La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los principales motores de transformación en el mundo empresarial moderno. A medida que la tecnología avanza, las empresas de todo el mundo buscan integrar soluciones basadas en IA para mejorar la productividad, optimizar la cadena de suministro, reducir costos y mantenerse competitivas en un mercado cada vez más digitalizado. En este contexto, el estudio más reciente realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aporta una visión detallada sobre la adopción de la IA en las empresas, señalando tanto los avances alcanzados como los retos que aún persisten. La adopción generalizada de la IA en las empresas tiene el potencial de abordar problemas críticos como el lento crecimiento de la productividad en economías avanzadas. Incorporar tecnologías inteligentes no solo puede elevar la eficiencia en los procesos productivos sino también reducir la tasa de defectos y el consumo de materiales, generando así un impacto positivo en la sostenibilidad y la rentabilidad.
Sin embargo, esta integración no está exenta de desafíos. Uno de los obstáculos más evidentes es la escasez de talento especializado. Muchas empresas señalan que la falta de habilidades adecuadas limita su capacidad para implementar y aprovechar plenamente las soluciones de IA. Este déficit de recursos humanos capacitados genera una importante demanda por programas de formación específicos y por marcos de cualificación actualizados que se adapten a las necesidades reales del sector empresarial. Los responsables políticos y las instituciones públicas juegan un papel fundamental para superar estas barreras.
Las iniciativas que promueven la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas resultan altamente valoradas para el desarrollo de capacidades y la transferencia de conocimiento. Apoyar estas colaboraciones mediante incentivos fiscales, simplificación de procesos de financiamiento y acuerdos marco estandarizados puede reducir los riesgos asociados y fomentar una mayor participación empresarial en proyectos de IA. Otro aspecto crucial es la calidad y accesibilidad de los datos públicos. La inteligencia artificial depende en gran medida de datos fiables y bien estructurados. Las empresas demandan que los datos disponibles en los repositorios públicos sean actualizados, estén libres de inconsistencias y puedan ser accedidos de forma sencilla.
La creación de plataformas centralizadas que permitan una búsqueda eficiente y la disponibilidad de documentación clara sobre el contexto y significado de los datos mejorarían significativamente su utilidad para aplicar soluciones de IA. Además, la regulación y el marco jurídico que rigen el acceso y uso de los datos, sobre todo en un contexto internacional, deben estar armonizados para facilitar el intercambio y minimizar las complicaciones legales. La interoperabilidad entre normativas de diferentes países es esencial para las empresas que operan en múltiples mercados y desean aprovechar la IA de manera efectiva. Desde la perspectiva empresarial, la incertidumbre sobre el retorno de la inversión genera cautela ante la adopción de inteligencia artificial. Muchas organizaciones, incluso aquellas que ya utilizan tecnologías avanzadas, buscan información clara y práctica que les ayude a entender cómo la IA puede resolver problemas concretos y qué implicaciones tiene para la cultura organizacional.
La transformación digital no es simplemente tecnológica, sino que requiere una adaptación profunda de los procesos, roles, y mentalidades dentro de la empresa. Para mitigar estas incertidumbres, existen instituciones públicas dedicadas a facilitar la incorporación de tecnologías digitales y de IA en las empresas. Estas entidades desarrollan iniciativas que van desde pruebas piloto que demuestran casos prácticos del beneficio de la IA, hasta la creación de ecosistemas colaborativos que reúnen a actores públicos y privados para compartir conocimiento y recursos. Las empresas valoran positivamente estos servicios públicos porque les proporcionan soporte concreto en la navegación de un entorno tecnológico complejo y dinámico. Resulta fundamental que estas instituciones continúen escuchando las necesidades del sector privado para diseñar estrategias efectivas y adaptadas a diferentes niveles de madurez digital.
El acceso a información actualizada y específica es otro requisito clave para impulsar la adopción exitosa. Los responsables empresariales requieren que la información sobre normativas, buenas prácticas, y nuevas aplicaciones de IA sea fácilmente accesible y comprensible. De igual importancia es la existencia de directrices que orienten a pequeñas y medianas empresas (PYMEs) en la selección de proveedores de servicios y soluciones de IA, considerando aspectos técnicos, económicos y éticos. La transparencia y la claridad en la asignación de responsabilidades y en la regulación vinculada al uso seguro y ético de la inteligencia artificial inspiran confianza y son factores decisivos para que las empresas den el paso hacia la implementación de estas herramientas. Finalmente, mejorar la base de conocimientos sobre la adopción de IA en las empresas a nivel internacional es esencial para el diseño de políticas públicas efectivas.