En un triste recordatorio de las vulnerabilidades que enfrentan muchas personas mayores en la era digital, una mujer de 83 años del East Bay se convirtió en víctima de un fraude que le costó cerca de 50,000 dólares. Esta mujer, identificada solo como Lois, relató su angustiante experiencia tras recibir una llamada telefónica que cambiaría su vida para siempre. La historia comenzó una noche de viernes, cuando Lois recibió una llamada de un hombre que afirmaba tener secuestrado a su nieto. Aterrorizada, escuchó cómo la supuesta voz de su nieto, entre sollozos, le contaba que había estado involucrado en un accidente automovilístico tras haber bebido demasiado. El hombre le indicó que no debía informar a nadie, ni siquiera a otros miembros de la familia, lo que intensificó la presión emocional que estaba sintiendo.
Convencida de que se trataba de una emergencia, Lois accedió a ayudar con el pago de la fianza, que inicialmente fue de 9,500 dólares. El estafador le explicó que, debido a la rapidez que exigía la situación, debía dirigirse a un quiosco de Coinstar para realizar el pago en efectivo, ya que los cheques tardarían demasiado en procesarse. Coinstar es una empresa conocida por sus máquinas que convierten monedas en efectivo. Sin embargo, Lois no tenía idea de que este camino llevaría a su ruina financiera. Tras visitar el banco, fue a un supermercado local donde se encontraba una máquina Coinstar.
Cada vez que alimentaba un billete de 100 dólares en la máquina, el fraude continuaba alimentando su miedo y desesperación a través del teléfono. La angustia de Lois aumentó cuando, al día siguiente, recibió otra llamada. Esta vez, el estafador le dijo que el fiscal había presentado cargos adicionales en contra de su nieto, lo que incrementaba la fianza a otros 15,000 dólares. Alarmada y sin saber qué hacer, volvió a la máquina. En total, fue llevada a pagar cerca de 25,000 dólares en esa segunda llamada.
Cuando parecía que no había más esperanza, una tercera llamada le exigió otros 25,000 dólares, esta vez solicitando dinero para los honorarios de un abogado y costos judiciales. Lois pensó que no podía abandonar a su nieto en esta situación desesperada. A pesar de que varios gerentes de banco la alertaron sobre sus retiros inusuales de efectivo, su historia de un supuesto “venta de herencia” la mantuvo convencida de que debía seguir adelante. Incluso un extraño en el supermercado la instó a reconsiderar lo que estaba haciendo, pero su miedo la cegó a la realidad. Fue solo después de que un amigo le sugirió que verificara el estado de su nieto que se dio cuenta de que había sido engañada.
Cuando envió un mensaje a su nieto, recibió una respuesta tranquila que la dejó fría: “Estoy bien, ¿y tú?”. Con el corazón roto y el terror de haber caído en una trampa, Lois se dirigió a su hija Lisa para confesarle lo ocurrido. Lisa, características de amor y desesperación, pasó días tratando de conectar con alguien de Coinstar para recuperar el dinero perdido. Sin embargo, le resultó extremadamente difícil. Cuando finalmente pudo comunicarse, recibió la desgarradora noticia de que no había nada que pudieran hacer, ya que las transacciones de criptomonedas son irreversibles.
Esa respuesta amplificó el dolor de la familia. Coinstar, junto con Coinme, subrayó en declaraciones a los medios de comunicación que el diseño de su sistema no permite la recuperación de los fondos, una característica inherente a la tecnología blockchain que utilizan. A pesar de ofrecer una serie de advertencias en sus máquinas sobre posibles fraudes, el alcance del engaño y la manipulación emocional que utilizan estos estafadores ha resultado ser devastador para personas como Lois. La historia de Lois y su experiencia desgarradora señala la importancia de establecer medidas de protección, especialmente para las personas mayores. Se ha sugerido que todas las familias acuerden una contraseña o frase de seguridad que pueda ser utilizada en situaciones inusuales.
Esto podría ser una simple pero efectiva salvaguarda contra futuros incidentes. Además, el caso de Lois destaca la necesidad de educar a la población sobre los signos de fraude y los mecanismos que utilizan los estafadores. Las estafas relacionadas con criptomonedas, como la que sufrió Lois, han proliferado en los últimos años, con un costo total de 5.6 mil millones de dólares en Estados Unidos en 2023, según informes del FBI. Es crítico que tanto las instituciones financieras como las comunidades trabajen juntos para crear conciencia sobre estos ataques maliciosos.
Las personas pueden ser fácilmente manipuladas cuando se ven atrapadas en situaciones emocionalmente graves, como en el caso de Lois. Los estafadores son astutos y, a menudo, diseñan sus tácticas específicamente para explotar las emociones de sus víctimas. La emoción de proteger a un ser querido puede nublar el juicio de cualquier persona, pero especialmente a aquellos que podrían no estar tan familiarizados con la tecnología como las generaciones más jóvenes. Las campañas de concienciación pueden ayudar a garantizar que más personas estén concienciadas sobre estos problemas. Con el desamor y la frustración, Lois ha hecho un llamado a otros para que tengan más cuidado y no caigan en las trampas de los estafadores.
No deberíamos permitir que personas sin escrúpulos destrocen las vidas de inocentes. La vida de Lois nunca volverá a ser la misma, pero su historia es una advertencia para todos: siempre verifiquen, siempre duden y nunca actúen impulsivamente ante una crisis. Mientras las organizaciones trabajan para mejorar la seguridad y la protección de los consumidores, es esencial que las familias también tomen la iniciativa de educar y proteger a sus seres queridos mayores. Hay una necesidad urgente de acciones colectivas para cerrar la brecha de vulnerabilidad que tanto daño puede causar.