El mundo tecnológico está atravesando uno de sus momentos más decisivos con el juicio antimonopolio que enfrenta Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, ante la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC). En este proceso, Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de Meta, ha comparecido para defenderse de las acusaciones sobre presuntas prácticas anticompetitivas y la posible ruptura de su empresa. Durante su testimonio, una de las afirmaciones más destacadas fue la consideración de TikTok como una amenaza “altamente urgente” para la posición dominante de Meta en el sector de las redes sociales. Desde hace algunos años, TikTok ha revolucionado la forma en que los usuarios interactúan en internet, capturando la atención especialmente de las generaciones más jóvenes con su formato innovador y contenido altamente viral. Zuckerberg reconoció que a partir de 2018, cuando TikTok comenzó a ganar popularidad, el crecimiento de Meta experimentó una desaceleración significativa, lo que condujo a la empresa a priorizar la competencia contra esta nueva plataforma.
Esta declaración subraya el impacto del surgimiento de TikTok en la estrategia y operaciones de Meta. Durante su testimonio, Zuckerberg enfatizó que Meta se enfrenta a una competencia feroz no solo de TikTok, sino también de otras plataformas como YouTube perteneciente a Google, lo que pone en juego la lucha por captar la atención de los usuarios en un mercado saturado. Esta realidad ha obligado a Meta a evolucionar sus productos y a innovar en la forma en la que los usuarios consumen contenido, alejándose cada vez más del modelo tradicional basado únicamente en conexiones entre amigos y familiares. En paralelo, el juicio antimonopolio también ha puesto en el centro del debate la estrategia de adquisiciones llevada a cabo por Meta en la última década. La FTC sostiene que Zuckerberg ha aplicado una estrategia de “comprar o enterrar”, adquiriendo plataformas emergentes como Instagram y WhatsApp para evitar que se conviertan en competidores fuertes que amenacen su dominio.
La agencia señala que estas compras son indicativas de un comportamiento monopólico con el fin de mantener la supremacía de Meta en el mercado. Sin embargo, Zuckerberg ha defendido estas adquisiciones ante la corte, argumentando que las integraciones ayudaron a potenciar el crecimiento de las apps adquiridas y no solo a neutralizar la competencia. Un ejemplo claro es su adquisición de Instagram en 2012, que según él, no solo evitó la competencia sino que impulsó el desarrollo de funciones innovadoras, incluyendo mejoras técnicas como una cámara dentro de la aplicación más avanzada que la que Facebook tenía en ese momento. La prueba documental presentada por los fiscales de la FTC revela, no obstante, que Zuckerberg tenía conciencia de los riesgos legales asociados a estas compras. En un documento interno de 2018, él expresó la posibilidad de que tuviera que considerar la opción de separar Instagram como una empresa independiente para evitar conflictos legales relacionados con la competencia.
También indicó que existía “una posibilidad no trivial” de que Meta tuviera que escindir tanto Instagram como WhatsApp en los próximos cinco a diez años. Además, durante el juicio, se expuso que Meta hizo una oferta de 6 mil millones de dólares para adquirir Snapchat, otra importante red social emergente que rechazó la propuesta. Esta maniobra se interpreta como parte del enfoque agresivo de Meta para consolidar su posición en el mercado, comprando o intentando comprar a potenciales rivales antes de que adquieran mayor influencia. Antes del inicio formal del juicio, se llevaron a cabo negociaciones de conciliación entre Meta y la FTC. Sin embargo, estas conversaciones fracasaron luego de que Meta ofreciera alrededor de 450 millones de dólares para resolver el caso, cifra muy alejada de los 30 mil millones que inicialmente buscaba la comisión.
Intensas discusiones posteriores plantearon una oferta cercana a los mil millones por parte de Meta, que igualmente fue rechazada debido a la insistencia de la FTC en obtener un monto mayor y en establecer medidas estrictas para impedir prácticas monopólicas. El juicio ha captado la atención mundial porque pone en tela de juicio el poder de las grandes empresas tecnológicas y la forma en que ejercen su influencia en el mercado digital que cada vez es más central en la vida cotidiana. A través de los testimonios, documentos internos y las estrategias legales, se están revelando las complejidades y retos que implica regular a compañías con una presencia global y un impacto significativo en la economía y la sociedad actual. Zuckerberg, en su defensa, ha señalado que las plataformas de Meta están evolucionando para convertirse en motores de descubrimiento más que en redes basadas únicamente en relaciones personales. Esta visión apunta a una transformación de los modelos de interacción social hacia formas nuevas y más dinámicas, intentando demostrar que la competencia es abierta y que la innovación sigue siendo un motor fundamental para la empresa.
En resumen, el testimonio de Mark Zuckerberg en este juicio antimonopolio destaca el papel fundamental que TikTok ha adquirido como competidor en un entorno tecnológico cambiante y altamente dinámico. La controversia refleja no solo la lucha por el dominio del mercado entre gigantes tecnológicos sino también el desafío que enfrentan los reguladores para equilibrar la competencia, la innovación y la protección de los usuarios en la era digital. Mientras el juicio continúa, queda claro que la evolución del mercado de redes sociales se enfrentará a nuevos ajustes que podrían redefinir la industria para los próximos años.