El mercado de criptomonedas de Corea del Sur está viviendo una dinámica intensa y destacada en el primer trimestre del año 2025. En particular, las stablecoins, criptomonedas diseñadas para mantener una paridad estable con activos fiduciarios, han sido protagonistas, superando los 26,9 billones de wones (equivalentes a 19.100 millones de dólares estadounidenses) y representando el 47,3% de los movimientos de criptomonedas que salieron del país en dicho periodo. Esta cifra no solo refleja la preferencia de los inversores coreanos por las stablecoins, sino que también subraya la creciente interrelación entre mercados locales y extranjeros y plantea un escenario interesante en materia de regulación y adopción tecnológica. La preferencia por las stablecoins en Corea del Sur responde a varias razones.
Ante la volatilidad característica de las criptomonedas tradicionales como Bitcoin o Ethereum, los traders surcoreanos ven en las stablecoins una opción más segura para preservar el valor y facilitar transacciones internacionales. La mayoría de las plataformas de intercambio de criptomonedas en el extranjero, como Binance o Bybit, operan mayormente con pares denominados en dólares estadounidenses a través de stablecoins como USDT (Tether) y USDC. Esto crea un puente natural para que los usuarios surcoreanos migren sus activos digitales a estos mercados, donde encuentran mayor liquidez y diversidad de productos. El volumen total de criptomonedas transferidas fuera de Corea del Sur en el primer trimestre alcanzó los 56,8 billones de wones (aproximadamente 40.400 millones de dólares), y las stablecoins constituyeron una porción significativa de este flujo.
Sin embargo, la dinámica no es unilateral. Durante el mismo periodo, ingresaron al país 64,8 billones de wones en criptomonedas, superando los envíos al extranjero. De este total, 26,9 billones de wones estuvieron representados por stablecoins que entraron en el mercado doméstico, demostrando que la economía criptográfica surcoreana mantiene un constante flujo bidireccional, en lugar de un simple éxodo de activos. Este patrón, observado en Corea del Sur, tiene su eco en otros países con mercados criptográficos activos. Por ejemplo, en Brasil, las autoridades reguladoras han indicado recientemente que casi tres cuartas partes del volumen de transferencia de criptomonedas se realiza mediante stablecoins, con Tether representando una cuota predominante.
En respuesta, Brasil ha contemplado restricciones a los retiros de stablecoins, consciente del impacto que estas medidas podrían tener en las transacciones y en el ecosistema financiero en general. En Corea del Sur, importantes casas de cambio como Upbit, Bithumb, Coinone, Korbit y Gopax han sido identificadas por la entidad reguladora Financial Supervisory Service (FSS) como los principales actores involucrados en el manejo de estas transferencias dentro y fuera de las fronteras nacionales durante el primer trimestre. La creciente importancia de estos actores también pone en evidencia la necesidad de una regulación clara y específica para stablecoins, algo que actualmente el país está desarrollando para implantarse antes de fin de año. La falta actual de un marco regulatorio específico para stablecoins en Corea del Sur contrasta con los esfuerzos colectivos impulsados por un consorcio de bancos nacionales que planean emitir una stablecoin propia, basada en el won coreano. Este proyecto une a instituciones financieras de renombre como KB Kookmin, Shinhan, Woori, NH Nonghyup, IBK Industrial, Suhyup y la Korea Financial Telecommunications & Clearing Institute, demostrando un interés multifacético por integrar las stablecoins al tejido financiero nacional de forma segura y controlada.
La historia reciente de Corea del Sur en relación con stablecoins no está exenta de desafíos. La caída del proyecto Terra, originado en el país, generó una de las principales crisis dentro del mercado de activos digitales, poniendo en alerta a inversores y reguladores sobre los riesgos inherentes a la falta de supervisión adecuada. Este acontecimiento funge como una advertencia para las autoridades y participantes del mercado sobre la importancia de mecanismos sólidos que aseguren la estabilidad y confianza en nuevas herramientas criptográficas. Más allá de los flujos financieros, la criptomoneda sigue conquistando un vasto segmento de la población surcoreana. Encuestas recientes revelan que más del 50% de los adultos en Corea del Sur han participado activamente en operaciones con criptomonedas, ya sea como inversores ocasionales o traders frecuentes.
El interés por Bitcoin permanece firme, captando la atención de un 76% de los participantes de estudios demográficos realizados en las principales ciudades y regiones del país. Actualmente, alrededor de 16,29 millones de surcoreanos poseen cuentas registradas en exchanges de criptomonedas locales, cifra significativa para una población total de aproximadamente 51,7 millones. Este dato refleja la profundidad del arraigo del sector y la importancia de las decisiones regulatorias y políticas que se tomen en los próximos meses, especialmente considerando la proximidad de las elecciones presidenciales en junio de 2025. Las propuestas de los candidatos presidenciales también evidencian la creciente relevancia política del ecosistema cripto. Por un lado, Lee Jae-myung plantea reducir las comisiones por transacciones cripto y apoya la aprobación de ETFs de Bitcoin en el mercado local, lo que podría incentivar la adopción masiva y formalización del mercado.
Por otro lado, Kim Moon-soo de la conservadora People Power Party propone la inversión directa de fondos públicos como pensiones y riqueza soberana en activos digitales, además de flexibilizar las estrictas normativas bancarias que actualmente dificultan las operaciones de los exchanges domésticos. Estos planes políticos reflejan la tensión entre incentivar la innovación y proteger a los inversores. La eventual regulación de stablecoins y otras criptomonedas debe balancear la seguridad jurídica con la competitividad del sector, ya que Corea del Sur aspira a mantenerse como un líder regional y mundial en tecnologías financieras emergentes. Por último, el contexto fiscal es otro aspecto clave a considerar. Corea del Sur implementará en enero de 2027 un impuesto sobre las ganancias derivadas de criptomonedas del 20%, aplicable solo a ganancias anuales superiores a 50 millones de wones (unos 36.