En el volátil mundo de las criptomonedas, el reciente rally de Bitcoin ha captado la atención de inversores y analistas por igual. Tras tocar un suelo local cercano a los 75,000 dólares a comienzos de abril, la criptomoneda ha recuperado terreno hasta situarse en torno a los 86,000 dólares. Este movimiento alcista parece indicar un renovado apetito por parte de los inversores, reflejando una seria confianza en las perspectivas a mediano plazo de Bitcoin. Sin embargo, a pesar del entusiasmo generalizado, los expertos en mercados financieros recuerdan que aún no se dan todas las condiciones necesarias para confirmar un cambio estructural en la tendencia bajista que domina desde inicios de año. Uno de los aspectos fundamentales a considerar es la influencia de la incertidumbre macroeconómica en la dinámica de precios de Bitcoin.
Factores como las decisiones de política monetaria de los bancos centrales, la inflación global, y la volatilidad en los mercados tradicionales continúan afectando la percepción del valor y la demanda de activos digitales. En este contexto, el rebote reciente logrado por Bitcoin podría interpretarse más como un respiro temporal dentro de un ciclo bajista prolongado que como una señal definitiva de recuperación sostenida. Las opiniones en la comunidad de traders y analistas técnicos difieren sobre la interpretación del comportamiento actual del mercado. Por ejemplo, el reconocido trader veterano Peter Brandt ha expresado escepticismo frente a la relevancia que se le está otorgando a la ruptura de ciertas líneas de tendencia, indicando que la violación de una tendencia gráfica no implica necesariamente la transición hacia una nueva fase alcista. En contraste, otros analistas exhiben un enfoque más optimista.
Kevin Svenson, especializado en indicadores técnicos, destaca la posible ruptura del Índice de Fuerza Relativa (RSI) en un marco semanal, un evento que históricamente ha precedido a movimientos alcistas importantes en el precio de Bitcoin. Desde la perspectiva de la oferta y la demanda, los datos recientes ofrecen señales mixtas. Según CryptoQuant, la demanda aparente de Bitcoin, que se mide a través de la diferencia neta de flujos de entrada y salida de exchanges durante un periodo de 30 días, muestra leves indicios de recuperación tras un extenso período de números negativos. No obstante, los expertos advierten que este repunte inicial en la demanda podría representar simplemente una pausa en la presión vendedora, en lugar de un cambio definitivo en la dirección del mercado. Analizando el comportamiento histórico, durante el pico del ciclo alcista de 2021 también se observaron condiciones similares, donde la demanda se mantuvo baja o negativa durante meses y los precios experimentaron estabilizaciones temporales o rebotes superficiales.
La verdadera consolidación y recuperación estructural se manifestaron únicamente después de un prolongado periodo de acumulación y ajuste. Por tanto, es prudente mantener expectativas moderadas sobre la actual recuperación y monitorear si se sostienen los volúmenes y señales técnicas. El volumen de trading resulta un factor clave para evaluar la salud y la sostenibilidad del rally. En la actualidad, el volumen diario de Bitcoin en el mercado spot ronda las 30,000 monedas, mientras que en derivados alcanza aproximadamente 400,000 monedas. Al comparar estas cifras con el volumen registrado durante la fase previa al ciclo alcista culminado en 2021, se advierte una reducción significativa, siendo 6 veces menor en el mercado spot y 3 veces inferior en derivados.
Esta disminución en la actividad comercial sugiere que el apetito de los traders está contenido, limitando la fuerza potencial del impulso alcista. Por otro lado, la perspectiva institucional también refuerza la percepción de cautela. Desde principios de abril se han registrado salidas netas por más de 870 millones de dólares en ETFs de Bitcoin en el mercado spot, contrarrestadas recién a mediados del mes por flujos positivos modestos. Sin embargo, a pesar de estas retiradas, las transacciones continúan a niveles relativamente altos, a solo un 18% por debajo del promedio de 30 días, indicando que todavía existe cierto interés y actividad en el entorno institucional. En términos de liquidez, la situación se mantiene débil.
El crecimiento de la capitalización realizada de Bitcoin ha disminuido a un ritmo de 0.80% mensual, reflejando una escasa entrada de nuevo capital significativo en la red. Glassnode, reconocida firma de análisis on-chain, destaca que este valor todavía está muy por debajo de los umbrales típicos observados en mercados alcistas anteriores, lo que sugiere que el mercado no ha entrado plenamente en una fase estimulada por inversiones frescas y sostenidas. Adicionalmente, el saldo de Bitcoin en los exchanges, un indicador indirecto de la liquidez disponible para ventas, ha descendido a 2.6 millones de monedas, marcando el nivel más bajo desde noviembre de 2018.
Esta reducción puede interpretarse como un positivo, evidenciando que los poseedores a largo plazo están retirando sus fondos de las plataformas públicas, lo que podría restringir la presión vendedora futura. A nivel macroeconómico, algunos analistas observan señales para una esperanza cautelosa. Michael van de Poppe, especialista en mercados globales, resalta el rápido aumento de la oferta monetaria M2 a nivel mundial, un indicador que históricamente ha mostrado correlaciones con movimientos al alza en el precio de Bitcoin con un desfase aproximado de 12 semanas. Si esta relación se mantiene, podríamos anticipar un impulso alcista en el trimestre en curso, acompañado de movimientos específicos en otros mercados financieros como la depreciación del dólar estadounidense, caída en los rendimientos de bonos y ajuste en los precios del oro y altcoins. No obstante, para que esta tendencia alcista se asiente y consolide, Bitcoin debe superar una barrera crítica en la zona de los 86,300 a 86,500 dólares, donde se concentra un muro significativo de órdenes de venta, representando un reto importante para los compradores.
Herramientas avanzadas de análisis como los mapas de liquidez de CoinGlass y las evaluaciones de sentimiento on-chain de Alphractal confirman que un quiebre decisivo por encima de este rango es crucial para restaurar la confianza a corto plazo entre los inversores. En caso de no lograr esta resistencia, el precio podría retraerse hacia soportes claves situados en torno a los 73,900 y 64,700 dólares, niveles que han sido relevantes en movimientos anteriores del mercado. La ruta hacia una recuperación clara y sostenida requerirá no solo del cumplimiento de estos umbrales técnicos, sino también del respaldo de volúmenes significativos en el mercado spot, descartando que la subida esté dominada exclusivamente por operaciones de derivados apalancados, que suelen ser más volátiles y susceptibles a correcciones abruptas. En resumen, aunque el reciente rally de Bitcoin hasta los 86,000 dólares refleja una confianza renovada entre ciertos segmentos de inversores y demuestra una resiliencia notable frente a los desafíos macroeconómicos, la evidencia actual apunta a que es demasiado temprano para afirmar con certeza un cambio de tendencia. El mercado continúa siendo influenciado por incertidumbres externas, la liquidez sigue siendo limitada y el apetito de los traders, aunque presente, no alcanza los niveles que caracterizaron fases previas de expansión significativa.
Los inversores interesados en Bitcoin deben adoptar una postura prudente, mantener un monitoreo constante de los indicadores técnicos y fundamentales y estar preparados para la volatilidad inherente a este activo. Un quiebre sólido por encima de la resistencia crítica y un incremento sostenido del volumen de operaciones en el mercado spot podrían actuar como señales claras para un posible rally prolongado. Hasta entonces, la cautela y la gestión de riesgos son imperativas en el dinámico panorama de las criptomonedas.