La inflación monetaria ha sido durante mucho tiempo un desafío persistente y complejo dentro de la economía global. Tradicionalmente, los bancos centrales y entidades gubernamentales han intentado regular la oferta monetaria y ajustar las tasas de interés para controlar la inflación, con resultados mixtos en la estabilidad económica y el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, la innovación en el campo de la contabilidad y las finanzas, inspirada en la física y las matemáticas avanzadas, plantea una solución radical y prometedora: aplicar una ley de conservación a la contabilidad financiera para eliminar la inflación monetaria. El concepto fundamentales consiste en tratar la moneda y el valor económico como cantidades que deben conservarse dentro de un sistema cerrado, similar a cómo se manejan las leyes de conservación en la física, por ejemplo, la conservación de la energía o la masa. En este nuevo enfoque, cada transacción económica se registra de manera dual, asignando valores positivos a los acreedores y negativos a los deudores, estableciendo un equilibrio que protege la integridad del capital circulante.
Esta idea se materializa en el desarrollo de un sistema de contabilidad llamado "systemaccounting", una aplicación diseñada para ser utilizada por instituciones como el Tesoro de Estados Unidos con el fin de reemplazar el modelo bancario tradicional. Este sistema elimina la necesidad de intermediarios financieros para almacenar y mover dinero, y, en cambio, utiliza una contabilidad de doble entrada en tiempo real donde cada transacción está en equilibrio perfecto, asegurando que el valor total del dinero no se incremente artificialmente mediante la emisión o impresión sin respaldo. Uno de los pilares fundamentales de este sistema es la eliminación de la inflación monetaria a través del principio de conservación de valor. Cuando el valor se conserva estrictamente entre todas las transacciones, se evita la creación arbitraria de dinero que históricamente erosiona el poder adquisitivo de las personas y genera volatilidad financiera. Este modelo se basa en tecnologías de cifrado y replicación, pero rechaza la terminología comúnmente asociada con criptomonedas o blockchain, enfatizando que la verdadera innovación es la física aplicada a la economía.
Entre los beneficios más significativos de aplicar una ley de conservación al dinero está la protección de la riqueza individual ante las políticas inflacionarias del gobierno o la emisión irresponsable de crédito por parte de entidades financieras con privilegios estatales. El sistema mantiene los balances personales separados e independientes de los pasivos asociados a los préstamos o la deuda pública, eliminando así el riesgo sistémico que pone en jaque a las economías modernas. El funcionamiento del sistema permite que toda transacción sea visible y verificable en tiempo real por todos los usuarios y, en ciertos casos, por el público en general, lo que promueve la transparencia y la responsabilidad fiscal tanto a nivel corporativo como gubernamental. Por ejemplo, si un consumidor compra un producto, el sistema registra simultáneamente la transferencia de valor desde el comprador hasta el vendedor y cualquier impuesto aplicado, reflejando exactamente el flujo monetario sin pérdidas ni ganancias artificiales. Además, el sistema redefine cómo se entiende el dinero mismo, sugiriendo que el dinero no es algo físico ni un medio arbitrario sino, en esencia, la contabilidad viva de créditos y débitos asociados entre individuos y organizaciones.
Esta perspectiva transforma la relación entre la oferta monetaria y la actividad económica, ya que elimina la capacidad de "imprimir" dinero sin creación real de valor o producto subyacente. Otro aspecto innovador es la forma en que el sistema aborda la financiación y el préstamo de capital. En lugar de que los bancos tradicionales mezclen actividades de almacenaje de dinero y concesión de préstamos mediante instrumentos como los billetes bancarios, el sistema propone que las entidades de préstamo deben operar exponiendo sus resultados financieros públicamente y permitiendo que los inversionistas evalúen riesgos y retornos de manera transparente. Este proceso elimina la ventaja competitiva injusta otorgada a los bancos por la regulación estatal y evita la socialización de pérdidas financieras. El sistemaaccounting incorpora además un mecanismo automatizado para la aplicación de reglas de negocio, como impuestos o pagos de dividendos, integrándolos directamente en la cadena de transacciones.
Esto facilita el cumplimiento fiscal y la distribución equitativa de cargas y beneficios sin necesidad de procesos manuales costosos o complicaciones burocráticas. La automatización apoya un flujo más eficiente de capital y recursos, acelerando así el desarrollo económico y la generación de empleo. Desde una perspectiva tecnológica y matemática, el proyecto utiliza herramientas avanzadas como álgebra geométrica y teoría combinatoria para modelar la economía en espacios multidimensionales donde las cuentas y transacciones se representan como vectores y operadores matemáticos con propiedades de conservación. Esta abstracción permite que las interacciones financieras sean trazadas y verificadas con rigor científico, evitando ambigüedades y manipulaciones. En términos prácticos, un usuario común no necesita entender a profundidad las complejidades matemáticas para beneficiarse del sistema.
Con interfaces amigables y aplicaciones móviles, los participantes del mercado pueden realizar y aprobar transacciones, observar sus balances en tiempo real y tomar decisiones basadas en datos precisos y confiables. Esta accesibilidad democratiza el acceso a capital y reduce la dependencia de intermediarios tradicionales. En cuanto al impacto en la política pública, la implementación de un sistema basado en la ley de conservación financiera ofrece una vía objetiva para medir la eficacia de la gestión pública sin recurrir a indicadores macroeconómicos cuestionables que a menudo son manipulados o mal interpretados. La transparencia y la rendición de cuentas se ven fortalecidas, lo que reduce la probabilidad de conductas fraudulenta o irresponsables por parte de gobiernos o grandes corporaciones. Finalmente, la adopción generalizada de esta nueva contabilidad podría cambiar radicalmente el paisaje financiero y económico mundial.