En un panorama político cada vez más polarizado, la figura de Oprah Winfrey ha resurgido como un faro de influencia en las elecciones estadounidenses. Su reciente apoyo a Kamala Harris, la candidata presidencial del Partido Demócrata, ha generado conversaciones sobre el poder de las celebridades en la política y la capacidad de estas figuras icónicas para influir en el electorado. El evento “Unite for America”, que tuvo lugar en Michigan, un estado clave en el mapa electoral, reunió a Oprah y a Harris en una charla pública que no solo buscaba movilizar a los votantes, sino también destacar las propuestas de la vicepresidente. Con su característico carisma y una conexión evidente con el público, Oprah moderó una conversación que abarcó temas cruciales como la salud reproductiva y las estrategias para reducir el costo de la vivienda. La audiencia, llena de entusiasmo, reflejó el atractivo que ambas figuras tienen entre sus seguidores.
La importancia de la presencia de Oprah en la campaña de Harris no puede subestimarse. Desde la emblemática elección de Barack Obama en 2008, donde su respaldo se tradujo en un aumento de aproximadamente un millón de votos, el legado de Oprah en el ámbito político ha sido significativo. Según un estudio de economistas, su influencia no solo impactó en el aumento de las papeletas, sino que también ayudó a Obama a conseguir financiamiento adicional, lo que subraya el poder de sus endorsements. Sin embargo, el camino hacia la Casa Blanca no es una línea recta. A pesar del estrellato que representa Oprah, no todos sus respaldos han garantizado victorias.
En 2016, cuando apoyó a Hillary Clinton, el resultado electoral terminó favoreciendo a Donald Trump, quien si bien perdió el voto popular, ganó el Colegio Electoral. Esto plantea la pregunta sobre la verdadera efectividad de las celebridades en la política: ¿Puede la popularidad de una figura pública traducirse en votos reales? El evento reciente no solo contó con la presencia de Oprah, sino que también reunió a una pléyade de estrellas de la industria del entretenimiento, desde Jennifer Lopez hasta Meryl Streep, quienes a través de video contribuyeron a crear un ambiente de celebración y apoyo hacia Harris. Este respaldo masivo de figuras reconocidas del espectáculo crea un aura de legitimidad y entusiasmo alrededor de la campaña, algo que puede mobilizar a un electorado más joven, que a menudo se siente desconectado de los procesos políticos tradicionales. A pesar de su impresionante historial, los seguidores de Oprah no han sido ajenos a su respaldo a Trump. Hace años, Oprah había escrito una carta en la que expresaba admiración por el empresario, lo que hoy en día genera controversia entre sus detractores.
En una entrevista reciente, Oprah reafirmó su rechazo a Trump, declarando que sus pensamientos no eran los mismos que hace décadas. Este tipo de reflexiones hacen aún más compleja su imagen y su influencia en el electorado. La capacidad de trasladar su impacto positivo de años pasados a un nuevo contexto político es un desafío ante el que se enfrenta Oprah hoy.