 4chan ha regresado con fuerza al panorama digital, reafirmando su papel como un epicentro de influencia, especialmente dentro del vibrante mundo de las criptomonedas. Aunque muchos llegaron a creer que esta emblemática plataforma había llegado a su fin, la rápida recuperación tras un hackeo masivo ocurrido en abril de 2025 dejó claro que su comunidad y su ecosistema seguirían activos y vigentes. 4chan es mucho más que un simple foro de imágenes; se ha consolidado como un espacio donde surgen tendencias, campañas sociales controversiales y movimientos culturales, bandeando entre memes virales y conspiraciones. Sin embargo, una de sus facetas menos conocidas, pero increíblemente poderosa, es su capacidad para influir en los mercados cripto, especialmente a través de su tablero /Biz/, dedicado a negocios y finanzas. El tablero /Biz/ de 4chan se ha convertido en un punto de encuentro para traders, inversionistas y entusiastas del cripto que buscan tanto oportunidades emergentes como fuentes de “alpha” —información privilegiada o adelantos que podrían anticipar movimientos de mercado.
Aunque plataformas como Telegram o X (antes Twitter) han ganado terreno como espacios donde se discuten criptomonedas, 4chan mantiene una subsección leal de usuarios dispuestos a explorar tokens prometedores antes que el grueso de la comunidad. La dinámica de 4chan es anónima y cruda, lo que fomenta la circulación de predicciones y rumores que, aunque a menudo son especulativos o exagerados, en ocasiones sorprenden por su exactitud. Por ejemplo, en enero de 2019 se predijo que Bitcoin alcanzaría ciertos precios clave durante ese año, despertando intensa atención en la comunidad. También en 2021 circuló información filtrada supuestamente proveniente de colaboradores del gobierno chino que anticiparon restricciones a los pagos en criptomonedas, información que resultó acertada y provocó ventas masivas en el mercado. No obstante, no todo lo que se comparte en /Biz/ es verídico, como lo evidenció el falso rumor sobre la muerte del cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, en 2017.
Este tipo de desinformación tuvo efectos inmediatos en el precio de Ether, evidenciando el poder que estas noticias, aunque erróneas, pueden tener sobre el mercado. Quizás uno de los casos más emblemáticos del impacto de 4chan en el mundo cripto sea el auge de Chainlink, un proyecto que pasó de ser poco conocido a convertirse en uno de los tokens más mencionados y promovidos en la plataforma. Los llamados 'LINK Marines', entusiastas de Chainlink que surgieron en /Biz/, fueron cruciales para viralizar y respaldar el crecimiento de este token, ayudando a impulsar su precio de 1.80 dólares a picos cercanos a los 50 dólares durante 2021. Un personaje anónimo con el seudónimo "AssBlaster" figuró como una especie de gurú cripto en este tablero, alimentando las expectativas y la narrativa en torno a Chainlink con supuesta información especial.
Esta promoción incansable llevó a que inversores institucionales comenzaran a ver a 4chan como un factor relevante en las tendencias de mercado, incluso más influyente a veces que ciertos capitales institucionales. En el universo de los memes, otra de las contribuciones más notables de 4chan fue la popularización de Pepe the Frog, una rana que se ha convertido en un símbolo omnipresente en la cultura cripto y que luego fue utilizada para crear memecoins como PEPE, que en 2024 experimentó una explosión en capitalización que llegó a superar los 11 mil millones de dólares. Este fenómeno ilustra cómo los símbolos de internet y la cultura popular pueden fusionarse con iniciativas financieras digitales y generar movimientos económicos significativos. Además de Pepe, otros términos y frases nacidas dentro del ecosistema 4chan, como "we’re all gonna make it" (WAGMI), han calado profundamente en la cultura criptográfica, sirviendo tanto como motivación para inversores novatos como eslogan unido a la esperanza colectiva en mercados volátiles. El resurgimiento de 4chan es más que una mera anécdota; es un recordatorio del poder que los espacios anónimos y descentralizados siguen teniendo para moldear narrativas en el ecosistema digital, influir en percepciones de mercados y promover movimientos financieros que podrían parecer inverosímiles en otros foros más regulados.