Iberdrola, la gigante española de energía renovable y servicios eléctricos, ha dado un importante paso estratégico al anunciar la venta de su división de medición inteligente en el Reino Unido, SP Smart Meter Assets Limited (SPSMAL), al grupo australiano Macquarie. La transacción, valorada en cerca de 900 millones de libras esterlinas, equivalentes a 1.07 mil millones de euros, está sujeta a la aprobación regulatoria de la autoridad de competencia británica y se espera que se cierre en el tercer trimestre de 2025. Este movimiento representa un replanteamiento significativo de la cartera de activos de Iberdrola, en línea con su plan estratégico vigente para el período 2024-2026, cuyo objetivo principal es potenciar áreas de crecimiento acelerado, particularmente la economía verde y la electrificación de la sociedad. La división SPSMAL gestiona actualmente alrededor de 2.
7 millones de medidores inteligentes en territorio británico, un desarrollo clave dentro del programa nacional de implantación de medidores inteligentes liderado por Ofgem, el regulador de energía en Reino Unido. Este programa, que ha instalado un total de 38 millones de medidores en hogares y pequeñas empresas para finales de 2024, apunta a modernizar la red energética y mejorar la eficiencia en el consumo eléctrico. Macquarie, que ya es un actor predominante en el sector energético del Reino Unido, supervisa más de diez millones de medidores, tanto inteligentes como convencionales. Su inversión total en el despliegue de tecnología de medición inteligente en el país supera los 1.5 mil millones de libras.
La compra de SPSMAL amplía su presencia y capacidad operativa, consolidando su posición como referente en la infraestructura inteligente de medición eléctrica, vital para el futuro sostenible y digitalizado de la energía. La decisión de Iberdrola de desprenderse de esta unidad responde a su estrategia de rotación de activos no esenciales, buscando alinear sus recursos con proyectos y negocios clave que impulsen la descarbonización y la transición energética. Esta operación constituye la segunda venta más significativa realizada por Iberdrola, tras la enajenación a finales de 2024 de centrales de ciclo combinado en México. Desde la perspectiva financiera, estas desinversiones han contribuido a la generación de más de diez mil millones de euros en asociaciones y ventas de activos dentro de su plan estratégico vigente. Este capital permitirá a Iberdrola realizar inversiones decisivas en energías renovables, tecnologías limpias y proyectos innovadores.
En paralelo, Iberdrola sigue fortaleciendo sus alianzas globales para potenciar su cartera de energías renovables. En abril de 2025, la compañía firmó un acuerdo estratégico con el operador japonés Kansai Electric para co-invertir en el parque eólico offshore Windanker en el Mar Báltico, un proyecto valorado en 1.28 mil millones de euros. Iberdrola mantiene una participación mayoritaria del 51% en esta instalación, que contará con 21 turbinas de 15 MW cada una y que se espera entre en funcionamiento en el último trimestre del próximo año. Esta diversificación y expansión muestran el claro compromiso de Iberdrola con una economía baja en carbono y la electrificación como motores principales de futuro.
El mercado energético del Reino Unido se encuentra en un momento crucial de transformación tecnológica y ambiental. La implantación de medidores inteligentes es una pieza fundamental para alcanzar los objetivos de eficiencia y adaptación a fuentes renovables, además de fomentar la participación activa de los consumidores en el consumo responsable y la gestión de la demanda. La venta de SPSMAL a Macquarie garantiza que esta división continuará bajo el liderazgo de un operador con amplia experiencia y recursos suficientes para impulsar la modernización y expansión del sistema de medición inteligente. Macquarie, con su trayectoria de financiamiento e innovación en infraestructura energética, está bien posicionada para maximizar el uso de estos activos, mejorar la experiencia del consumidor y contribuir a la sostenibilidad del sistema eléctrico británico. De esta forma, la operación beneficia tanto a Iberdrola, que refuerza su enfoque estratégico en proyectos core, como al sector británico de medición inteligente, que obtiene un nuevo impulso para continuar su desarrollo tecnológico.